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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Drama. Comedia Judah y Clifford son dos hombres enfrentados a sendos dilemas morales de diferente gravedad. Cuando Judah, un reputado oftalmólogo, pretende poner fin a su relación extraconyugal, su amante lo amenaza con arruinar su vida contándoselo todo a su esposa; según su hermano Jack la única solución es asesinarla. Por su parte, Clifford es un director de documentales que se ve obligado a rodar una película sobre su cuñado, al que desprecia. (FILMAFFINITY) [+]
29 de agosto de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas escritas por Woody Allen son muy parecidas, por eso gusta verlas. Woody tiene el acierto de presentar a sus personajes con “vida”, con un fondo personal, una historia, que se adivina al instante. Lo que sucede a partir de que nos lo presenta, como es el caso, ya prevemos que va a ser algo trascendental. Esto quiere decir que aunque sepamos cómo son los personajes, lo que va a pasar les hará sufrir unas consecuencias imprevisibles pero que les afectará moralmente.

En esta película, la presentación de los personajes es un acierto más de este genio del celuloide. Destaca la sencillez de las escenas para plantarnos ante nosotros un sinfín de caracteres, de estados de ánimo, de situaciones, y, sobre todo, en ese fondo familiar que aunque desconectado de los protagonistas cuando estos divagan, no dejan de pertenecer a él ni salen de él en ningún instante. Ni de nosotros.

De entre la riqueza de matices de los personajes queda a destacar la importancia de ese doctor con pinta de sabio, que aparece en un documental de la tele, filosofando acerca del amor, el enamoramiento y la niñez, de cómo el cariño en la niñez fija nuestra vida ya para siempre y si alguien, nuestro padre por ejemplo, la figura ejemplar superior, nos falla en algún momento, trataremos siempre de conseguir superar ese desengaño, lo que producirá sin darnos cuenta, que ya no vivamos nuestra vida de forma independiente, si no a cuestas con el objetivo de superar aquel trance. Si quieres vivir un amor, quieres que sea real, pero al mismo tiempo lo quieres ir convirtiendo en lo más próximo a la felicidad como tú la entiendes, lo que es una contradicción, quieres vivir un amor real pero sin querer lo vas haciendo más irreal al tratar de cambiarlo.

Luego, el personaje de Woody Allen, Clifford, el suyo de siempre, infeliz, insatisfecho, incomprendido, absorbente, es también un auténtico referente del egoísmo, y por supuesto, un revolucionario sin pausa. Clifford vive alejado totalmente de los convencionalismos, justo todo lo contrario que Judah (Martin Landau), que tiene una amante casi casi por mero convencionalismo. Este personaje vive bajo el peso de las normas morales de su educación, por lo que cuando la amante se rebela empezará a cuestionarse su comportamiento.

Pero Clifford aborrece a su cuñado que es con quien chocará, un acertadísimo Alan Alda, como siempre, y aún así le dice a su mujer: “Le quiero como a un hermano, como Caín quería a su hermano Abel”. Indudablemente el guion es de una calidad superior difícil de igualar o de comparar. Su cuñado vive alejado de la fe, igual que él, pero al mismo tiempo son personalidades contrarias; el uno es un triunfador y el otro justo lo contrario. Es fácil adivinar que le envidia sobremanera, y tal es el egoísmo de Clifford que prefiere perder antes que doblegarse.

Las continuas referencias a la religión, son en esta película dignas de un repaso pormenorizado. Son de una ironía sutil y llena de gracia, tratando con todo respeto, con humor pero con todo respeto, a la creencia religiosa, y además concediendo su apartado lógico para estar de acuerdo, allá el que lo quiera hacer.

La admiración de Woody Allen que siempre ha tenido por la mafia también está presente aquí, esta vez de una forma seria. Nos priva lamentablemente de conocer al sicario pero es que no era ésta película para humor negro, no quería salirse de los remordimientos y de los condicionamientos morales de la persona para con la sociedad y si toca ciertos elementos con humor, ya no sería tan trágico como pretende, porque estamos seguros que si mete a un sicario a la vista, a un asesino, no hubiera podido resistirse de ninguna de las maneras a presentar al personaje con un humor negro lleno de encanto y cinismo.

Inconmensurable película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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