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Voto de floïd blue:
10
6,6
1.719
Western
En California, en la época de la fiebre del oro, tres pistoleros asesinan a los padres del joven Max Sand. El muchacho, cegado por el odio y la sed de venganza, emprende la búsqueda de los asesinos y se convierte en un pistolero solitario que se hace llamar Nevada Smith. Western basado en la novela "The Carpetbaggers", de Harold Robbins. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2013
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un excelente film, un ir y venir de gente por la vida del Far West. Indispensable. Emblemáticos actores a una altura excepcional porque cuando buenos actores son dirigidos por excelentes y míticos directores el guión gana por todos los lados y pasa a ser inolvidable.
Historia de una venganza cuando la venganza se vuelve una idea fija en la mente. La venganza es dulce, muy rica, fría y demás cosas, pero sobre todo... es necesaria. Nevada Smith es un discurrir de magníficos parajes y encuentros con inquietos personajes mil veces vistos en el Viejo Oeste pero que no te cansas de volver a ver. Lo que pasa es que la hábil mano directora y su exquisito gusto por las historias con sabor a leyenda, enlaza ese caminar del joven mestizo con una absoluta destreza. No hay ninguna precipitación en la historia y encima abarca inagotables detalles que enriquecen la película al máximo.
No voy a descubrir a Steve McQueen y su personaje, Max Sand, casi me daría por decir tal vez el menos importante, quiero destacar esos nombres de sabor añejo, de solitarios asesinos del desierto, de pistoleros salidos de detrás de un cactus: Tom Fich, Bill Bowdre, Jesse Coe…
Cuando una película es buena, los actores secundarios son quienes la engrandecen al máximo, como dijo uno, y estos personajes han tenido la suerte de ser encarnados por actores con un estilo muy particular y característico; son gente como: Karl Malden, Arthur Kennedy y un inesperado Martin Landau, más frío que la venganza misma o que la hoja de su cuchillo traicionero, asesino que deja una preciosa viuda que agradece a Nevada Smith el favor… ¡Magnífico encuentro en una de esas cálidas habitaciones de Saloon! ¡Jesse Coe, puedes morir tranquilo, una cosa sí que hiciste muy bien en tu vida al pillar a esa mujer!
También hay lugar para otros encuentros más amigables que aportan igual intensidad a la historia; Brian Keith siempre con su punto sereno, Raff Vallone con su fuerte personalidad (colosal momento el del pistolero sobre el caballo apuntando con su revólver para defender al sacerdote), incluyendo como si fuera poco, un emocionante episodio en uno de esos presidios de películas americanas estancados en el tiempo. Ahí estará Pilar, esa mujer que jamás encontró un poco de cariño en su vida, y ahora menos que la pobre se ha juntado con Max Sand y Bill Bowdre…
Y siempre tras Tom Fitch…
¡Tom, huye! No queremos que Max Sand te alcance todavía, queremos seguir persiguiéndote...
Historia de una venganza cuando la venganza se vuelve una idea fija en la mente. La venganza es dulce, muy rica, fría y demás cosas, pero sobre todo... es necesaria. Nevada Smith es un discurrir de magníficos parajes y encuentros con inquietos personajes mil veces vistos en el Viejo Oeste pero que no te cansas de volver a ver. Lo que pasa es que la hábil mano directora y su exquisito gusto por las historias con sabor a leyenda, enlaza ese caminar del joven mestizo con una absoluta destreza. No hay ninguna precipitación en la historia y encima abarca inagotables detalles que enriquecen la película al máximo.
No voy a descubrir a Steve McQueen y su personaje, Max Sand, casi me daría por decir tal vez el menos importante, quiero destacar esos nombres de sabor añejo, de solitarios asesinos del desierto, de pistoleros salidos de detrás de un cactus: Tom Fich, Bill Bowdre, Jesse Coe…
Cuando una película es buena, los actores secundarios son quienes la engrandecen al máximo, como dijo uno, y estos personajes han tenido la suerte de ser encarnados por actores con un estilo muy particular y característico; son gente como: Karl Malden, Arthur Kennedy y un inesperado Martin Landau, más frío que la venganza misma o que la hoja de su cuchillo traicionero, asesino que deja una preciosa viuda que agradece a Nevada Smith el favor… ¡Magnífico encuentro en una de esas cálidas habitaciones de Saloon! ¡Jesse Coe, puedes morir tranquilo, una cosa sí que hiciste muy bien en tu vida al pillar a esa mujer!
También hay lugar para otros encuentros más amigables que aportan igual intensidad a la historia; Brian Keith siempre con su punto sereno, Raff Vallone con su fuerte personalidad (colosal momento el del pistolero sobre el caballo apuntando con su revólver para defender al sacerdote), incluyendo como si fuera poco, un emocionante episodio en uno de esos presidios de películas americanas estancados en el tiempo. Ahí estará Pilar, esa mujer que jamás encontró un poco de cariño en su vida, y ahora menos que la pobre se ha juntado con Max Sand y Bill Bowdre…
Y siempre tras Tom Fitch…
¡Tom, huye! No queremos que Max Sand te alcance todavía, queremos seguir persiguiéndote...