Una continuación que a mi forma de ver las cosas, supera bastante la primera parte.
El poder visual y estético, junto con el vértigo y la adrenalina hacen de este filme un enérgico y efectivo filme de culto para los amantes de la acción blanda colmada de acción en estado puro.

Si algo hay que alabar de películas como éstas, es el significado que adquiere en el contexto en que se estrenó.
Recuerdo la sensación y el marketing que había detrás de este novedoso proyecto de Cameron, al igual que toda la parafernalia que lo circundaba: llámese música con bandas potentes como Guns & Roses, imponente música de fondo, asombrosos efectos especiales que revolucionaron lo visto hasta el momento, un fuerte antagonista, escenas de acción muy bien logradas, actuaciones acordes a las circunstancias con mucho despliegue físico y registros dramáticos incluidos, un sonido maravilloso ampliamente disfrutable en DVD por estos días, y un maquillaje que dota a los personajes de una consistencia y un aspecto estético digno de encomio.

Si bien poseemos un sólido guión, la narración se reduce bastante a la acción y ello no es bueno a la hora de buscarle un sustento de dónde aferrarnos cuando buscamos argumentos que realcen el filme desde su relato.

Las actuaciones:
Arnold Schwarzenegger, magnífico, en su papel justo, no hay que pedirle nada más de lo que sabe hacer y bien.
Linda Hamilton, excelente. El personaje está maravillosamente interpretado, haciendo surgir a una mujer corajuda, con el ímpetu suficiente para solucionar los conflictos a su manera. Gran performance física.
Edward Furlong, extraordinario. Una grata novedad la actuación de este jovencito por entonces que asume el papel principal del filme. Y no le tiembla el pulso en ningún momento, saca adelante un personaje rebelde, seguro de sí mismo y del cual depende el futuro de la humanidad.
Robert Patrick, el carisma ideal para interpretar al malvado de la película. Ya su presencia es imponente para generar un antagonista a la altura de las circunstancias.

Como vemos, hay muchos méritos como para considerar a este filme como de referencia insoslayable cuando se hable de ciencia ficción, una historia que combina la acción y los sentimientos, es verdaderamente maravilloso cómo el Terminator se "contagia" y poco a poco va comprendiendo los afectos humanos.
Cameron juega con el elemento deshumanizado que se humaniza poco a poco, escena tras escena y que sirve como corolario para darle suficiente profundidad a la narración desde lo conceptual y discursivo.

No llega a ser obra maestra, pero sí está entre mis preferidas sin lugar a dudas, entre ese escaso número de filmes que merecen ser visto cada vez que fuera necesario.