Primera película del ahora aclamado director John Patrick Shanley quién ahora es reconocido por su magnífico trabajo tras las cámaras en "La duda" y que en el año 1990 se decidía a dirigir y escribir esta película menor en la carrera cinematográfica de un actor para mí más que notable como es Tom Hanks. Para muchos resulta casi imposible creer que este sea el mismo director de "La duda", dos películas a años luz una de otra, pero así es. En la producción participa Steven Spielberg y sería el primer trabajo de Hanks con Meg Ryan, la que sería posteriormente su pareja cinematográfica en dos enormes éxitos como son "Algo para recordar" y "Tienes un e-mail". La química entre los dos protagonistas es palpable y hace que la película gane puntos pero hay que reconocer que a pesar de su tono nostálgico el tiempo le ha hecho mella. Hanks está cómodo en su papel y Meg Ryan, denostada por muchos como suele pasar con este tipo de actrices dedicadas a la comedia romántica (es el caso también de Sandra Bullock), se encarga de dar vida ni más ni menos que a tres personajes distintos, saliendo para mí airosa del intento. Lloyd Bridges y Dan Hedaya están divertidos en sus cortos papeles y la banda sonora es enternecedora, pero poco más se puede destacar de esta sencilla y olvidable película.