Cuando entré a la sala de cine, mis expectativas con respecto a esta película no estaban más altas de lo que las estarían con cualquier otra película de terror típica, más aún sabiendo que esta es española... En pocas ocasiones he estado tan equivocado en cuanto a cine se refiere.
No sólo estamos ante una de las mejores películas españolas (quizás la mejor), estamos ante una de las mejores películas de terror del milenio y muy probablemente, de todos los tiempos.
Es una película de terror perfecta, ya que crea una atmósfera tan buena que consigue meterte totalmente en la piel de la niña y realmente te crees todo por lo que está pasando(destacar que la actuación de la actriz es impecable). Pero sin duda, lo que más me ha gustado del film es que no cae en el uso de los clichés tan trillados y cansinos que encontramos en la mayoría de títulos actuales del género (típico silencio en la película para luego meterle una subida absurda de volumen) y aún así consigue dar miedo y crear tensión, alucinante.
Lejos de las mansiones encantadas, hospitales abandonados, etc, la película transcurre en una ciudad normal, con gente como tú y como yo, en una casa en la que cualquiera de nosotros podría vivir; es decir, realismo y naturalidad pura, cosa que hace que te la creas aún más y te sumerjas más en ella.
De lejos, lo mejor que he visto en cuanto a terror se refiere en muchos años.