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Voto de FuckerJesus:
10
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2011 ![España](/imgs/countries2/ES.png)
![España](/imgs/countries2/ES.png)
Albert Espinosa (Creador), Pau Freixas (Creador) ...
7,1
4.803
Serie de TV. Drama. Comedia
Serie de TV (2011-2013). 2 temporadas. 28 episodios. Trata sobre la amistad, el espíritu de superación y las ganas de vivir. Ambientada en un hospital, el protagonismo no corresponde a los médicos, sino a los pacientes, chicos de entre 8 y 17 años que luchan contra su enfermedad pero que tienen las mismas inquietudes, ganas de reírse, de enamorarse y de descubrir cosas nuevas que los demás chicos de su edad. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el transcurso de la historia, han sido pocos los momentos culminantes que han llegado a definir una era en su totalidad. Vivir uno de estos hechos es algo altamente inusual, y más aún si estos vienen dados en el mundo del arte. Pero hoy afirmo sin temor que "Polseres Vermelles" configura uno de estos sucesos extraordinarios. Su magia, su concepción metafísica, su análisis sobre la vida, la muerte, e incluso de la existencia en sí, hacen de esta serie catalana la quintaesencia del arte como tal. No solo Welles y su Ciudadano Kane han quedado en la sombra de la magnífica obra maestra del Shakespeare moderno Albert Espinosa, sino que esta grandilocuente y sublime producción audiovisual entra en el supremo panteón artístico en convivencia con las, me atreveria a decir, cinco mejores obras de los más grandes artistas de la humanidad.
Comprendida como la supremacia de la deconstrucción del arte y una reflexión entorno a éste y a su relación con la existencia humana, "Polseres Vermelles" se ambienta paradójicamente en un contexto quotidiano. Sus protagonistas son niños que han tenido la desgracia de padecer terribles enfermedades que les han convertido en supervivientes ya en temprana edad. Pero este planteamiento, basado en la experiencia personal del genio Espinosa, es solo una excusa para desarrollar mediante los excelsos dialogos, las imponentes imagenes y un banda sonora espectacular una autentica reflexión sobre la vida y la muerte, sobre el más allá y la concepción de la propia humanidad. Con una simbiosis entre sentimiento y razón, realidad y metafísica, arte y reflexión, las vidas de los jóvenes protagonistas y especialmente la del Hamlet contemporaneo Lleó (interpretado de forma más que magistral por el extremadamente talentoso y ganador del Gaudí a Mejor Actor Àlex Monner) emprenderán un camino hacia la inevitable lucha entre su alma y su cuerpo, dañado por la enfermedad, que desemboca en un clímax épico con uno de estos finales caudales en la historia de la narrativa.
Quizás uno se piense que por su impacto mediático esta serie sea solo un mero producto comercial o solo una serie sobre un hecho en concreto: el cáncer. Pero para alcanzar el análisis completo de esta rotunda obra universal, si es que podemos averiguar en su totalidad sus múltiples significados (quizás solo el propio autor sea el único capaz de comprender al 100% la magnífica serie), hay que fijarse en todos los detalles y a la vez dejarse llevar hacia terrenos metafísicos en sintonía con sus imagenes y sonidos. Es necesario hacer este ejercicio tanto intelectual como espiritual para comprender la filosofia escondida detrás de "Polseres Vermelles". Mezclando un halo surrealista propio de David Lynch, una narrativa tan potente como Woody Allen en su faceta dramática, una efectividad como Hitchcock o el mejor Spielberg en dirección i el carácter simbolista de Eisenstein, podemos encontrar un único precedente auténtico de esta serie en el espectacular film de Kubrick 2001: A Space Odyssey. Sin embargo, a diferencia del filme en cuestión, es la proximidad de la trama lo que nos acerca a la realidad y a la obra misma, sin distanciarse lo suficiente para no gustar como puede pasar en 2001. Espinosa juega también con el sentimiento para hacernos comprender, dejando él solo las teorías de Bertolt Brecht por el suelo y así renovar la concepción intelectual acerca del hecho artístico como representante de los valores e ideas de nuestro mundo.
Con una fotografia, diseño de producción i interpretaciones espectaculares (pensar que es solo una producción de la cadena local catalana puede parecer esperpéntico) y un guión inigualable, "Polseres Vermelles" ha conseguido trascender las barreras del arte para devenir en algo más, una reflexión sobre nosotros mismos, que seguro marcará enormemente a todas las generaciones por haber y por venir. Gracias, Espinosa.
Comprendida como la supremacia de la deconstrucción del arte y una reflexión entorno a éste y a su relación con la existencia humana, "Polseres Vermelles" se ambienta paradójicamente en un contexto quotidiano. Sus protagonistas son niños que han tenido la desgracia de padecer terribles enfermedades que les han convertido en supervivientes ya en temprana edad. Pero este planteamiento, basado en la experiencia personal del genio Espinosa, es solo una excusa para desarrollar mediante los excelsos dialogos, las imponentes imagenes y un banda sonora espectacular una autentica reflexión sobre la vida y la muerte, sobre el más allá y la concepción de la propia humanidad. Con una simbiosis entre sentimiento y razón, realidad y metafísica, arte y reflexión, las vidas de los jóvenes protagonistas y especialmente la del Hamlet contemporaneo Lleó (interpretado de forma más que magistral por el extremadamente talentoso y ganador del Gaudí a Mejor Actor Àlex Monner) emprenderán un camino hacia la inevitable lucha entre su alma y su cuerpo, dañado por la enfermedad, que desemboca en un clímax épico con uno de estos finales caudales en la historia de la narrativa.
Quizás uno se piense que por su impacto mediático esta serie sea solo un mero producto comercial o solo una serie sobre un hecho en concreto: el cáncer. Pero para alcanzar el análisis completo de esta rotunda obra universal, si es que podemos averiguar en su totalidad sus múltiples significados (quizás solo el propio autor sea el único capaz de comprender al 100% la magnífica serie), hay que fijarse en todos los detalles y a la vez dejarse llevar hacia terrenos metafísicos en sintonía con sus imagenes y sonidos. Es necesario hacer este ejercicio tanto intelectual como espiritual para comprender la filosofia escondida detrás de "Polseres Vermelles". Mezclando un halo surrealista propio de David Lynch, una narrativa tan potente como Woody Allen en su faceta dramática, una efectividad como Hitchcock o el mejor Spielberg en dirección i el carácter simbolista de Eisenstein, podemos encontrar un único precedente auténtico de esta serie en el espectacular film de Kubrick 2001: A Space Odyssey. Sin embargo, a diferencia del filme en cuestión, es la proximidad de la trama lo que nos acerca a la realidad y a la obra misma, sin distanciarse lo suficiente para no gustar como puede pasar en 2001. Espinosa juega también con el sentimiento para hacernos comprender, dejando él solo las teorías de Bertolt Brecht por el suelo y así renovar la concepción intelectual acerca del hecho artístico como representante de los valores e ideas de nuestro mundo.
Con una fotografia, diseño de producción i interpretaciones espectaculares (pensar que es solo una producción de la cadena local catalana puede parecer esperpéntico) y un guión inigualable, "Polseres Vermelles" ha conseguido trascender las barreras del arte para devenir en algo más, una reflexión sobre nosotros mismos, que seguro marcará enormemente a todas las generaciones por haber y por venir. Gracias, Espinosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Añadir que el último capítulo de esta serie es el que da confinamiento a todas las teorias y percepciones que uno va desarrollando a lo largo del visionado. Cuando uno alcanza la comprensión no solo de la propia serie sino de la existencia del universo es gracias a la extrema magia del final, un final a la vez abierto y cerrado, con un mensaje claro hacia el futuro que no solo es aplicable al caso del joven Lleó sino al de toda la humanidad, ya que él (Lleó es León en castellano) encarna a la personificación de nuestra espécie, convertido en el símbolo que representa la raza humana, tocada i desunida, físicamente deteriorada y con pocas probabilidades de supervivencia, pero que aguarda un espíritu de reflexión, de asimilación i de superación que se ven ejemplificados en la existencia de un ser tan fascinante como Albert Espinosa.