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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Bélico. Acción Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine bélico ha cogido fuerza en los últimos años con producciones de la talla de “Dunkerque” (2017), “1917” (2019) o “Sin novedad en el frente” (2022), pero antes de estos mastodontes cinematográficos tuvimos oportunidad de disfrutar de otro peliculón no menos importante como “Corazones de acero”.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército alemán estaba ya arrinconado y las tropas americanas campaban por una Alemania destrozada, la fiera nazi todavía tenía las garras suficientemente afiladas para meter unos cuantos zarpazos, y no hay nada más peligroso que una fiera acorralada. El filme de David Ayer nos transporta al interior de un tanque americano, el “Fury” del título original, compuesto por una brigada de soldados encabezados por el sargento Wardaddy (Brad Pitt), que recorre un país devastado para limpiarlo de los últimos conatos de resistencia. A su unidad es destinado un soldado imberbe (Logan Lerman), un taquígrafo que no se ha estrenado todavía en el campo de batalla.

El filme se desarrolla con la crudeza y el realismo que vienen marcando la tendencia en el cine bélico desde “Salvar al soldado Ryan” (1998). El camino que recorre el “Fury” es un camino de muerte, y como tal lo muestra la oscura fotografía de Roman Vasyanov, reflejando el ambiente frío y desolador de los campos de la Alemania derrotada. Esos hombres, encerrados dentro de las planchas metálicas de un tanque, que han visto tantos horrores y han luchado codo con codo, se necesitan los unos de los otros para sobrevivir, y para ello han necesitado despojarse de cualquier atisbo de humanidad que les hubiera hecho dudar a la hora de apretar el gatillo, ya que ahí radica la diferencia entre vivir y morir.

Hacia la mitad del metraje, y relacionado con la entrada a un pueblo recién conquistado, la historia pasa de la acción bélica al drama, y alcanza una atmósfera de tensión muy remarcable. Es uno de los momentos cumbres de la cinta, haciendo de la calma una olla a presión que puede estallar en cualquier momento. A partir de esa cumbre, el filme parece ir deslizándose cuesta abajo hasta un clímax bastante más comercial y convencional que lo visto hasta ahora, pero no por ello menos insustancial.

Respecto al elenco, cabe destacar el buen hacer de todo el reparto. En especial, Jon Bernthal, Logan Lerman y Brad Pitt, este último demostrando que un actor con una trazabilidad irregular como la suya todavía puede ofrecer grandes trabajos, y cada vez más pulidos.
Richy
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