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Voto de Jose_Lopez_5:
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4,3
6.590
Aventuras. Ciencia ficción. Fantástico
Sean (Hutcherson) recibe una llamada de socorro desde una misteriosa isla, que no aparece en los mapas. Se trata de un lugar con extrañas formas de vida. Sean emprenderá la búsqueda acompañado de su padrastro (Johnson), de un piloto de helicóptero (Guzman) y su hermosa y temperamental hija (Hudgens). Secuela de "Viaje al centro de la tierra 3D". (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2020
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Año 2012. Dwayne Johnson lleva ya una década deambulando por el mundo del cine. Sabe que el "wrestling" da dinero, pero aún más Hollywood, por lo que estos años se los ha pasado aprendiendo el negocio del cine, adquiriendo eso que llaman "know how", "expertise" o, como diríamos por aquí, enterándose de qué va el cotarro. Aún le faltarían seis años para que lo nombrasen el actor mejor pagado, pero ya iba apuntando maneras. Baste decir que, ese mismo año, dio el salto a la producción.
Efectivamente, en el 2012, Johnson, tras comprender que la verdadera manteca se movía en los despachos, fundó su propia productora. La llamó Seven Bucks Productions (véase spoiler 1). Mientras tanto, siguió aprendiendo, y ahora tocaba probar fortuna allí donde Brendan Fraser había soltado el testigo. Por ello, se embarcó en la continuación de "Viaje al centro de la tierra" (2008). Película que en su momento se rodó con el único fin de aprovechar el 3D que tan de moda se había vuelto a poner, y que con tanto ahínco habían defendido apóstoles como James Cameron.
Si el anterior trabajo ya era una chorradita que prostituía la novela de Verne (véase spoiler 2), esta otra tiraba de "La isla misteriosa", también del mismo autor, para plantearnos una misión de rescate que, por supuesto, no tenía nada que ver con su predecesora. Lo que consiguieron fue parir una bobada, que se pasaba por el arco del triunfo la obra del francés, con la excusa de hacer caja aprovechando (otra vez) la tercera dimensión. Esto significó varias cosas.
Primero, que en la película abundan las situaciones con las que justificar el 3D, lo que deriva en planos en los que se arrojan objetos al espectador, o bien en donde los personajes se mueven hacia o desde el fondo. No son pocos, y pueden llegar a cansar (véase spoiler 3).
Segundo, que la historia y sus diálogos no tienen pies ni cabeza. Los hechos que se relatan son un atajo de sandeces, mientras que las frases son para fusilar al guionista. Sus responsables, no solo no persiguen ninguna verosimilitud, sino que más bien buscan apalearla con barras de hierro en un callejón oscuro. Un pelín más y les sale una parodia.
Tercero, que, para la época, el CGI es rabiosamente malo, dada la torpeza con que está insertado. Si, además, casi toda la película está plagada de ellos, el resultado es equivalente a verter un cubo lleno de gasolina para apagar un incendio. Duelen los ojos con algunas escenas (véase spoiler 4).
Cuarto, que los actores son penosos. Josh Hutcherson, Luis Guzman o Vanessa Hudgens son tres elementos de mucho cuidado que, encima, tienen que lidiar con líneas que son una píldora de cianuro para cualquier actor. De Dwayne Johnson, qué vamos a decir que no se sepa (véase spoiler 5). Por otro lado, la presencia de Michael Caine solo puede entenderse desde el punto de vista de un generoso cheque. Porque hay que estar mal de la cabeza para firmar para esto. Curiosamente, ello derivó en un efecto beneficioso para "La roca": al lado de tanto mendrugo, hasta parece que actúa y todo (véase spoiler 6).
En cuanto al dinero, no se sorprenderá si le digo que sus $79 millones de financiación se tradujeron en $335 millones. Tengo que asumir, a falta de más información, que lo lógico es pensar que este dinero lo hicieron gracias a los padres que llevaron a sus hijos.
En resumen, una película infumable, plagada de un CGI lamentable y con un guion absurdo. Cine infantil bastante idiota. Si, además, la ve a 48fps, tendrá la sensación de haberse tragado un pestiño de "Así se hizo" de hora y media. Lo de los pezones de Johnson mejor lo dejamos para otro día.
Efectivamente, en el 2012, Johnson, tras comprender que la verdadera manteca se movía en los despachos, fundó su propia productora. La llamó Seven Bucks Productions (véase spoiler 1). Mientras tanto, siguió aprendiendo, y ahora tocaba probar fortuna allí donde Brendan Fraser había soltado el testigo. Por ello, se embarcó en la continuación de "Viaje al centro de la tierra" (2008). Película que en su momento se rodó con el único fin de aprovechar el 3D que tan de moda se había vuelto a poner, y que con tanto ahínco habían defendido apóstoles como James Cameron.
Si el anterior trabajo ya era una chorradita que prostituía la novela de Verne (véase spoiler 2), esta otra tiraba de "La isla misteriosa", también del mismo autor, para plantearnos una misión de rescate que, por supuesto, no tenía nada que ver con su predecesora. Lo que consiguieron fue parir una bobada, que se pasaba por el arco del triunfo la obra del francés, con la excusa de hacer caja aprovechando (otra vez) la tercera dimensión. Esto significó varias cosas.
Primero, que en la película abundan las situaciones con las que justificar el 3D, lo que deriva en planos en los que se arrojan objetos al espectador, o bien en donde los personajes se mueven hacia o desde el fondo. No son pocos, y pueden llegar a cansar (véase spoiler 3).
Segundo, que la historia y sus diálogos no tienen pies ni cabeza. Los hechos que se relatan son un atajo de sandeces, mientras que las frases son para fusilar al guionista. Sus responsables, no solo no persiguen ninguna verosimilitud, sino que más bien buscan apalearla con barras de hierro en un callejón oscuro. Un pelín más y les sale una parodia.
Tercero, que, para la época, el CGI es rabiosamente malo, dada la torpeza con que está insertado. Si, además, casi toda la película está plagada de ellos, el resultado es equivalente a verter un cubo lleno de gasolina para apagar un incendio. Duelen los ojos con algunas escenas (véase spoiler 4).
Cuarto, que los actores son penosos. Josh Hutcherson, Luis Guzman o Vanessa Hudgens son tres elementos de mucho cuidado que, encima, tienen que lidiar con líneas que son una píldora de cianuro para cualquier actor. De Dwayne Johnson, qué vamos a decir que no se sepa (véase spoiler 5). Por otro lado, la presencia de Michael Caine solo puede entenderse desde el punto de vista de un generoso cheque. Porque hay que estar mal de la cabeza para firmar para esto. Curiosamente, ello derivó en un efecto beneficioso para "La roca": al lado de tanto mendrugo, hasta parece que actúa y todo (véase spoiler 6).
En cuanto al dinero, no se sorprenderá si le digo que sus $79 millones de financiación se tradujeron en $335 millones. Tengo que asumir, a falta de más información, que lo lógico es pensar que este dinero lo hicieron gracias a los padres que llevaron a sus hijos.
En resumen, una película infumable, plagada de un CGI lamentable y con un guion absurdo. Cine infantil bastante idiota. Si, además, la ve a 48fps, tendrá la sensación de haberse tragado un pestiño de "Así se hizo" de hora y media. Lo de los pezones de Johnson mejor lo dejamos para otro día.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1. Aunque 2012 fue el año de su creación, no produciría ninguna película hasta el 2017. Durante sus primeros cuatro años practicaría financiando trabajos televisivos menores. Eso sí, una vez dado el salto con "Jumanji: Bienvenidos a la jungla" (2017), los ingresos de Johnson se dispararían como un cohete.
2. No nos rasguemos las vestiduras. Las novelas de Verne han sido manoseadas sin piedad por el cine. Este sobado solo era otro más.
3. La escena en la que Johnson arroja bayas a la pantalla usando sus pectorales es, con diferencia, de las más ridículas que he visto para justificar el uso del 3D. Va camino de ser mítica.
4. El vuelo sobre abejas gigantes es, por ejemplo, uno de los instantes más vergonzosos de la cinta, tanto por su estupidez como por el uso de CGI. Pero no es, ni de lejos, el único. Amén de que, dada la profusión de imágenes sintéticas, una gran parte del metraje debió rodarse a golpe de "chroma".
5. Recordemos que, el año anterior, Dwayne ya había participado en la quinta entrega de "A todo gas" que, con un presupuesto de $125 millones, había hecho una taquilla global de $626 millones. La época en que Johnson era otro musculitos intentando hacer cine había pasado a la historia. Ahora era un musculitos al que Hollywood empezaba a querer. Eso sí, su capacidad para interpretar seguía casi igual de granítica.
6. Por extraño que parezca, hay momentos en que incluso parece ser el menos malo de todos. El momento ukelele, cantando una versión tuneada de "What a wonderful world", es (ridículamente) suyo.
2. No nos rasguemos las vestiduras. Las novelas de Verne han sido manoseadas sin piedad por el cine. Este sobado solo era otro más.
3. La escena en la que Johnson arroja bayas a la pantalla usando sus pectorales es, con diferencia, de las más ridículas que he visto para justificar el uso del 3D. Va camino de ser mítica.
4. El vuelo sobre abejas gigantes es, por ejemplo, uno de los instantes más vergonzosos de la cinta, tanto por su estupidez como por el uso de CGI. Pero no es, ni de lejos, el único. Amén de que, dada la profusión de imágenes sintéticas, una gran parte del metraje debió rodarse a golpe de "chroma".
5. Recordemos que, el año anterior, Dwayne ya había participado en la quinta entrega de "A todo gas" que, con un presupuesto de $125 millones, había hecho una taquilla global de $626 millones. La época en que Johnson era otro musculitos intentando hacer cine había pasado a la historia. Ahora era un musculitos al que Hollywood empezaba a querer. Eso sí, su capacidad para interpretar seguía casi igual de granítica.
6. Por extraño que parezca, hay momentos en que incluso parece ser el menos malo de todos. El momento ukelele, cantando una versión tuneada de "What a wonderful world", es (ridículamente) suyo.