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El coleccionista

Drama Freddie Clegg, un empleado del Banco de Londres, es un hombre introvertido y triste que se dedica a coleccionar mariposas. Su vida cambia bruscamente cuando le toca la lotería, pues entonces decide secuestrar a Miranda Grey, una joven estudiante de arte por la que se siente atraído desde hace tiempo. Compra una casa en las afueras de Londres y retiene a la chica en el sótano un mes. Durante ese tiempo afloran en los dos personajes ... [+]
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
1 de diciembre de 2007
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña película de W.W. Una cinta de obsesiones, de frustraciones sociales, de cómo llega a ser de sencillo hacerse con la posesión de otra persona, como, al fin y al cabo, podemos coleccionar todo aquello que deseamos.
Gracias a un tecnicolor deslumbrante, Wyler nos hace discurrir por el sendero de la locura consciente, por el camino del mal disfrazado.
Recomendable de ver ( quizá algo larga ), una cinta atípica de su director.
misled
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19 de julio de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duelo interpretativo de altura del dúo protagonista en un drama psicológico raro y diferente. El polifacético Wyler ofrece una historia surrealista que lleva a situaciones límite a los dos, secuestrador y secuestrada. Aunque no hay duda en que el secuestrador lleva a cabo un plan maléfico, su conducta sale por otro lado y muestra una cara amable y servicial, siempre con la bandeja para arriba y para abajo, lo cual es diferente y raro, inclasificable, muy diferente respecto a la lista de psicópatas que tiene la historia del cine. Opino que su extremada educación corre paralela a una lógica intención final, que se enamoren de él, pero claro, hacerlo así siempre será propio de un zumbado, se mire por donde se mire, y aunque su metódico plan se encuentre tan lejos de la violencia y pueda parecer hasta simpático, el protagonista es un loco peligroso sin remedio. El final, en forma de cierre de círculo o ciclo para que empiece un nuevo e idéntico es prueba que este hombre, con tanto dinero y tiempo libre, no tiene remedio.

Puede que la película se extienda demasiado, dos personas sumado prácticamente todo el metraje puede llegar a ser por momentos cansino de ver, pero la trama aguanta su interés por saber cómo se resuelve el final. Así que correcta, diferente, y desde luego cuenta con un psicópata singular, un ejemplo de distinción.
Luisito
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31 de agosto de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Willian Wyler, nació en 1902 en el seno de una familia judía en la Alsacia francesa, por entonces perteneciente al imperio alemán. A los 21 años se nacionalizó en EEUU, donde realizó la mayor parte de su carrera. Autor de un montón de obras maestras entre las que destacan Desengaño, Brigada 21, Vacaciones en Roma, La gran prueba, Horizontes de grandeza y Ben-Hur por la que recibió en 1959 todos los Oscar (11), hecho insólito que, años más tarde, lograrían también Titanic (1997) y El señor de los Anillos (2003).
El coleccionista es una película muy distinta al resto de las de Wyler. Lleva el sello inglés. La huella de la ciudad. Como le pasa a las películas que ha rodado recientemente en Londres Woody Allen. Se trata de un drama psicológico, el rapto de una joven por un desequilibrado, tímido e introvertido empleado de banca. (Hechos reales similares se han producido en varias ocasiones en fechas muy recientes.)
Terence Stamp da muy bien la imagen del protagonista, entomólogo y coleccionista de mariposas, cuyos gestos, miradas y movimientos recuerdan a un autista. Un premio grande en las quinielas le permite comprar un caserón en las afueras de Londres, reformarlo y convertirlo en un lugar idóneo para coleccionar también chicas de las que se enamora a distancia. La película cuenta la historia del primer secuestro, su desarrollo y su final. Muy bien también Samantha Eggar, la estudiante de arte secuestrada.
Aunque apenas hay escenas de exteriores, salvo al comienzo cuando la chica es seguida por la furgoneta que conduce él, la película resuelve muy bien el ambiente teatral creado alrededor de los dos protagonistas encerrados en la casa. Es raro que no se haya hecho, al menos lo desconozco, una versión para el teatro. Vista cuarenta y cuatro años después de su estreno el film no ha perdido interés ni frescura. Hay que volver a verla, o hacerlo por primera vez. No se arrepentirán. El maestro Wyler sigue en forma. Y eso que nos dejó en 1981.
Mario
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20 de mayo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
William Wyler dirige con habilidad un complejo drama psicológico sobre un psicópata que rapta a una joven estudiante de bellas artes y la retiene en su casa de campo. Este particular duelo interpretativo se sostiene gracias a unos actores extraordinarios, un prodigioso guión y la destreza del director para sacar lo mejor de sus intérpretes.

Dos personajes y un escenario cerrado en el que un apocado entomólogo antiguo cajero en un banco al que le ha tocado la lotería, se compra un caserón en el campo para dedicarse a su afición favorita, coleccionar mariposas. Sin embargo, este tímido empleado de banca es también un psicópata que está obsesionado con una hermosa estudiante de bellas artes a la que planea secuestrar y encerrarla en el sótano de su casa debidamente acondicionado. Lo que pretende es que ella con el tiempo se enamore de él. Terence Stamp incomprensiblemente no fue nominado al Oscar por el que quizá sea su mejor trabajo en el cine. Un atractivo perturbado de inquietante mirada y retraído pero muy inteligente que se obsesionará hasta el extremo con la sufrida Samantha Eggar. Una actriz que se dio a conocer con esta película y que fue nominada al Oscar por su excelente actuación. De expresiva mirada, con esos hermosos ojos verdes consigue junto a su compañero hacer creíble en todo momento la tensa situación en la que se encuentra.

Stamp parece un tipo encantador y educado de rasgos y maneras agradables sin embargo su expresión cambia por momentos cuando ella trata de escapar. Pasa de la mirada tierna a la inquietante con suma facilidad acompañada de gestos de hombre atribulado y taciturno que demuestran que no está bien de la cabeza. Ella tratará de usar todas sus armas para persuadirle y la deje marchar pero la compleja personalidad de él no le pondrá las cosas nada fáciles. Ambos son personajes muy distintos. Ella es una mujer culta, inteligente y está llena de vida. Tiene sus inquietudes y sueños además de una gran aptitud para la pintura. Él por el contrario es un hombre encerrado en si mismo, alejado de la civilización, sin ninguna necesidad de contacto con los demás, excepto con su amor platónico. Es un hombre obsesivo e inteligente y con pequeñas dosis de sensibilidad en el trato con su amada o en su afición a cazar mariposas y coleccionarlas. Sin embargo en el fondo es un hombre atormentado, triste y muerto por dentro. Sólo hay que fijarse en el modo de vestir de uno y otro para entender el contraste. Mientras ella viste ropa moderna con colores vivos y alegres, él, todo lo contrario. Viste ropas grises y clásicas.

El guión plantea una situación creíble con un desarrollo de la personalidad de los personajes muy interesante y con pequeñas dosis de intriga que mantienen la tensión en todo momento. El argumento resulta de lo más original y sorprende la versatilidad de su director para manejarse en este género acostumbrados como nos tiene a películas de corte familiar como La gran prueba o Ben-Hur. La inspirada banda sonora de Maurice Jarre es el perfecto acompañamiento para la historia.

A finales de los ochenta Pedro Almodóvar filmó su particular remake con Antonio Banderas y Victoria Abril como protagonistas pero está a años luz del original.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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22 de febrero de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frederick Clegg es un empleado de banca gris y muy retraído, un experto lepidopterista, objeto de las burlas de sus compañeros. Un día gana un premio en las quinielas que le permite comprar una casa en el campo a las afueras de Londres y disponer de tiempo para hacer lo que realmente quiere hacer.

Vive en su propio mundo alejado de todos, en el interior de su mente, y mientras que cazar mariposas para su colección llenaba su tiempo antes, ahora va a dar rienda suelta a su fantasía de capturar a una joven estudiante de arte, Miranda Grey, con la que lleva obsesionado de su belleza desde siempre.

Sin habilidades sociales y con complejo de inferioridad, lleva a cabo su plan de secuestrarla de forma minuciosa e inteligente con el objetivo fantasioso de que se enamore de él, aunque el más que estar enamorado estaría encaprichado u obsesionado, y quiere poseerla, igual que con una de sus mariposas.

William Wyler realiza un trabajo espectacular gestionando los tiempos, mostrando siempre dualidades, diferencias sociales, y posibilitando múltiples lecturas dependiendo del espectador, ampliando matices en la profundidad psicológica de unos personajes fantásticamente interpretados por Samantha Eggar y un Terence Stamp que había sido el reflejo del bien en La fragata infernal y aquí está perfecto en cada detalle, cada manía, impotencia, timidez, gesto delicado, amable y vulnerable que no atenúa el hecho de que es un psicópata a punto de eclosionar.
mimoca
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