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Voto de Vivoleyendo:
8
Fantástico. Musical. Aventuras Dorothy, que sueña con viajar "más allá del arco iris", ve su deseo hecho realidad cuando un tornado se la lleva con su perrito al mundo de Oz. Pero la aventura sólo acaba de comenzar: tras ofender a la Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton), aconsejada por la Bruja Buena del Norte (Billie Burke), la niña se dirige por el Camino Amarillo hacia la Ciudad Esmeralda, donde vive el todopoderoso Mago de Oz, que puede ayudarla a regresar ... [+]
15 de febrero de 2010
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mil novecientos treinta y nueve fue un año de gracia para Victor Fleming. Dos películas imperecederas salieron de su taller de maravillas: "Lo que el viento se llevó" (un proyecto comenzado por otros que él acogió entre muchas dificultades, pero que llevó a feliz término) y la infantil "El mago de Oz". Tienen en común una característica que marcó un hito y que dio otro giro de gigante a la evolución del séptimo arte: Fueron rodadas empleando el Tecnicolor. Una revolución que relegó el blanco, el negro y los grises perpetuos de antes a la condición de reliquia de aire añejo y clásico, que seguiría siendo muy apreciada, pero que pasaría a ser un formato más secundario con mayor frecuencia a medida que el color se imponía. La novedad de poder ofrecer a los espectadores toda la rabiosa gama cromática del espectro era un reclamo irresistible. Aún así, el blanco y negro no ha perdido jamás su dignidad, y sigue siendo sinónimo de sutileza, de un tono más sugerente que explícito, de melancolía, misterio, tenebrismo, claroscuros...
Pero cuando el color arrasó en las pantallas con aquellos matices saturados y plenos, se abrió una nueva vía expresiva. El cine mudo se había extinguido para dejar paso al sonoro. Unas maneras irrepetibles de comunicación con la audiencia concluyeron su tiempo con dolor, pero con resignación, siendo conscientes de que lo que ha brillado en su cima, es mejor que se retire en la plenitud. Y así, el cine que prescindía del sonido se hizo a un lado dejando preciosas obras para el disfrute de las generaciones presentes y venideras. De una manera similar, el cine en color significó un nuevo comienzo. Pero el blanco y negro fue más afortunado que el cine mudo, puesto que sobrevivió con holgura hasta la actualidad.
El cine es renovación y clasicismo, es homenaje y vanguardia, es todo recogido en un par de horas de metraje. En definitiva, todo lo que queramos que sea.
Puede ser como el mundo de Oz, a donde van a parar las niñas que un día se ofuscan y creen que han dejado de apreciar su hogar. Es el mundo de todos los posibles, hacia donde los tornados se llevan a Dorothy, para que haga frente a brujas malvadas, y encuentre amigos de verdad que deben aprender que ya llevan dentro las cualidades de las que creen carecer: cerebro, corazón y valor. Y Dorothy necesitará haberse perdido en las mágicas tierras de colores rutilantes, pobladas de hadas, brujas, zapatos protectores, ciudades encantadas y seres peculiares, para sentir con intensidad su añoranza del hogar, de su granja de Kansas donde sus tíos y sus amigos la esperan. Además, se llevará una bella lección: Las personas que creemos excepcionales no tienen poderes especiales. Todas tienen más o menos lo mismo que cualquiera. A menudo, lo que nos falla es la confianza en nosotros mismos, y la errónea convicción de que otros tienen en abundancia lo que nos falta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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