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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Comedia. Intriga California, año 1970. A Doc Sportello, un peculiar detective privado de Los Ángeles, le pide ayuda su exmujer, una seductora "femme fatale" debido a la desaparición de su amante, un magnate inmobiliario que pretendía devolverle a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve envuelto así en una una oscura trama, propia del cine negro. Adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2009. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2020
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puro vicio es una película extraña como pocas y aunque nadie se lo crea, emociona. Emociona porque es mejor asistir a ella con el corazón que con el cerebro, ya que verla como una película cualquiera sería diluir su esencia. Hay que saber acoplarse a su contemplación, por eso hay que darle un margen de confianza. Es una película etérea como el humo pero se respira en ella y la puedes retener en el mar de tus recuerdos fácilmente.

Doc Sportello (Joaquin Phoenix) es el modelo por antonomasia del detective privado, podríamos decir que el génesis del detective privado de toda la vida. Es de agradecer que un seguidor incansable de estas figuras solitarias encuentre aquí al auténtico detective, el de siempre, el honrado sabueso en las últimas, el que está de vuelta de todo. Y es extraño que lo encuentre aquí y no lo encuentre en otros detectives de películas serias y solemnes, sencillamente porque éstas terminan yéndose por las ramas.

Puro Vicio te puede encantar porque no te engaña: es diferente, te lo dice y lo es; también por el humor y por los personajes variopintos que salen: Brolin, Benicio... Fauna de gente extraña que uno siempre quiere ver en este tipo de películas raras.

No estará en la naturaleza del espectador avanzado, menos tal vez en la del espectador medio, tampoco en la que suscribe estas líneas puede que lo esté. No estará en la naturaleza del fingido, del misántropo, del romántico, del supersticioso, del diseñador, ni siquiera en la de ellos mismos a pesar de su anunciada extrasensorialidad, porque es así, pero los que nos atrevemos de buena gana con productos diferentes, llamativos y que sorprendan, aceptaremos sin protestar a esa gente que nació en aquella época hippy, incluso la que lo hizo bajo el dominio del ángulo de 90º, el ángulo más funesto que existe. No sé en dónde colocar esta película, pero ahí está, es una de esas raras oportunidades en la que puedes pillar algo bueno y sentirte plenamente un espectador sorprendido.

Vas a pasar a otra dimensión espiritual acompañando a Doc, y sin fumarte nada.
floïd blue
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