Ciertamente, uno comprende la metáfora del título de esta serie, que son unos treintañeros anclados en muchos casos en un sofá y sin verdaderas expectativas de furuto, pero, ¿qué caray? Lo cierto es que el estilo de vida que llevan los personajes de Borja Pérez y Joseba Caballero no son especialmente tristes, con su dosis de vagancia, freakismo y dejadez, pero al menos, they did on tehir way.

Con un bendito formato de apenas varios minutos, "Qué vida más triste" es un entretenido y efectivo entretenimiento para no darle muchas vueltas a la cabeza y que tiene un buen reparto, donde no se adolece de la falta de profesionalidad que podría suponerse a algunos que lo integran o la falta de medios económicos.

Es inteligente y poco pretenciosa, consciente de que la línea recta es el camino más corto y que la vía sencilla a veces allana mucho las cosas. Precisamente, cuando más empeora, es al enrrevesarse.