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Voto de Vivoleyendo:
8
Western. Acción Arizona. Con la esperanza de conseguir una recompensa que le permita evitar la ruina de su rancho, Dan Evans (Christian Bale) decide colaborar en el traslado del peligroso forajido Ben Wade (Russell Crowe) hasta un pueblo, donde deberán coger el tren de las 3:10 para llegar a la prisión de Yuma. Remake del film de 1957 de Delmer Daves. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2010
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, a lo mejor este remake de "El tren de las 3:10" no es una obra maestra. Pero no me cabe la menor duda de que se puede contar entre los westerns más recientes que hacen revivir el género con dignidad.
Me lo he pasado en grande disfrutándolo. Porque tiene esos ingredientes que avanzan más lejos de los áridos paisajes, de los tiros, de las escabechinas entre hombres podridos que se matan por un plato de judías, de los odios raciales. Porque aquí hay todo eso, pero sazonado por un guión más que entretenido, y por dos actores que lo hacen rematadamente bien: Crowe y Bale. Puede que Russell Crowe no sea uno de los mejores intérpretes de la actualidad, pero sabe vestir a unos cuantos personajes de su filmografía de unos matices atrayentes, algo hechiceros, incluso un poco sutiles. Tiene empaque. Sin una gran amplitud gestual, es capaz de tocar variados registros. Tal vez sea por la expresividad de una simple mirada, de un rictus de la boca, de un silencio elocuente o de una frase que, pronunciada con la contención y la inflexión justa, te deja pensativo. Nunca será un actor extraordinario, pero no es necesario serlo para llevar adelante un papel que se quede marcado en la memoria, como el del matón Ben Wade.
Un forajido que mata sin despeinarse, casi por pura diversión. Una de las leyendas negras del Oeste. El terror y la plaga de los convoyes contratados para transportar dinero o mercancías valiosas, secundado por sus cohortes de fieles esbirros. Es un tipo duro de verdad. Si no lo fuera, no habría un solo bandido que le guardara lealtad. Y, desde luego, no sería una leyenda, porque no habría vivido lo suficiente como para forjársela.
Y ese forajido sin escrúpulos, que está a la vuelta de todo y para quien todo, incluso matar, es una simple diversión más entre las que se pueden obtener en esa tierra maldita, un día se cruza con un humilde ranchero, Dan Evans, un hombre íntegro, con una familia a cuestas y una situación económica desesperada. Dan tiene una cualidad que poca gente osa poseer en el Oeste (y en cualquier parte): honradez. Y educa a sus hijos en esa virtud tan escasa, tan despreciada, tan objeto de escarnio.
Pero incluso un matón como Ben Wade aún tiene lugar en su negro corazón para respetar a un tipo que pelea como una fiera para darle un futuro a su familia, para que sus hijos tengan algo que amar para siempre. El terror del Oeste se inclina ante el león que surge en el hombre honesto, porque sabe que lucha por algo para él sagrado. Es algo que el forajido no pudo saborear apenas, pero que añorará siempre.
Algo tan sencillo y tan cálido como un padre y una madre que lo dan todo. Ese calor de saberse querido y protegido cuando uno es un pequeñuelo y está tan necesitado de afecto y seguridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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