La posesión
6,6
6.050
Terror
Berlín, antes de la caída del muro. Cuando Marc regresa de un viaje encuentra a su esposa Anna cambiada, muy nerviosa y perturbada. Por fin, le confiesa que tiene una aventura y lo abandona. Marc cae en una terrible depresión que lo lleva casi al borde de la locura. Poco después Marc se entera de que su mujer también ha abandonado a su amante, y la verdad sobre la aventura secreta de Anna se revelará monstruosa.
3 de diciembre de 2015
3 de diciembre de 2015
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confusa, enfermiza, pesadillesca, extraña, son pocos y me quedo corto los calificativos que reúne esta curiosa película de suspense y terror, llegando a provocar sensaciones variadas en el espectador.
Después de varios meses alejado de su hogar, un hombre regresa y se encuentra con una mujer totalmente cambiada, lo que provoca un estado enfermizo de inseguridad y deterioro en la pareja, haciendo que el marido descubra las extrañas relaciones que ha establecido su mujer durante su ausencia.
La posesión es una producción francesa, donde su director, Andrzej Zulawski, dirige un guion propio donde desarrolla su particular visión de la figura del matrimonio, ofreciendo un desarrollo pesadillesco y totalmente inquietante, donde todo lo expuesto se antoja forzado y exagerado. El director apuesta por una presentación confusa, inconexa y difícil de asimilar por el espectador, ofreciendo un tratamiento de la imagen violento y en continuo movimiento, potenciando las sobreactuaciones de sus intérpretes.
La película presenta un estilo visual grisáceo, insano, plasmando una ambientación incómoda y perturbadora con la que desarrollar una historia alejada de una lógica comprensible. El director se apoya en unos efectos artesanales para desarrollar una serie de monstruos inquietantes con los que descoloca al espectador. El argumento resulta confuso y el desarrollo de diversas situaciones roza el absurdo total. Se aprecia una lectura interesante acerca de la compleja figura del matrimonio, los problemas que traen la separación de la pareja y el proceso de destrucción de la misma.
Las interpretaciones del reparto pecan de ser sobreactuadas, destacando la peculiar labor de la pareja protagonista, unos desmesurados Sam Nell e Isabelle Adjani. Su labor llega a sobrepasar el histrionismo y la caricatura. Personalmente no me gustaron ninguno de los dos y no me resultaron convincentes en ningún momento.
La posesión no es un tipo de cine fácil de asimilar y de comprender, llegando a resultar incómodo, aburrido e insoportable. No es para cualquier tipo de público.
Después de varios meses alejado de su hogar, un hombre regresa y se encuentra con una mujer totalmente cambiada, lo que provoca un estado enfermizo de inseguridad y deterioro en la pareja, haciendo que el marido descubra las extrañas relaciones que ha establecido su mujer durante su ausencia.
La posesión es una producción francesa, donde su director, Andrzej Zulawski, dirige un guion propio donde desarrolla su particular visión de la figura del matrimonio, ofreciendo un desarrollo pesadillesco y totalmente inquietante, donde todo lo expuesto se antoja forzado y exagerado. El director apuesta por una presentación confusa, inconexa y difícil de asimilar por el espectador, ofreciendo un tratamiento de la imagen violento y en continuo movimiento, potenciando las sobreactuaciones de sus intérpretes.
La película presenta un estilo visual grisáceo, insano, plasmando una ambientación incómoda y perturbadora con la que desarrollar una historia alejada de una lógica comprensible. El director se apoya en unos efectos artesanales para desarrollar una serie de monstruos inquietantes con los que descoloca al espectador. El argumento resulta confuso y el desarrollo de diversas situaciones roza el absurdo total. Se aprecia una lectura interesante acerca de la compleja figura del matrimonio, los problemas que traen la separación de la pareja y el proceso de destrucción de la misma.
Las interpretaciones del reparto pecan de ser sobreactuadas, destacando la peculiar labor de la pareja protagonista, unos desmesurados Sam Nell e Isabelle Adjani. Su labor llega a sobrepasar el histrionismo y la caricatura. Personalmente no me gustaron ninguno de los dos y no me resultaron convincentes en ningún momento.
La posesión no es un tipo de cine fácil de asimilar y de comprender, llegando a resultar incómodo, aburrido e insoportable. No es para cualquier tipo de público.
22 de febrero de 2011
22 de febrero de 2011
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente no me veo capaz de posicionarme claramente ante este filme de visionado nada fácil y que ha creado en mi sentimientos encontrados y opiniones divergentes.
Por un lado, me ha parecido un filme terrorífico, complejo, lleno de desasosiego, alucinógeno, rico en múltiples lecturas y muy bien interpretado sobre todo por la bellísima Isabelle Adjani pero por otro una peli un tanto burda, excesiva, absurda, pretenciosa y en cierta forma exhibicionista.
Por otro lado, el hecho de no continuar con el tono intimista de la misma en la parte final le hace bajar y es que el film se pierde un poco entre tanta sangre, tiros y persecuciones.
Pienso que deberé verla una segunda vez para posicionarme de forma más clara ante esta rara avis del Sr. Zulawski. Eso sí, veremos cuando la volveré a ver porque hay que estar bien predispuesto para su visionado.
Por un lado, me ha parecido un filme terrorífico, complejo, lleno de desasosiego, alucinógeno, rico en múltiples lecturas y muy bien interpretado sobre todo por la bellísima Isabelle Adjani pero por otro una peli un tanto burda, excesiva, absurda, pretenciosa y en cierta forma exhibicionista.
Por otro lado, el hecho de no continuar con el tono intimista de la misma en la parte final le hace bajar y es que el film se pierde un poco entre tanta sangre, tiros y persecuciones.
Pienso que deberé verla una segunda vez para posicionarme de forma más clara ante esta rara avis del Sr. Zulawski. Eso sí, veremos cuando la volveré a ver porque hay que estar bien predispuesto para su visionado.
18 de mayo de 2024
18 de mayo de 2024
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las actuaciones son malas, sobreactuadas; el guion lo podría haber escrito un niño de primaria; y la dirección no se distingue de la de cualquier cinta de serie b. Y no, no es que no la entienda, es que la única razón por la que esta película totalmente fallida es considerada una obra de culto es porque hay demasiados pseudo intelectuales que toman drogas en exceso y acaban en el más profundo de los onanismos existenciales. Fin.
12 de agosto de 2019
12 de agosto de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brutal... Simplemente brutal...
Con una atmósfera fría, incómoda, sucia y muy malrollera, Zulawski nos sumerge en una pesadilla conyugal de lo más enfermiza y obscena que recuerdo haber visto (salvando las distancias con "Lunas de Hiel"). Possession es, además de un duro drama psicológico, una especie de thriller fantástico y surrealista que roza por momentos el auténtico terror.
Muy bien interpretada y con un sonido ambiental muy pero que muy conseguido. Isabelle Adjani da miedo.
Con una atmósfera fría, incómoda, sucia y muy malrollera, Zulawski nos sumerge en una pesadilla conyugal de lo más enfermiza y obscena que recuerdo haber visto (salvando las distancias con "Lunas de Hiel"). Possession es, además de un duro drama psicológico, una especie de thriller fantástico y surrealista que roza por momentos el auténtico terror.
Muy bien interpretada y con un sonido ambiental muy pero que muy conseguido. Isabelle Adjani da miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena del aborto de Anna (Adjani) en el metro es tremendamente perturbadora e incómoda de ver.
1 de abril de 2021
1 de abril de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta recordar una película donde se aborde la crisis de pareja desde una perspectiva tan física y desenfrenada como la que nos ocupa. Todo un ejercicio emocional, intenso y descontrolado, que sirve como metáfora de las transformaciones que sufren los otrora amantes una vez que se les sumerge en encrucijadas amorosas, donde los celos, y los monstruos derivados de estos, se materializan de la forma más repulsiva y viscosa, y los vaivenes emocionales convierten a sus protagonistas en seres poseídos por los demonios del desconsuelo, la ira y la venganza.
Un filme que no dejará indiferente a nadie, en el que el exceso y la locura se revisten con gélidas y azuladas imágenes para trasladarnos a ese Berlín industrial, con el famoso y castrador muro de por medio, en el que, según la concepción del propio director, poca cabida tenía el raciocinio y, mucho menos, las relaciones interpersonales carentes de toxicidad.
Nos encontramos ante una obra compleja, que se antoja alejada de cualquier atisbo de casualidad, en la cual todo parece sumamente estudiado para reforzar su demoledor mensaje. Sin embargo, todo hay que decirlo, la recepción del mismo no sería posible sin la total entrega de unos intérpretes poniendo toda su cordura en el asador, con un agotador ejercicio de sobreactuación (más él) e histrionismo (más ella). No quiero ni pensar el estado físico y mental de los actores una vez finalizado el rodaje de ciertas escenas.
Lo mejor; Adjani y su perturbadora y excesiva posesión en los túneles del metro.
Lo peor; Su desmesura no es apta para todos los públicos.
Un filme que no dejará indiferente a nadie, en el que el exceso y la locura se revisten con gélidas y azuladas imágenes para trasladarnos a ese Berlín industrial, con el famoso y castrador muro de por medio, en el que, según la concepción del propio director, poca cabida tenía el raciocinio y, mucho menos, las relaciones interpersonales carentes de toxicidad.
Nos encontramos ante una obra compleja, que se antoja alejada de cualquier atisbo de casualidad, en la cual todo parece sumamente estudiado para reforzar su demoledor mensaje. Sin embargo, todo hay que decirlo, la recepción del mismo no sería posible sin la total entrega de unos intérpretes poniendo toda su cordura en el asador, con un agotador ejercicio de sobreactuación (más él) e histrionismo (más ella). No quiero ni pensar el estado físico y mental de los actores una vez finalizado el rodaje de ciertas escenas.
Lo mejor; Adjani y su perturbadora y excesiva posesión en los túneles del metro.
Lo peor; Su desmesura no es apta para todos los públicos.
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