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Voto de Antonio Morales:
8
Intriga. Thriller. Cine negro Inspirada en la novela homónima de Patricia Higsmith. Durante un viaje en tren, Guy, un joven campeón de tenis (Farley Granger), es abordado por Bruno (Walker), un joven que conoce su vida y milagros a través de la prensa y que, inesperadamente, le propone un doble asesinato, pero intercambiando las víctimas con el fin de garantizarse recíprocamente la impunidad. Así podrían resolver sus respectivos problemas: él suprimiría a la mujer ... [+]
26 de febrero de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tejana Patricia Highsmith (1921-1995) era una de las máximas representantes de la corriente denominada de “psicología criminal” dentro de la novela negra. En sus obras, el crimen es el resultado de la concatenación de una serie de hechos, consecuencia lógica de la forma de ser y de vivir de los personajes. Puede decirse que para ella existe una matemática del delito, según la cual la fatalidad viene engendrada inexorablemente por nuestros propios actos.

“Extraños en un tren” fue la primera novela que publicó en 1949, rápidamente Hitchcock se interesó por el libro y adquirió los derechos por la irrisoria cifra de 7,500 dólares, para ofrecer el guión primero a Dashiell Hammett y luego a Raymond Chandler, ambos clásicos de la literatura negra. Hitchcock y Chandler no congeniaron porque el escritor no aceptaba las “soluciones visuales” del director en detrimento de la coherencia del relato. Así pues, Hitchcock presionó para que el guión lo rehicieran Czezi Ormonde, Barbara Keon y como de costumbre Alma Hitchcock, su esposa.

Como bien dice la sinopsis del film en esta web, es inspirada en la novela, por lo tanto considero absurdo intentar comparar la novela con la película. Hitchcock es un creador de formas con un estilo visual propio, que ha ido estilizando a lo largo de su carrera, logrando fascinantes hallazgos visuales, no olvidemos que el cine es ante todo imagen. Hitchcock no es un ilustrador de novelas, es un creador de atmósferas con una técnica depurada, y el que no lo entienda así, es que desconoce la personalidad del mago del suspense.

El argumento parte de una idea muy ingeniosa. Durante el trayecto ferroviario entre Washington y Nueva York el “play boy” Bruno Anthony entabla conversación con el campeón de tenis Gay Haines. Ambos tienen una persona que dificulta el logro de sus deseos. Brunno no accede al dinero que necesita porque su padre lo controla y la esposa de Guy no le concede el divorcio para poder casarse con su amante. Ahora se trata de intercambiar crímenes. Tú comete el mío y yo hago el tuyo. De esta manera, y tal como se llevan las investigaciones policiales, los dos tendremos nuestra coartada y nadie podrá relacionarnos con los dos asesinatos.

La consecución del crimen perfecto y la problemática del falso culpable siguen preocupando a Hitchcock a lo largo de toda su obra. En esta película vuelve a imprimir su sello inconfundible con una impecable dirección, una insuperable arquitectura narrativa, su absoluta perfección formal. La película que tiene 61 años, sigue siendo un formidable retrato psicológico de un psicópata en el marco de un apasionante film de suspense. Fue también la última película de Robert Walker antes de morir aquel mismo año, destruido por el alcohol y los sedantes, cosas de las que no pudo liberarse tras su divorcio de Jennifer Jones.
Antonio Morales
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