He notado que el género catastrofista siempre tiene muchos adeptos. Tal vez ese miedo que todos tenemos al juicio final, al fin del mundo, a las profesáis del apocalipsis, es lo que nos hace acudir al cine y disfrutar de ese miedo plasmado en la pantalla. Pues bien; hoy que escribo esta critica se vive una psicosis en México, por el avance de una pandemia, una gripe mortal, la llamada “gripe Porcina” (si hasta tiemblo de solo pronunciarla) y en realidad tembló hoy a medio dia. El mundo se purga eliminando muchos mortales. Es necesario para que la humanidad progrese. Lo mismo pasa después del termino de las guerras. Las plagas bíblicas, los tsunamis, el anticristo, el vesubio, “Don Goyo” el volcán mexicano y su leyenda de Popocatépetl y el Iztaccihuatl, la mujer dormida. El volcán ruge el mundo tiembla. Oh!! Y ahora quien podrá salvarnos. Solo el todopoderoso, el omnipotente. No estoy viendo “Dante´s Peak”¨y Pierce Brosonan correr. Estoy en la ciudad de México orando por los encarnados. Como añoro un pueblo llamado Dante´s Pek en 1995. Donde el humo del volcán lucia majestuoso en aquella tarde de mi ayer, en que soñaba con la magia del cine. Hoy en la vida real, el infierno del Dante, el humo de la enfermedad avanza como una bruma, funesta, en las tinieblas. Ya no estas Moises.
Yo pongo mi confianza en el señor. Me libra de la plaga que azota a pleno sol.
Después de la tormenta vendrá la calma.