Casablanca

Mal guión, inventado sobre la marcha, algo imperdonable.

Demasiada improvisación, además no dicen la frase del título que fue el motivo por el que me la pegué.

Ya lo dijo Heidegger: "Me pegué toda la película para oir la dichosa frase y, al final, tal frase no salió." (M. Heidegger, Gessamtausgabe, Tomo 209, p. 458)

Gustoso seguiría con las risotadas, amigos, pero debo emprender la seriedad y equilibrio que me permita proceder a la redacción de esta crítica.

Iré al grano, amigos. La cinta es pretenciosa a mas no poder. Narra hechos históricos de forma partidista y tiene uno de los finales más ridículos y artificiales que he visto en la vida. Antes de llegar al final, uno aguanta con estupor y gallardía el tedioso avance de la cinta, lento a más no poder y del todo presuntuoso. Entonces intuye la llegada del final y se prepara para ser, en la medida de lo posible, amigos, conmovido. Cuál fue mi desoladora sorpresa al cerciorar lo mediocre del acabado de esta fatal cinta. Es una tomadura de pelo. Al final se consuela por perder a su amor con la amistad con un hombre. ¿Qué clase de hombre haría eso? Pero claro queda poético y profundo, el estoicismo del gran héroe. Es un insulto a la inteligencia.

No hagan caso de malos consejos, amigos. No pierdan el tiempo con el visionado de esta insufrible e irrisoria cinta. Debería quemar todos los dvd y negativos originales de la película.


-El intelectual-