Empieza con mucha enjundia visual y sonora, además uno leyendo la sinopsis espera que todo el potencial “fantacientífico” sea aprovechado. Pero este Simon Hunter se queda a mitad camino, falla en el intento de contrastar todo el concepto de fe versus razón en esa eterna lucha para tratar de encontrar el inicio y el posible destino de la raza humana, desaprovecha un sugerente guión, no le da profundidad a los personajes, no hay suficiente elaboración y complejidad en las alternativas quedando como resultado un apenas pasable producto de serie B con mucho tufillo a producción televisiva.
A favor hay un buen reparto especializado en ficción, quienes lamentablemene no pueden destacarse porque el argumento no les permite desplegar su potencial histriónico. También hay que destacar que la atmósfera estética está bien conseguida ayudada de dignos efectos especiales, por ende la ambientación es quizás lo más atrayente de esta cinta. Pero cuando llega el momento de desplegar una historia, queda reducida a una sencilla peliculita de misiones mesiánicas en períodos apocalípticos sin casi puntos altos en emociones. Y para colmo de males, cuando llega el momento del frenesí y de poner todo el elemento fantasioso en juego, allí las escenas de acción se tornan muy rápidas y confusas sin apenas poder disfrutar del despliegue tecnológico dispuesto para conseguir el excite del espectador.
En fin, un producto mucho más atractivo desde su acabado visual con fotografía en sepia y grisácea que desde su texto narrativo, el cual sólo reduce a esta cinta a una más del montón que intenta avizorar el trágico fin de la humanidad.