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Voto de Daniel Valdez Umanzor:
10
Voto de Daniel Valdez Umanzor:
10
7,1
77.445
Intriga. Drama. Thriller. Romance
Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2017
4 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película de David Lynch es siempre una experiencia desconcertante. Sus obras están llenas de elementos extraños, oscuros, con una estética siniestra y argumentos surrealistas que no parecen guardar ninguna relación con el mundo real: elementos fantásticos de los que nadie se siente extrañado, personajes que cambian de aspecto o de nombre, comportamientos que no siguen unas reglas lógicas… Puede pensarse en Cabeza borradora (1976), Terciopelo Azul (David Lynch1986) o Inland Empire (David Lynch, 2006), por citar sólo tres ejemplos. En estas películas el espectador asiste a la alteración que los personajes protagonistas sufren en su percepción del mundo, llegando hasta un punto en que la ficción cobra más importancia en sus vidas que la realidad y sus recuerdos entran en abierta contradicción con su experiencia presente, obligándoles así a realizar un trabajo de síntesis creativa entre sus percepciones del pasado y del momento actual. Este movimiento, en el que el pasado se ve reestructurado para acomodarse a las percepciones presentes, tiene sin embargo una doble cara, ya que la percepción del momento actual también se ve alterada por la experiencia pasada, aportando una mayor complejidad a la configuración de los mundos creados por David Lynch. En las próximas páginas, a través del análisis de Carretera perdida (David Lynch, Estados Unidos, 1997) y Mulholland Drive (David Lynch, Estados Unidos, 2001), dos de sus películas más aclamadas, trataré de mostrar las complejas relaciones que se establecen entre la memoria, la realidad y la ficción en el universo de Lynch a propósito de dos de los temas más recurrentes en el cine de este autor: los sueños y la locura.
El sueño y la memoria colectiva
Los sueños han sido siempre uno de los aspectos de la experiencia humana más conflictivos a la hora de ser interpretados. De hecho aún hoy, a pesar de los grandes avances de las ciencias de la mente, se encuentran diversas teorías acerca de qué son los sueños y cuál es su función dentro de la psique humana. Antes de comenzar con el análisis de Mulholland Drive, considero por tanto que será útil señalar primero qué concepción de sueño utilizo.
Pero dejando a un lado las conjeturas, una vez que he aclarado qué concepción de sueño voy a utilizar, es momento de hablar de Mulholland Drive. A través del análisis de esta película mostraré cómo Diane Selwyn, la protagonista del film, utiliza para formar su sueño recuerdos de su experiencia reciente que se ven primero descontextualizados, olvidándose la relación existente entre los mismos, para posteriormente ser re-organizados en un relato utilizando los mismos medios que utiliza la memoria para evitar la existencia de discontinuidades en su seno. Al mismo tiempo se podrá ver cómo el relato resultante del sueño deja entrever los verdaderos sentimientos de la protagonista con respecto a la situación que ha vivido en los últimos días, viéndose corroborada así la exposición teórica sobre la relación entre sueños y memoria que he planteado hasta ahora,A la hora de enfrentarse a la comprensión de una película como Mulholland Drive, el espectador debe tomar una posición sobre qué es lo que acaba de ver. Sin entrar en mayores discusiones, que la película reproduce, en su primera parte, un sueño de Diane Selwyn que involucra al resto de personajes de la película, y en la segunda, algunas escenas de la vida de Diane anteriores y posteriores al sueño, que son las que permiten comprender lo que en realidad ha sucedido. El eje entre estas dos partes de la película se encontraría en el momento en el que El Cowboy se asoma a la puerta de la habitación de Diane y le anuncia que es hora de despertar. Una vez aceptada esta premisa, podemos analizar todo lo sucedido anteriormente como si se tratase de un único sueño con múltiples tramas independientes o como varios sueños que poseen un nexo común. El problema, a mi juicio, reside en que, para darle un mayor interés narrativo a la película, Lynch mezcla los sueños de Diane en el montaje final llegando a confundirse en un único relato lo que en realidad serían sueños independientes. Tras comenzar Diane a soñar una historia para hilvanar los primeros recuerdos que habían sido activados durante la fase REM, algunos de los recuerdos activados con posterioridad no encajan en la trama principal, por lo que se ve en la necesidad de inventar una nueva historia para ellos. En este sentido, por poner un ejemplo, habría que interpretar como tres sueños diferentes la trama que tiene como protagonistas a Camilla Rhodes (Rita en el sueño) y a Diane Selwyn (Betty), la historia sobre el director de cine Adam Kesher y la inquietante escena de la cafetería Winkies. No hace falta decir que no hay nada que impida considerar todas las tramas como partes de un único sueño, ya que todas las historias se relacionan de algún modo entre sí. La película es deliberadamente ambigua, y esta es quizá la menor de las ambigüedades que la atraviesan
Dejando a un lado la cuestión sobre el número de sueños que componen el film, más interesante para el tema que nos ocupa es la relación que se establece entre la primera y la segunda parte de la película, es decir, entre los recuerdos y actuaciones posteriores de Diane por una parte y sus sueños por otra. Las escenas que en un principio podían parecerle neutras al espectador al contemplar el sueño de Diane. Es una película excelente onírica y critica una de las mejores películas jamas hechas
Lo Mejor: Las interpretaciones de Naomi Watts y Laura, la Maravillosa mente de David Lych, la Fotografía de Peter Derming, Angelo Badalamenti y su espectacular música
Lo peor: Que no haya ganado la palma de oro del Festival de Cannes
El sueño y la memoria colectiva
Los sueños han sido siempre uno de los aspectos de la experiencia humana más conflictivos a la hora de ser interpretados. De hecho aún hoy, a pesar de los grandes avances de las ciencias de la mente, se encuentran diversas teorías acerca de qué son los sueños y cuál es su función dentro de la psique humana. Antes de comenzar con el análisis de Mulholland Drive, considero por tanto que será útil señalar primero qué concepción de sueño utilizo.
Pero dejando a un lado las conjeturas, una vez que he aclarado qué concepción de sueño voy a utilizar, es momento de hablar de Mulholland Drive. A través del análisis de esta película mostraré cómo Diane Selwyn, la protagonista del film, utiliza para formar su sueño recuerdos de su experiencia reciente que se ven primero descontextualizados, olvidándose la relación existente entre los mismos, para posteriormente ser re-organizados en un relato utilizando los mismos medios que utiliza la memoria para evitar la existencia de discontinuidades en su seno. Al mismo tiempo se podrá ver cómo el relato resultante del sueño deja entrever los verdaderos sentimientos de la protagonista con respecto a la situación que ha vivido en los últimos días, viéndose corroborada así la exposición teórica sobre la relación entre sueños y memoria que he planteado hasta ahora,A la hora de enfrentarse a la comprensión de una película como Mulholland Drive, el espectador debe tomar una posición sobre qué es lo que acaba de ver. Sin entrar en mayores discusiones, que la película reproduce, en su primera parte, un sueño de Diane Selwyn que involucra al resto de personajes de la película, y en la segunda, algunas escenas de la vida de Diane anteriores y posteriores al sueño, que son las que permiten comprender lo que en realidad ha sucedido. El eje entre estas dos partes de la película se encontraría en el momento en el que El Cowboy se asoma a la puerta de la habitación de Diane y le anuncia que es hora de despertar. Una vez aceptada esta premisa, podemos analizar todo lo sucedido anteriormente como si se tratase de un único sueño con múltiples tramas independientes o como varios sueños que poseen un nexo común. El problema, a mi juicio, reside en que, para darle un mayor interés narrativo a la película, Lynch mezcla los sueños de Diane en el montaje final llegando a confundirse en un único relato lo que en realidad serían sueños independientes. Tras comenzar Diane a soñar una historia para hilvanar los primeros recuerdos que habían sido activados durante la fase REM, algunos de los recuerdos activados con posterioridad no encajan en la trama principal, por lo que se ve en la necesidad de inventar una nueva historia para ellos. En este sentido, por poner un ejemplo, habría que interpretar como tres sueños diferentes la trama que tiene como protagonistas a Camilla Rhodes (Rita en el sueño) y a Diane Selwyn (Betty), la historia sobre el director de cine Adam Kesher y la inquietante escena de la cafetería Winkies. No hace falta decir que no hay nada que impida considerar todas las tramas como partes de un único sueño, ya que todas las historias se relacionan de algún modo entre sí. La película es deliberadamente ambigua, y esta es quizá la menor de las ambigüedades que la atraviesan
Dejando a un lado la cuestión sobre el número de sueños que componen el film, más interesante para el tema que nos ocupa es la relación que se establece entre la primera y la segunda parte de la película, es decir, entre los recuerdos y actuaciones posteriores de Diane por una parte y sus sueños por otra. Las escenas que en un principio podían parecerle neutras al espectador al contemplar el sueño de Diane. Es una película excelente onírica y critica una de las mejores películas jamas hechas
Lo Mejor: Las interpretaciones de Naomi Watts y Laura, la Maravillosa mente de David Lych, la Fotografía de Peter Derming, Angelo Badalamenti y su espectacular música
Lo peor: Que no haya ganado la palma de oro del Festival de Cannes