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Voto de Vivoleyendo:
6
Terror. Thriller John (George C. Scott) es un famoso compositor que acaba de perder a su familia de manera trágica y trata de superarlo marchándose a vivir desde Nueva York a una casa apacible y solitaria en Seattle. Sin embargo, al poco de tiempo de instalarse empiezan a suceder cosas extrañas... Hasta que un día descubre una habitación secreta ubicada al final de la escalera. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2008
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que para mi gusto se resienten bastante del paso del tiempo. Y ésta es un ejemplo de ello.
No me cabe duda de que, dentro del género de terror, supone un alivio y una excepción ante tanto gore, sustos, monstruos, zombies, vampiros, asesinos, exorcismos y todo el típico cine trillado que tanto bombardea.
Peter Medak ostenta la elegancia del terror que se basa ante todo en los ambientes, en la tensión, en la atmósfera y en ir sugiriendo una historia trágica y siniestra de un pasado lejano.
Sustos, los mínimos. Pero sí escaleras que parecen interminables y que llevan hacia la boca de la misma oscuridad. Esa oscuridad que tanto tememos cuando la imaginación se dispara y nos sugestionamos de tal modo que nuestros peores miedos se concentran en ella. Las garras de la oscuridad no tienen forma precisa, pero disparan todas nuestras alarmas cuando miramos a ese muro de negrura y nuestro yo más irracional se convence de que algo terrorífico se esconde detrás. Por más que nuestro yo racional repita que la oscuridad es sólo oscuridad, las vísceras lo desmienten… Y es esa sensación de bloqueo la que a veces nos impide avanzar a solas por un pasillo sumido en las tinieblas, la que nos provoca pesadillas en las que nos encontramos perdidos en una noche sin luna ni estrellas y sentimos esas sombras desconocidas que nos persiguen para saltar sobre nosotros y despedazarnos, mientras intentamos correr sin conseguirlo porque las piernas pesan como el plomo, y queremos gritar, y el grito nos despierta bañados en sudor y con el corazón a mil por hora.
Medak nos lleva hacia el corazón de las tinieblas por escaleras y pasillos, nos hace temer cada recodo, cada puerta que se abre y cada ruido.
A través de una historia de justicia y venganza retrospectiva, la historia lleva a cabo un proceso de investigación y descubrimientos. John Russell, el nuevo inquilino de la gran casa propiedad de una poderosa familia, empieza a sentir llamadas de ultratumba que tratan de mostrarle el camino hacia una espantosa verdad sepultada durante décadas. La casa vibra ante la furia de su antiguo habitante, y John, ayudado por su nueva amiga Claire, hace todo lo posible para desvelar el misterio y aplacar los demonios de alguien que no puede descansar en paz.
Intriga, suspense, thriller, temor, destellos del pasado, pistas y señales a la usanza del terror psicológico tradicional. Pero, como ya he señalado, la película me resulta insuficiente o, más bien, deslucida por los años. No me termina de meter en ella, no me subyuga. Tiene sus momentos, y algunos de ellos son muy buenos. El conjunto de la fotografía, de la música y de los efectos ambientales consiguen acelerar el pulso.
Pero esa espesa capa de polvo y esas telarañas no sólo cubren esa habitación, sino también la película en sí… Ha quedado envejecida y deslustrada bajo varios centímetros de desgaste.
Eso sí, no deja de ser bastante interesante y con aroma a clásico.
Vivoleyendo
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