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Voto de Karlés Llord:
8
Bélico. Acción. Comedia Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
13 de marzo de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Las lesiones por medusa o agua mala se caracterizan por edema e inflamación, con picazón intensa, con la posterior formación de vesículas violáceas muy dolorosas."

(http://www.prensa.com/Actualidad/Salud/2005/01/25/index.htm)

Ante las casi 500 críticas de esta película, ¿cómo añadir una más? ¿Con qué sistema operativo sobornaré a mi sentido común para agregar una ficha más a la babélica lista?

Si ya los críticos más votados dijeron todo, de manera poética y sapiente, y si los semi votados aportaron su ruido y su furia y su fanatismo, ¿dónde me colocaré yo, que vi la película, y que siento que tengo algo para decir y sin embargo no quiero que lo que voy a decir se pierda en la mar de críticas, opiniones, comentarios, reseñas?

Lo que hago es entonces, irme al final de la lista, a leer a los ‘vencidos’, a los ‘peores’, a los que escribieron sus líneas semiraquíticas con la mejor de las intenciones y la más blanca de las ingenuidades. Y a tratar de encontrarme, allí, en buena compañía.

Sorpresa. ¡Lo logro! Danimar (aún no votado), dice que “La historia engancha desde el principio por lo innovador de su argumento”. Jvelaveg, último de la lista, (31 útiles sobre 160), afirma que “Más de lo mismo en las películas de este director, un enfermo mental, un sádico”. Marlow (3 de 11), se sincera: “Podría escribir líneas y líneas sobre la película, escenas y demás...”

En fin, estar tan al final no es tan malo, como alguien medio dormido en las butacas finales, o en las primeras, donde uno se sienta para no ver nada, para vengarse de su propia capacidad de gozar.

A mí la película me pareció algo así como una sinfonía de Beethoven interpretada por una orquesta de instrumentos de bronce y un violín solista, dirigida por Christoph Waltz en la Fortaleza Bastiano de “El desierto de los Tártaros” teniendo como público todos los extras de “Lo que el viento se llevó”.
Karlés Llord
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