Poesía
7,2
3.185
Drama
Mija es una anciana que vive con su nieto en una pequeña ciudad coreana. Es una mujer excéntrica y llena de curiosidad, que disfruta cuidando su aspecto y exhibe sombreros con motivos florales y vestidos con vivos colores. El azar la lleva a asistir a cursos de poesía en la casa de la cultura de su barrio y a escribir su primer poema. Busca la belleza dentro de su ambiente habitual, al que no había prestado ninguna atención hasta ese ... [+]
4 de noviembre de 2019
4 de noviembre de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año pasado el realizador surcoreano Lee Chang-dong arrasó ante la crítica, cual tsunami, con “Burning” (2018). Pero antes de ponerme con ella, en frío como quien dice, por no haber visto nada suyo, he decidido hacer entrar en calor el motor con alguna cinta anterior del cineasta. Y la elegida ha sido “Poesía”, la precedente obra que entregó. Y la verdad sea dicha, nada mal como toma de contacto con Lee Chang-dong.
Dulce a la par que amargo relato sobre buscar la belleza en un mundo feo por naturaleza el que nos entrega Lee Chang-dong en “Poesía”. Película que empapa en frío todo lo que se muestra incapaz de calar en caliente, cosa que ya dudo si es virtud o defecto del cine asiático.
Mija es una anciana llena de vitalidad, y siempre deseosa de aprender cosas nuevas. Por ello decide apuntarse a clases de poesía, arte que siempre le ha atraído aunque nunca ha dominado. Pero un inesperado suceso relacionado con alguien de su entorno está a punto de cambiar su día a día y su vida. Así comienza este poderoso drama incapaz de dejarte indiferente, sensación que se acrecenta en frío. Llegando a tal punto que rememoro su sinopsis y se me ponen los pelos de punta, culminada esa sensación por un magistral desenlace que te deja de piedra.
“Poesía” es una obra pausada y sosegada, cosa que como espectador no siempre he sobrellevado de igual manera. Aunque analizando posteriormente la película compruebas que hay muchos momentos que en caliente parecen sobrantes pero luego en frío no lo son.
En fin, supongo todos los caminos llevan a Roma. Empiece hablando de lo que empiece hablando, siempre acabo retornando al Sol sobre el que gira esta propuesta de Lee Chang-dong. Lo que varia su influjo sobre el espectador pasando del caliente al frío. Si en caliente “Poesía” me hubiera transmitido las estupendas mismas sensaciones que en frío, seguramente estaríamos hablando de una masterpiece. Por desgracia no es así.
Dulce a la par que amargo relato sobre buscar la belleza en un mundo feo por naturaleza el que nos entrega Lee Chang-dong en “Poesía”. Película que empapa en frío todo lo que se muestra incapaz de calar en caliente, cosa que ya dudo si es virtud o defecto del cine asiático.
Mija es una anciana llena de vitalidad, y siempre deseosa de aprender cosas nuevas. Por ello decide apuntarse a clases de poesía, arte que siempre le ha atraído aunque nunca ha dominado. Pero un inesperado suceso relacionado con alguien de su entorno está a punto de cambiar su día a día y su vida. Así comienza este poderoso drama incapaz de dejarte indiferente, sensación que se acrecenta en frío. Llegando a tal punto que rememoro su sinopsis y se me ponen los pelos de punta, culminada esa sensación por un magistral desenlace que te deja de piedra.
“Poesía” es una obra pausada y sosegada, cosa que como espectador no siempre he sobrellevado de igual manera. Aunque analizando posteriormente la película compruebas que hay muchos momentos que en caliente parecen sobrantes pero luego en frío no lo son.
En fin, supongo todos los caminos llevan a Roma. Empiece hablando de lo que empiece hablando, siempre acabo retornando al Sol sobre el que gira esta propuesta de Lee Chang-dong. Lo que varia su influjo sobre el espectador pasando del caliente al frío. Si en caliente “Poesía” me hubiera transmitido las estupendas mismas sensaciones que en frío, seguramente estaríamos hablando de una masterpiece. Por desgracia no es así.
28 de mayo de 2019
28 de mayo de 2019
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mija es una mujer de 66 años que vive cuidando de Wook, su nieto adolescente (su hija se lo dejó al divorciarse). Viven en una ciudad no muy grande (no queda identificada, de hecho el rodaje se realizó en diferentes lugares) y ella se gana la vida, dada su exigua pensión, cuidando a un señor mayor que ha sufrido una hemiplejia y limpiando el piso donde el hombre vive junto a su hijo, nuera y nietos. Sintiendo la soledad afectiva en la que habita, y ante la total indiferencia que su nieto manifiesta por ella. Mija se apunta a un curso de poesía, que si no la va a ayudar a salir de su aislamiento, al menos, la hará fijarse más en aquellas pequeñas cosas que la rodean y disfrutar con ello. Un principio de Alzheimer y el delictivo hecho cometido por su nieto, junto a otros compañeros de instituto, harán que su vida no sea solo dura y dolorosa debido a su solitud.
Lee Chang-Dong (escritor, exministro de cultura de su país y cineasta) dirige esta película y es el autor del guion. Dotada de una gran sensibilidad, de una mirada, por parte del personaje principal y la narración, budista, de manera sutil, acompañada a veces de un delicado simbolismo, esta obra nos muestra varias cosas, todas ellas no ya tristes, sino desoladoras, tanto en cuanto lo que le acaece al personaje central como en lo que ocurre en su entorno.
Película que señala el desinterés por el prójimo en una sociedad individualista y, sobre todo, la soledad de la protagonista, con una única hija que ni la visita y con un nieto adolescente que, como todos sus coetáneos, solo requieren a sus mayores para que éstos satisfagan sus necesidades. Pero esos dos problemas solo son el inicio del suplicio que va a pasar Mija. El dolor, que jamás exteriorizará, pero que terminará haciéndose insoportable, se hará presente en su vida: por el crimen cometido por su nieto, las consecuencias que para él pueda tener, el pesar por el destino de la víctima y por saber que ha comenzado a sufrir demencia. En muy poco su situación se verá aliviada por su afición a la poesía que acaba de descubrir, ni, debido a ella, el fijarse en la belleza que la rodea existente en lo cotidiano.
Yun Jeong-Hie, famosísima en su país desde finales de los sesenta hasta primeros de los ochenta, luce una extraordinaria interpretación del papel de Mija (por cierto, el verdadero nombre de la actriz es ese, Mija, o Mi-ja). Esta intérprete llevaba alejada quince años de su profesión, e incluso viviendo en Francia durante todo ese tiempo; sin embargo, Lee Chang Dong declaró que escribió el personaje pensando en ella.
Lee Chang-Dong (escritor, exministro de cultura de su país y cineasta) dirige esta película y es el autor del guion. Dotada de una gran sensibilidad, de una mirada, por parte del personaje principal y la narración, budista, de manera sutil, acompañada a veces de un delicado simbolismo, esta obra nos muestra varias cosas, todas ellas no ya tristes, sino desoladoras, tanto en cuanto lo que le acaece al personaje central como en lo que ocurre en su entorno.
Película que señala el desinterés por el prójimo en una sociedad individualista y, sobre todo, la soledad de la protagonista, con una única hija que ni la visita y con un nieto adolescente que, como todos sus coetáneos, solo requieren a sus mayores para que éstos satisfagan sus necesidades. Pero esos dos problemas solo son el inicio del suplicio que va a pasar Mija. El dolor, que jamás exteriorizará, pero que terminará haciéndose insoportable, se hará presente en su vida: por el crimen cometido por su nieto, las consecuencias que para él pueda tener, el pesar por el destino de la víctima y por saber que ha comenzado a sufrir demencia. En muy poco su situación se verá aliviada por su afición a la poesía que acaba de descubrir, ni, debido a ella, el fijarse en la belleza que la rodea existente en lo cotidiano.
Yun Jeong-Hie, famosísima en su país desde finales de los sesenta hasta primeros de los ochenta, luce una extraordinaria interpretación del papel de Mija (por cierto, el verdadero nombre de la actriz es ese, Mija, o Mi-ja). Esta intérprete llevaba alejada quince años de su profesión, e incluso viviendo en Francia durante todo ese tiempo; sin embargo, Lee Chang Dong declaró que escribió el personaje pensando en ella.
24 de enero de 2011
24 de enero de 2011
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El auge del cine coreano en los últimos años ha sido bastante espectacular. De ser un cine completamente desconocido y exótico ha pasado a ser un referente en todos los festivales de cine y seguramente sea hoy en día la cinematografía más novedosa del continente asiático. De entre los muchos directores que hemos conocido en estos años posiblemente sea Lee Chang-dong uno de los más respetados por la crítica. Con sus películas Oasis y Secret Sunshine se ganó el aplauso generalizado de crítica y público, algo que se ha confirmado con su última película, Poesía.
La historia que cuenta Poesía es, a priori, apasionante. Habla sobre el conflicto interno que vive una anciana, que a la vez que se entera de que tiene un principio de Alzheimer, descubre que el nieto adolescente que está criando ha participado en la violación de una compañera de clase que se ha suicidado después del trauma vivido. A su vez descubre su pasión por la poesía en unos talleres en los que participa.
La historia esta contada con mucha calma, de forma pausada, pero aunque dura más de dos horas en ningún momento se tiene la sensación de que la película sea lenta o aburrida. La narración está perfectamente dosificada, y solo en momentos puntuales, como son los interminables recitales de poesía, se tiene la sensación de que al director se le ha ido la mano.
El principal problema lo encuentro en la dificultad que me supone aceptar y entender la historia en los términos en los que transcurre. Las reacciones de los padres de los chicos acusados de la violación, de los responsables del colegio, de la propia abuela protagonista, e incluso, de la madre de la niña muerta, escapan completamente a la lógica occidental. Quizás me equivoque, y no es un problema de diferencia cultural, sino de enfoque del propio director, pero tengo que reconocer que no conecto en absoluto con la sensibilidad que transmite la película. Así que el conflicto dramático que propone, que en principio resulta de lo más interesante, al final solo consigue distanciarme completamente de la película.
Siempre queda el retrato que se hace de una mujer mayor perdida en un entorno que se empieza a desmoronar. El trabajo de la actriz Yun Junghee es un prodigio de sutileza, con unos primeros planos en los que se puede apreciar cada una de las sensaciones que pasan por la cabeza de una persona que está viviendo emociones tan extremas.
Admitiendo que, en esencia, Poesía se puede considerar una película notable, tengo que reconocer a mí me ha provocado sensaciones bastante contradictorias, que me impiden reconocerla como tal.
La historia que cuenta Poesía es, a priori, apasionante. Habla sobre el conflicto interno que vive una anciana, que a la vez que se entera de que tiene un principio de Alzheimer, descubre que el nieto adolescente que está criando ha participado en la violación de una compañera de clase que se ha suicidado después del trauma vivido. A su vez descubre su pasión por la poesía en unos talleres en los que participa.
La historia esta contada con mucha calma, de forma pausada, pero aunque dura más de dos horas en ningún momento se tiene la sensación de que la película sea lenta o aburrida. La narración está perfectamente dosificada, y solo en momentos puntuales, como son los interminables recitales de poesía, se tiene la sensación de que al director se le ha ido la mano.
El principal problema lo encuentro en la dificultad que me supone aceptar y entender la historia en los términos en los que transcurre. Las reacciones de los padres de los chicos acusados de la violación, de los responsables del colegio, de la propia abuela protagonista, e incluso, de la madre de la niña muerta, escapan completamente a la lógica occidental. Quizás me equivoque, y no es un problema de diferencia cultural, sino de enfoque del propio director, pero tengo que reconocer que no conecto en absoluto con la sensibilidad que transmite la película. Así que el conflicto dramático que propone, que en principio resulta de lo más interesante, al final solo consigue distanciarme completamente de la película.
Siempre queda el retrato que se hace de una mujer mayor perdida en un entorno que se empieza a desmoronar. El trabajo de la actriz Yun Junghee es un prodigio de sutileza, con unos primeros planos en los que se puede apreciar cada una de las sensaciones que pasan por la cabeza de una persona que está viviendo emociones tan extremas.
Admitiendo que, en esencia, Poesía se puede considerar una película notable, tengo que reconocer a mí me ha provocado sensaciones bastante contradictorias, que me impiden reconocerla como tal.
5 de diciembre de 2010
5 de diciembre de 2010
7 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Te diagnostican Alzheimer y tienes que enfrentarte sola a un mundo "moderno" que ya antes no entendías: incomunicación, violencia en todas sus vertientes explícitas o solapadas, autocomplacencia omnipresente y de regalo un nieto consentido -paradigma de la generación actual- que vive en su propia galaxia; todo ello aderezado con la peculiar ética oriental que genera oscuras exigencias que te vuelven todavía más tarumba. ¿És aprender a hacer poesía una solución a todo ello?.
La cinta cumple su objetivo de transmitir el mensaje. Pero es larga y lenta, sin opción a la ironía, de fotografía mediocre y toda ella fatalmente previsible; en resumen: un dramón deprimente. Los que no conocíamos al director ni ninguna de su obras previas y que vimos anunciado: "Poesía, Corea, buenas críticas" y esperábamos un poema visual de alto contenido filosófico como los de Kim Ki-Duk, nos hemos quedado con tres palmos de narices.
¡Es lo que hay!, que diríamos aquí... ¿O también allí?
La cinta cumple su objetivo de transmitir el mensaje. Pero es larga y lenta, sin opción a la ironía, de fotografía mediocre y toda ella fatalmente previsible; en resumen: un dramón deprimente. Los que no conocíamos al director ni ninguna de su obras previas y que vimos anunciado: "Poesía, Corea, buenas críticas" y esperábamos un poema visual de alto contenido filosófico como los de Kim Ki-Duk, nos hemos quedado con tres palmos de narices.
¡Es lo que hay!, que diríamos aquí... ¿O también allí?
19 de septiembre de 2010
19 de septiembre de 2010
10 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por el argumento inicial parece que nos enfrentamos a una película diferente y eso me motivó a verla. Realmente la protagonista hace un gran trabajo como la abuela excentrica que debe cuidar de su nieto pero........la realidad es que un comienzo prometor se va diluyendo en un metraje excesivo desde cualquier punto de vista.
El guión dedica muchos minutos a la declamación de poemas. Puedes pensar que eso es lógico teniendo en cuenta el título y que la abuela quiere escribir un poema. Me temo que no es lógico si ves el film y escuchas los poemas, ya que no podrían ser más tontos e insustanciales. Esas partes del film resulta totalmente soporíferas y tristemente entorpecen el ritmo del film. Escuché ronquidos en la sala de cine y no me extraña.
Por lo demás, merece la pena. La buena es que la he visto en v.o. subtitulada, si tu haces lo mismo con cerrar los ojos cuando declaman suficiente. Eso si, yo ya he advertido que es soporífera...........
El guión dedica muchos minutos a la declamación de poemas. Puedes pensar que eso es lógico teniendo en cuenta el título y que la abuela quiere escribir un poema. Me temo que no es lógico si ves el film y escuchas los poemas, ya que no podrían ser más tontos e insustanciales. Esas partes del film resulta totalmente soporíferas y tristemente entorpecen el ritmo del film. Escuché ronquidos en la sala de cine y no me extraña.
Por lo demás, merece la pena. La buena es que la he visto en v.o. subtitulada, si tu haces lo mismo con cerrar los ojos cuando declaman suficiente. Eso si, yo ya he advertido que es soporífera...........
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las miradas de la protagonista en algunas escenas son realmente increibles. Como evita enfrentarse a los problemas y prefiere centrase en su poema como válvula de escape.
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