Director comercial muy rentable de los 80-90, Mike Nichols vuelve a la carga y con uno de sus actores predilectos, un Harrison Ford muy solvente y creíble con un personaje complicado de hacer creíble, un banquero sin escrúpulos que va a terminar teniendo su caída de Damasco tras recibir un balazo de un delincuente mientras iba a comprar tabaco (moraleja, no fumen).

Bienintencionada, esta tragicomedia es un hermoso cuento moral de lo que verdaderamente importa en la vida y como por la carrera profesional uno deja de tomarle la matrícula a las personas que realmente tienen relevancia en su vida. Annette Bening, quien luego volvería a este tipo de productos con "El presidente y Miss Wade", hasta destapar todo su talento en "American Beauty", también está sobria y creíble como la esposa del bueno de Henry.

A destacar como curiosidad un rol marginal de John Leguizamo y ciertos giros de guión a medida que se destapan los problemas del matrimonio antes del accidente que resultan interesantes y mantienen la atención del espectador.

Positivo film que de no ser por su notable reparto, bien podría ser carne de sábado por la tarde de Atena 3.