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Voto de El Libanés:
7
6,1
50.590
Aventuras. Acción. Drama
1660. Mientras Francia se muere de hambre, el Rey Luis XIV (Leonardo DiCaprio) mantiene un régimen de terror. Sólo "los tres mosqueteros" (Jeremy lrons, John Malkovich y Gérard Depardieu) podrán enfrentarse a esta situación. Su misión consiste en liberar a un misterioso prisionero que está encerrado en La Bastilla y que es el único que puede salvar a Francia. (FILMAFFINITY)
21 de diciembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito que puede ser lenta y tener ribetes de otra época, de un cine quizás excesivamente pausado para los reclamos del género de aventuras. No obstante, qué quieren que les diga, "El hombre de la máscara de hierro" permite disfrutar de algunos de los mejores intérpretes de aquel tiempo. Solamente por una escena juntos de John Malkovich (Athos) y Gabriel Byrne (D´Artagnan), vale la pena pagar la entrada.
Randall Wallace dirige con compases cortesanos un film menos al uso del que viene siendo típico cuando se lleva a los mosqueteros a la gran pantalla. Estamos ante una historia de capa y espada crepuscular, con unos guerreros cansados y cuestionándose la lealtad que han profesado sin tacha a distintos soberanos. Jeremy Irons es quien lleva el peso de esa subtrama con Aramis, convertido en un activo jesuita que conspira contra un cruel señor.
Tampoco pierde ripio un Gérard Depardieu que es todo humanidad encarnando a Porthos, otro espadachín que acepta con dificultad el paso de los años y que tiene sed de nuevas aventuras que hagan recordar los buenos tiempos. No era poco reto convivir con semejante reparto, aquí el joven Leonardo DiCaprio empezaba a apuntar que era bastante más que una foto bonita para forrar carpetas. Había un actor y futuros cineastas como el maestro Martin Scorsese tomaron nota de ello.
Aceptando esas reglas y poniendo atención a los detalles, incluyendo esa hermosa banda sonora que la acompaña, nos topamos con una más que digna adaptación de esta última entrega de Dumas (y sus múltiples "negros" no reconocidos), una última carga de atávicos conceptos de honor y gallardía.
Su puesta de largo y bella facturación viene acompañada de mucho ojo para dar los papeles (pensemos en un Hugh Laurie que todavía no había dado el salto a la popularidad con "House").
Randall Wallace dirige con compases cortesanos un film menos al uso del que viene siendo típico cuando se lleva a los mosqueteros a la gran pantalla. Estamos ante una historia de capa y espada crepuscular, con unos guerreros cansados y cuestionándose la lealtad que han profesado sin tacha a distintos soberanos. Jeremy Irons es quien lleva el peso de esa subtrama con Aramis, convertido en un activo jesuita que conspira contra un cruel señor.
Tampoco pierde ripio un Gérard Depardieu que es todo humanidad encarnando a Porthos, otro espadachín que acepta con dificultad el paso de los años y que tiene sed de nuevas aventuras que hagan recordar los buenos tiempos. No era poco reto convivir con semejante reparto, aquí el joven Leonardo DiCaprio empezaba a apuntar que era bastante más que una foto bonita para forrar carpetas. Había un actor y futuros cineastas como el maestro Martin Scorsese tomaron nota de ello.
Aceptando esas reglas y poniendo atención a los detalles, incluyendo esa hermosa banda sonora que la acompaña, nos topamos con una más que digna adaptación de esta última entrega de Dumas (y sus múltiples "negros" no reconocidos), una última carga de atávicos conceptos de honor y gallardía.
Su puesta de largo y bella facturación viene acompañada de mucho ojo para dar los papeles (pensemos en un Hugh Laurie que todavía no había dado el salto a la popularidad con "House").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sosegada historia de amor verdadero tras bambalinas. Una sonata de invierno protagonizada por D´Artagnan (impecable Byrne) y una Anne Parrillaud en estado de gracia como la reina. "Pues entonces ambos moriremos traidores" se convierte en una de las declaraciones más intensas y emotivas dentro del universo Dumas. La química de esta pareja de intérpretes hace que todo resulte creíble.