A la caza

Después de una década como los setenta donde Al Pacino se llevó todos los elogios, y no todos los premios que merecía, empezó la década de los ochenta con un interesante cambio de registro, un policía que debe infiltrarse en el mundillo gay para descubrir a un asesino de homosexuales.

Parecía en principio una película policiaca donde William Friedkin y Al Pacino podían sacar petróleo, pero una vez vista 'A la caza' la cosa está entre indiferencia y confusión, una unida a la otra.

Indiferencia porque, lo que en principio parecía una película de género policiaco con la estructura habitual sin ser tampoco nada destacable lo que se va viendo (indiferencia), termina convirtiéndose en una policíaca 'lynchiana' donde no se sabe bien a donde nos ha querido llevar realmente la cinta, y de ahí la confusión. El guión tenía mucho más potencial para sacar (la transformación del personaje de Pacino o las motivaciones del asesino, por ejemplo), si bien termina siendo, como digo, un poco bizarro y bastante contenido en el tono, hasta Al Pacino no da todo su talento.

Por otro lado, no veo en el trabajo de Friedkin toda la polémica que suscitó en su día por el retrato del mundillo del sadomasoquismo homosexual, simplemente se ve lo que uno espera ver. Supongo que serían otros tiempos y fue quizás otro factor del por que este filme no llegó a carburar.

Y aún dicho todo esto, no es una peli que no recomendaría, a los cinéfilos de pro les puede interesar ver un registro nuevo de una leyenda como Pacino y la realización de William Friedkin; aunque lo visto está muy por debajo de lo que se dice.

Película maldita que supuso un resbalón en la ya declinante carrera de Friedkin y uno de los mayores fracasos comerciales de Al Pacino, quien de hecho estuvo más de dos años sin estrenar otra película. Todo ello se debió a la fría respuesta de la crítica y el público, más las protestas del lobby gay, por la imagen negativa que, según éste, se da del colectivo.

40 años después "Cruising" se ve como poco transgresora, más allá de algunas imágenes fuertes (fistfucking y las de los crímenes), pero también es verdad que a la película le recortaron más de media hora en una especie de censura de cara a su comercialización; aún así quedaron algunas escenas valientes, insólitas para la época, en un tiempo en el que lo homosexual estaba más soterrado y el asunto del SIDA estaba a punto de desencadenarse.

A favor de "A la caza" está su atmósfera y su ambiente, malsano y sórdido, la banda sonora, Pacino en otra gran actuación (aparte de su valentía por meterse en un papel gayer, aunque sus escenas son muy blancas) y sin duda el enigmático y abierto final, que deja mal sabor de boca. Lo peor es que la intriga criminal queda floja y que nunca sabremos cómo hubiera quedado la película sin la censura.

La verdad es que Al Pacino vestido de cuero y con cadenas parece un muñeco de acción, tan pequeñito el y tan mono, es normal que se lo rifen las dominatrix de la noche.

La película cae en el error de que la investigación policial va perdiendo fuelle a medida que pasan los minutos y lo único que hace que sigas pegado a la pantalla es la curiosidad de saber si al final le romperán el orto o no y si le gustará y se pasará al lado oscuro de la fuerza definitivamente.

Hay signos evidentes de que va adentrándose cada vez más en el lado oscuro a medida que frecuenta los locales nocturnos dedicados al gremio del cuero, se nota en sus miradas lascivas y sudorosas a los tiarrones bigotudos, además prueba el popper y baila como una posesa y la prueba definitiva, ya no se tira a su novia (seguramente por la falta de bigote y pelo en el pecho de esta).

Bueno, esta película me ha dejado con un mal cuerpo que no me esperaba. No me ha gustado. El final me ha dejado descolocada, lo que no es malo, más bien lo contrario, y posiblemente sea lo que más interesante me ha parecido de todo. La razón principal para ver la película, por supuesto, es la intervención en ella del genial Pacino, que siempre me encanta, las miradas de este hombre son impactantes. Aquí está impecable, una vez más. Pero es él el que lleva sín duda todo el peso de la cinta, ya que los secundarios están todos para ponerse a practicar sado con ellos. Paul Sorvino está desganado, apático, desaprovechado, como desaprovechada está Karen Allen, que ni pincha ni corta. El ambiente sórdido en le que se mueve el protagonista todo el tiempo es asfixiante, muy logrado, pero desagradable. No me extraña en absoluto que montara lo que montó en los 80. En definitiva, no la volvería a ver, y es de las películas de Pacino que menos me han llegado.

Tras unos inicios espectaculares la carrera de William Friedkin se descarriló tras el estrepitoso fracaso de "Carga maldita", considerada por muchos como el paso en falso de la trayectoria del director, en aquella época ahogado en su ego. Al parecer "A la caza" tenía que ser el film que le devolviera la fama, pero la controversia que suscitó fue tal que eclipsó a la propia película. Al Pacino está fatal, y mira que parece difícil, el guión parece improvisado, la trama es imposible tomársela en serio con tanto estereotipo de manual... A final lo que nos queda es un ambigüo final y la sensación de haber perdido la oportunidad de ofrecer un brillante policíaco. Algunas escenas parecen dignas de cine de terror, con esa atmósfera tan sórdida y sombría de los antros gays del Nueva York de los 70. De hecho el film se basa totalmente en su clima malsano y tangible más que en un guión bien estructurado. A todas luces fallida.