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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
9
Cine negro. Intriga. Drama El detective Mark McPherson (Dana Andrews) investiga el asesinato de Laura Hunt (Gene Tierney), una bella y seductora mujer que ha aparecido asesinada en su apartamento. McPherson elabora un retrato mental de ella a partir de las declaraciones de sus allegados, algunos sospechosos como el cínico cronista Waldo Lydecker (Clifton Webb) o Shelby Carpenter (Vincent Price), prometido de la joven. Además el diario y la correspondencia de la ... [+]
15 de noviembre de 2011
65 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un dato curioso y ¿significativo?: la gran cantidad de películas cuyo título es solo un nombre de mujer, así, sin más especificaciones; sin ser personajes históricos, mujeres de ficción que, de alguna manera, alteran el universo masculino con su mera presencia. Sin tener que esforzarme mucho, me vienen a la memoria: Alice, Amélie, Annie Hall, Bámbola, Betty Blue, Carmen, Chloe, Fedora, Gertrud, Gilda, Gloria, Jezabel, Juno, Kika, Laura, Lola, Lolita, Loulou, Malena, Ninette, Ninotchka, Rebeca, Rossetta, Sabrina, Shirley Valentine, Tess, Tristana, Viridiana. Si buscan películas con solo un nombre masculino, sin ni siquiera el Sr. delante, les llevará más esfuerzo.

Y es que la mirada del cine fue y sigue siendo masculina, y las mujeres en el cine se ocultan tras el tópico del objeto de deseo, el supremo y ancestral trofeo para el hombre (la hermosa, la “femme fatale”, la Eva bíblica). Se nos presentan como semidiosas, seres extraordinarios, con mágicos ascendentes sobre los hombres, a los que privan del libre albedrio; si caemos en sus redes no será porque no han puesto empeño en avisarnos a lo largo de nuestra vida. Cualquier cosa antes que percibirlas como reales y, por tanto, iguales a los hombres, porque en ello radica la cuestión.

Pero con todo, y gracias a este tópico, han sido posibles obras tan fascinantes como este thriller onírico que tiene la hechura de las películas inmortales, de las que siempre recompensan en sus visionados posteriores. Soberbio guión –algunos diálogos son dignos de memorizarse- de engañosa sencillez, que avanza de sorpresa en sorpresa, desmontando certezas absolutas con efectividad, sin menoscabar con ello la credibilidad de la historia. Si la banda sonora es mítica, la voz de Waldo, flotando por las estancias, estremece. La fotografía ganadora de un merecido Oscar. Los actores sobresalientes dando vida a cuatro personajes para el recuerdo: una mujer superlativa hechizando, en el súmmum del embrujo femenino, desde la misma ausencia; y tres hombres dando tumbos por la vida, con una sola obsesión: poder decir solo ese nombre de mujer, así, sin más especificaciones, y que alguien responda.
The Quiet Man
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