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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
6
Serie de TV. Comedia. Infantil. Aventuras Serie de TV (1969). 13 episodios. Pippi es una niña de nueve años, con largas coletas y espíritu libre a la que le suceden mil y una aventuras. Vive sola en su casa llamada Villa Kunterbunt, pues es huérfana de madre y su padre es un pirata rey de los congoleses. A Pippi, dotada de una fuerza sobrehumana, la acompañan sus inconfundibles trenzas pelirrojas, su caballo de lunares llamado Pequeño Tío y el Sr. Nilsson, su mono tití. Sus ... [+]
6 de enero de 2019
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a hablar mal de esta muchacha porque no soy capaz de meterme con los niños. Yo fui niño, increíble pero cierto, hace ya mucho tiempo, y me acuerdo de la serie. Pippi era la amiga de dos hermanos, muy buenos, rubios y tiernos, Tommy y Anika, de Villa Kunterbunt, que nunca la pudieron agradecer en su justa medida las aventuras que los hizo vivir. Sin Pippi, el desarrollo mental y hormonal de esos niños hubiera sido diferente, hubieran carecido de la fantasía que necesita un niño para imaginar y crecer. La fantasía luego la edad te la quita a golpes.

Pippi tenía un caballo en su casa, un caballo blanco con lunares negros, muy disciplinado, atendía por Pequeño Tío, un nombre con connotaciones indias de la pradera. Un caballo dócil que se dejaba pintarrajear e incluso poner un gorrito, y supongo que plumas igual. Vivía también con un mono que como todos los monos son hiperactivos, imprevisibles, cabreantes y feos, nos recuerdan a seres humanos conocidos y debía ser por eso que tenía nombre de persona: Señor Nilsson. Y como persona, era un trepa, cuando podía se subía a los hombros de Pippi, y desde allí hacía el mono, como muchas personas.

Pero Pippi, en realidad, fue una niña con graves problemas psicológicos. De vez en cuando se la manifestaba una depresión ocasionada por la figura de su padre ausente, de ahí sus cambios de humor. Su padre pasaba de ella, era también un poco inconsciente; tenía sus propios problemas. Esa falta de cariño y ese anhelo le hizo a Pippi desarrollar unos poderes mágicos que nacían de la misma fantasía que utilizaba para evadirse de su cruda realidad.

La serie tenía un extraño halo, ésta es la verdad, tenía un halo fatídico de tristeza; pero una tristeza malsana. Por eso no me gustaba mucho, te hacía sentir nostálgico. Te trasladaba a mundos olvidados, a vidas simplonas y solitarias como esos mismos paisajes noruegos, blancos, irreales y alejados de todo. El condenado pueblo de Villa Kunterbunt era de cuento de miedo, muy limpio, sí, y ordenado, pero se adivinaba que estaba en el culo del mundo, en un culo gordo y frío. Preveías una vecindad huidiza, de gente extraña mostrando siempre sonrisas sospechosas. Así de triste es el recuerdo melancólico que tengo de la serie, y de Pippi, con esa sonrisa picarona, su mirada ansiosa, sus coletas estiradas con alambres, su vestimenta dispar, sus ideas de peregrino y su conversación incesante y absurda.

Pero así es la vida. La vida es tristeza, es abandono de sueños y esa niña era necesaria para inculcarnos ideas para futuros planes ya con la mente desarrollada, planes que guardarías para, de mayor, actuar como un crío de vez en cuando y sonreír.

Los policías del pueblo eran largos, como es esa gente de por allí, y sus complementarios, los ladrones, eran también de pocas luces; sosos todos, presumiblemente sosos también en la vida real, tenían su importancia ya que Pippi podía con ellos y así demostraba sus poderes y que podía escabullirse de ellos cuando quisiera.

Creo que finalmente Pippi vivió siempre en Suecia. Fue una sueca de esas, sexi pero sin bomb. Los suecos me parecen muy raros, muy suyos, no pasa nada, algo normal de lo que nadie tiene que avergonzarse. Están siempre en sus casas, no salen, hace mucho frío; tienen un alto índice de suicidios. Practican las manualidades religiosamente, son muy buenos carpinteros. Les da por escribir. Poca gente vive en Suecia, se reproducen con dificultad por lo visto. El frío les cala en el carácter. Creo que tienen focas por los alrededores de sus costas, no es mucho; son animales feos. Y muchos gansos por los cielos. El nombre de esas aves lo dice todo. Nils Holgersson hizo un maravilloso viaje por Suecia volando encima de uno de ellos y la autora de ese inolvidable cuento —Selma Lagerlöf— es Premio Nobel.

Pippi un día pegó un grito, un grito desesperado, el grito de Munch; fue cuando se dio cuenta que era mayor, que ya no volvería a ser niña nunca más. Never more. Yo la respeto mucho porque a mí, me pasó igual.
floïd blue
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