MR 73

Los veinticinco minutos son estupendos, luego hay un tiempo muerto, pero a la hora de película surge una tensión que se apodera tanto de la película como del espectador. Pero hacia el final la cosa se diluye y la narración se vuelve menos sólida que hasta el momento. O esa fue la impresión que me dio a mí.

Auteuil está excelente y su doblaje el castellano enfatiza su carácter flemático, áspero y desencantado con la vida que sirve para dejar unas cuántas perlas en forma de diálogos que de paso sirven para anular la supuesta premisa de que en esta película no haya nada que te haga reír.

MR 73, película dirigida por Olivier Marchal, que nos narra la historia de un policía alcohólico, que vive atormentado por su pasado, lo cual le ocasiona serios problemas emocionales, e inestabilidad en su trabajo, pero a pesar de todo esto, el sigue siendo un notable policía capaz de resolver los crímenes que asolan la ciudad.

El planteamiento es bastante aburrido, y poco interesante, y la cinta solo sobrevive al talento de un Daniel Auteuil que como siempre esta soberbio, el director nunca logra meterte de lleno en los personajes, los cuales llegan a ser pesados, sobre todo las damas, quienes no tienen el mínimo carisma ni empuje, llegando el espectador a no sentir absolutamente nada sobre sus vidas, y que me dicen de los "villanos", quienes tendrían que proyectar algo más, y se quedan en simples personajes acartonados cuando tendrían que causarle impacto al publico, insisto, solo Auteuil se salva, y ya por ultimo, el final, si el planteamiento fue excesivamente lento, el final es en exceso precipitado, resolviéndolo todo (ver spoiler)

En fin, para thrillers, Hollywood, tan criticado por todos, pero por lo menos coherente y poco pretencioso.

Mi primera incursión en el mundo de Marchena, el resultado, una maceta en la cabeza desde un quinto piso, aproximadamente.

El Noti acostumbrado a sentenciar su ruso blanco, estampa un seis en un alarde de generosidad y apurando el canuto al máximo.

A los viente minutos de película mis testículos hacían el columpio en el sofá, el huevo izquierdo, concretamente, se permitía el lujo de emular a Carlos Pollero y espetaba "no me creo lo que observo y escucho".

Desafortunado esperpento de Marchena, en el que únicamente salvo los diez minutos finales, mal contada, mal estructurada y terriblemente aburrida con un Luis Fernández que hace lo que puede, incluso llega a ser agobiante con su mano cosida a la botella sin parar de finiquitar un cigarro tras otro, una auténtica chapuza que contiene secuencias rozando el bochorno mas absoluto.

Una merde, sí, del 73 además.

Se despide desde la Plaza elíptica.

Pepe Sancho con los ojos fuera de las órbitas contemplando la imponente corneta que asoma por el pantalón de Jose Luis Garci, que después de haber fulminado 49 botellas de viña tondonia, vuelve a demostrar el poderío del color púrpura tras su coloquio en qué glande es el cine, no si antes emitir una flatulencia aguda, a modo de soprano encandilando al respetable del metro en su totalidad.

El inspector Louis Schneider, de Marsella (Daniel Auteuil) no explica nada, sólo pone la cara, está borracho y, a pesar de su inteligencia, comete tonterías de adolescente porque está desesperado: ha perdido a su familia en un accidente automovilístico, su hija ha muerto y su esposa está postrada en un hospital sin posibilidad de recuperación. Mientras tanto se desarrollan dos historias de delincuentes muy peligrosos, uno de ellos, Charles Subra (Philippe Nahon). prácticamente representa al Diablo y amenaza la vida de Louis; la policía es corrupta y la competencia de sus pares es implacable. No se puede manejar un mundo sin justicia y sin piedad y menos cuando uno está deprimido y borracho. El carisma de Daniel Auteuil fascina, como siempre, pero la historia es demasiado larga e incluye elementos melodramáticos que sobran (como la escena de un nacimiento).
El título de la película se refiere al revólver de la policía francesa, el director fue policía, luego actor y luego ha realizado las películas previas 'Gangsters’ y ‘Asuntos pendientes’.

Policíaco muy, muy gris, tanto que terminar por oscurecerse.

Como el personaje de Auteuil, bastante aburrido, y no por su sombrío gesto o su apática actuación, sino por su rol tan manido en este tipo de películas. Los demás personajes no se quedan atrás y todos parecen haber masticado ajo antes de cada toma.

Le película serpentea por el camino del thriller y del suspense, pero nunca llega a despegar y la intriga apenas inquieta al espectador ya que no profundiza en la supuesta trama principal, los asesinatos en serie, y tampoco son capaces de explotar la apetitosa historia del preso a punto de salir de la cárcel.

En definitiva, obra de grandes pretensiones pero de mediocres resultados.