Introducida en un periodo de erradicación y en tiempos de tomar licencias de casinos de hoteles, esta historia sobre el poder se ha construido a bases de cogotazos y humor, un fiscal que tira de la manta y un ascenso curioso, un tarugo que viene a ser el principal ingrediente para separarse de lo convencional en una conducción confusa y con un intento de cargar de familiaridad para profundizar y de una acción a base de bates de béisbol para escandalizar, pero apenas consigo ninguna de las dos.

Más que generar curiosidad por tener algún personaje novedoso, lo que resulta es estimulante por la estupidez de casi todos ellos, la forma de escribir el camino es algo así como querer expresar menuda mierda de vida, la investigación es bastante corriente y sin giros, todo en ella parece un procedimiento que no tiene verdadera vocación, lo de las bandas y su ética y sus normas es de ya muy visto, no tiene nada que aportar a la cultura del cine a pesar del factor de no ser de Hollywood y ni el respeto entre hermanos ni los duelos entre bandas tienen carisma.

Tampoco es escandalosa ni explosiva, ni introduce seriamente en la mafia ni cruza fronteras como para entender odio entre países, pero siempre se va arreglando con la gran actuación de su excelente protagonista y entretiene en una lucha de egos y disputas internas, están el que lucha y el que habla en un mismo barco pero con tormenta, genera algunas cuestiones sobre la fuerza y la inteligencia, pero no está bien construida, tiene escenarios potentes que no consigue ambientar y de sus relaciones no saca mucho jugo, sólo parece buena cuando los obliga a suplicar, y cuando el protagonista quiere conseguir algo a base de hacerse el importante, unas risas, más que un gangster se dibuja a un macarra, a un chorizo que se pasa la película con la pistola descargada como elemento más destacable, y es que encuentra utilidad en la ingenuidad de fondo, y se refuerza con la falsedad en una cacería que daba para mucho y que intenta dar la cara siguiendo un planteamiento que se pierde de la lógica y no encuentra la moral, sólo el dilema de la amistad y la traición.