Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
8
Drama. Romance París, 1840. Una institutriz mantiene una escandalosa relación con un noble. Cuando la mujer de él aparece muerta, ambos se convierten en los principales sospechosos. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2008
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bette Davis contaba treinta y dos años cuando protagonizó “El cielo y tú”, que supuso un gran éxito, ya despuntando tras haber arrastrado unos comienzos difíciles en el mundillo del celuloide.
Su mirada leonina de ojos prominentes y su rostro magnético ya iban dejando su marca en las retinas de los espectadores, y las dotes de la brillante actriz que llegó a ser ya iban surgiendo y eran cada vez mejor aprovechadas.
Anatole Litvak le concedió un papel de mujer bondadosa y recta que trata de abrirse paso sola y que padece las consecuencias de la maledicencia.
El guión elabora una trama donde la nobleza de sentimientos y la honradez ganan la partida en medio de la perfidia, los celos enfermizos y un ambiente hostil de miradas turbias y corazones envenenados.
Henriette Deluzy-Desportes, de origen francés, es una ex institutriz emigrada a Estados Unidos, donde ha obtenido un puesto de maestra de francés en un colegio de señoritas. Y muy pronto sabrá que el pasado puede ser un fardo con piernas muy largas que nos persigue donde quiera que vayamos. Los rumores vuelan y con frecuencia preceden los pasos de las personas alrededor de las cuales se han generado.
No ha hecho más que llegar al colegio, y ya sus potenciales alumnas han tenido tiempo de recopilar todo tipo de información sensacionalista acerca de ella, no dudando en restregársela malévolamente por la cara.
Pero la señorita Deluzy posee de primera mano una versión que difiere radicalmente de la que se ha difundido en la prensa… Y sus alumnas no podrán sustraerse al embrujo de un relato novelesco, impregnado de romanticismo y de encanto…
Los dulces y dolorosos recuerdos de Henriette se van desgranando en un prolongado flashback que transita por su último empleo como institutriz en la mansión de los duques de Praslin, un hogar donde la infelicidad del matrimonio planea sobre toda la familia con una sombra espesa que enrarece el aire. Una esposa de celos obsesivos y de escaso instinto maternal cuya vida gira patéticamente en torno a un marido hastiado y agobiado. Unos hijos encantadores y faltos de cariño materno, carencia afectiva que su padre trata de suplir con su gran instinto paternal.
Henriette, sin pretenderlo, irá llenando el ominoso vacío de una familia hambrienta de amor, desplazando en sus afectos a la amargada y egoísta duquesa que sólo vive para sí misma, y la cual maquinará tretas para hacer pagar a la dulce y juiciosa institutriz por sus propios fracasos y cegueras.
Una película elegante con ese sabor de antaño, donde un drama exquisitamente romántico se sazona con toques de intriga, de espiritualidad y de sutil crítica social, a la vieja usanza de las narraciones que incorporan enseñanzas valiosas y mensajes de amor verdadero, y de la paz que se alcanza con la honradez y con la dicha de haber conocido una fugaz felicidad absoluta y deslumbrante.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow