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Voto de Antonio Morales:
6
Musical. Drama Biografía del legendario compositor americano Cole Porter, un icono de la música del siglo XX cuyo esplendor coincidió con la época dorada de Hollywood. En 1964, a punto de morir, toca al piano una melodía melancólica y familiar que lo lleva a evocar el pasado: recuerda las personas y los hechos más importantes de su vida, sobre todo, la profunda y compleja relación con su esposa y musa, Linda Lee Porter. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda que Cole Porter es (con George Gershwin, Irving Berlin, Richard Rodgers y Jerome Kern) uno de los cinco grandes compositores de la música ligera norteamericana del siglo XX. Como tampoco debe haberla sobre dos de los rasgos que definen a Porter: su vena europea y su devoción por las letras transgresoras o, como mínimo, socialmente incorrectas de sus canciones. De ahí que, en ese aspecto, se le haya definido como “El pornógrafo elegante” de la canción americana. Con una sólida formación musical adquirida en la Harvard School y posteriormente en París, la fama de Porter no sólo rebasó todas las fronteras sino que continúa manteniéndose intacta en el ámbito musical. A pesar de los años transcurridos desde su composición, en mi opinión, siguen gozando de una gran popularidad canciones como: “I Love Paris”, “My Heart Belong to Daddy”, “You´re The Top”, “Anything Goes”, “Begin the Beguine”, “Night and Day” y tantas otras.

Una personalidad como la de Porter, de una complejidad y dimensión manifiestas, resulta difícil acomodarlas en un “biopic” de 125 minutos, mucho más si se tiene en cuenta que el film se estructura como un recuerdo de algunos hitos en la vida del músico; es decir, como una sucesión de emociones – placenteras o desagradables – experimentadas a lo largo de su vida. De ahí que Irwin Winkler y su guionista, con el propósito de reflejar el perfil humano de Porter, decidieron limitar la temática, según creo yo, a dos aspectos concretos: la relación matrimonial con su esposa Linda (Ashley Judd), desde que se conocen hasta la muerte de ella, y la irremediable pasión del músico por los hombres (debilidad que su esposa comprendió más allá de lo razonable). Prestando mucha más atención al lado humano en detrimento de su contactos profesionales y artísticos con el “show business”. También se ignora gran parte de su obra teatral y cinematográfica. De todos modos, constituye un retrato bastante cercano al alma del compositor.

Retrato establecido a partir de una visita que le hace una especie de ángel con apariencia terrenal (Jonathan Price). Este extraño personaje es quien le ofrece a Porter (Kevin Kline) revisar su existencia, sentados ambos ante un escenario de un pequeño teatro vacío al que acuden personas y obras que dan fe de su paso por la vida. Estableciendo la pauta de un amor nada convencional y contradictorio a primera vista pero presidida por la admiración y el afecto tan recíprocos como sinceros que discurrió entre Europa y Norteamérica, cuando París y Venecia, lo mismo que Broadway y Hollywood, figuraban todavía entre los paraísos de la sofisticación y el “glamour”, dos exquisiteces que se prodigan generosamente gracias a un diseño de producción espectacular.

Lo mejor del film está implícito en su estructura, tan similar a la de “Empieza el espectáculo” de Bob Fosse, le falta, no obstante, la sinceridad cínica y dolorosa de este último film. Y muchas otras cosas, para empezar el film de Fosse era autobiográfico y “De Lovely” es biográfico, pero en ambos casos hay un intento de objetividad por parte de sus responsables, sin dejar por ello de revestirla con la propia subjetividad del cine, con su artificio y sus posibilidades estéticas. La banda sonora es antológica con versiones nuevas de solistas actuales, pero que yo no olvido otras versiones más clásicas. El film derrocha buenos números musicales y la excelente interpretación de Kline, que realmente toca el piano en muchas ocasiones. Por supuesto, mucho más acertada que la versión “Night and Day” de Michael Curtiz, con Cary Grant .
Antonio Morales
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