Un videojuego. Esa es la sensación que deja [•REC] 2. Lástima que no tengamos la suerte de tener un mando con el que poder manipular la trama plana e insulsa que ofrece.
Los GEOS suben, bajan y hacen piruetas. Y cuando Jaume y Plaza ya no saben que excusa poner para dar un rodeo más por el bloque de pisos, pasamos a ver los mismos acontecimientos pero desde el punto de vista de tres críos, de los cuales dos no se sabe que pasa con ellos y el otro, odioso hasta decir basta, es poseído por el demonio para deleite del público. Desde luego los catalanes son expertos en el arte del relleno, algo que si al menos hubiera servido para ofrecernos un par de escenas en las que los sustos cachondos hicieran su aparición, hubiera merecido la pena. Pero ni eso. Sólo se salva, y por los pelos, el final. La aparición de Manuela Velasco (bella, simpática y más loca que nunca) y el climax inesperado que provoca su personaje hace que pagar la entrada haya sido un poquito menos doloroso.