Quisiera ser grande

Tierna y notable comedia de fantasía en la que el pre-adolescente Josh Baskin (David Moscow) es un niño normal y corriente (y bastante "buen chico"... y algo "margi") que vive palpitante y alegremente su infancia en un pueblo newyorkino... hasta que decide pedir el deseo de ser mayor para contentar a la chica que le gusta. Josh entonces verá su deseo cumplido y, convertido en un treintañero (Tom Hanks), deberá intentar encajar con su mentalidad infantil, inocente y vital en un mundo adulto donde experimentará penas y alegrías.

Deleitosa en su conjunto... vivaz, natural y concisa siempre, y con múltiples momentos de brillantez, "Big" es un ejemplo de como aprovechar una inspirada premisa con sencillez, afecto, soltura y agudeza. Gracias a su entusiasmado y chispeante desarrollo, el film se convierte en varias cosas a la vez: "Big" es comedia intuitiva y astuta, es aventura imaginativa, es fábula simbólica sobre el amor... y sobretodo es evocación nostálgica y mágica sobre la etapa de la ufana niñez.

"Big" es un film de lo más sencillo (que no simplón) tanto en su realización por parte de Penny Marshall como en la exposición de su argumento (guión a cargo de Gary Ross y Anne Spielberg), por ello puede generar una pequeña sensación en el comienzo de que no va a decir ni a aportar nada destacado. Pero pocos son esos segundos de titubeo, pues su ágil y precisa cadencia, su natural e iluminado libreto, su encantadora puesta en escena y sus exquisitas interpretaciones evitan que el espectador se sienta seducido por el metraje e implicado en sus sensaciones y sentimientos.

Y es que se nota que Ross y Spielberg creían en el proyecto y en la trama cuando crearon este libreto (su nominación al Oscar en 1988 por este trabajo... más que merecido, por cierto), creían en el encanto y la emoción de la etapa de la niñez, y en "Big" ofrecen una de las mejores odas a esta etapa con naturalidad y viveza transmitiendo los momentos de pre-adolescencia de Josh con complicidad, entusiasmo y empatía (desde esa emoción por jugar al videojuego ochentero de aventuras del momento hasta esa visita relajada a la tienda de golosinas pasando por los obligados y apasionantes intercambios de cromos o o primeras fantasías sexuales sobre profesores/as de escuela). La verdad es que para todo aquel que ha vivido una infancia con muchos momentos de dicha y ventura ésta es una película relevante. En mi caso me ha recordado con felicidad mis momentos de niñez (los míos se remontan a veranos en la sierra madrileña, a mi amiga inseparable, a sendas de tierra recorridas todo el día a lomos de una bici hasta llegar a un pequeño río, a aventuras en casas abandonadas y jardines descuidados sobre los que inventábamos mapas de tesoros, o a esa visita a la tienda de chuches majestuosas).

Con diálogos y momentos cabales, innatos, campechanos pero emocionantes, desenfadados y evocadores, "Big" lleva a escena la pre-adolescencia con maravilla. También su puesta en escena ampara al guión (la fotografía de "Big" no es muy destacada pero el diseño de producción es excelente, la elección de planos por parte de Marshall resulta del todo ideal, su edición es simplemente perfecta, y la banda sonora... sin ser de las mejores del universo se hace sobresaliente e inolvidable con ciertos temas realmente notables (el tema de Zoltar es una maravilla) que se adecúan en el film como un engranaje perfecto, ¡bravo por Howard Shore!).

Pero no todo es una exposición brillante y medrada de emocionantes aventuras infantiles por el barrio... pues ya sea cuando "Big" comienza con su relato fantástico (la cinta logra turbación con la presentación de Zoltar (su diseño sus movientos, la banda sonora que lo acompaña, todo hace que esos momentos calen interés y desasosiego), o con su comedia de "niño en cuerpo de hombre" (o su comedia que no tenga que ver con la trama principal... hasta los detalles de humor están cuidados con sagacidad (para ejemplo ese segundo de ese cartero acosado por el perro y su "dejame en paz, solo cumplo con mi obligación")), o con su delicado y eficaz romance... la cinta triunfa en su desarrollo (conciso y eficiente siempre, con situaciones, momentos y diálogos formados, sutiles, avispados y sagaces), un desarrollo que lega multitud de sensaciones, muchas risas, aun más sonrisas y alguna que otra lagrimilla.

El elenco por su parte también está notable; merecida nominación al Oscar de Tom Hanks por este trabajo en el que atrapa y hace cómplice al espectador de su situación de adolescente en un cuerpo adulto, el actor está natural, sutil, tierno y divertido y no desaprovecha ninguno de sus momentos para lucirse con cualquiera de estas cualidades. El resto del reparto no puede encajar mejor en sus papeles (desde Jared Rushton como el mejor amigo de Josh, un amigo que infunde ternura y correrías infantiles hasta Robert Loggia como ese jefe adulto con dudas sobre el camino de su empresa, y que valora esa actitud fresca, inocente y vital frente a la vida de su nuevo empleado Josh... sobre el cual no comprende porque entiende tan bien a los niños) destaca Elizabeth Perkins que resplandece como compañera de trabajo del Josh adulto al que llega a amar tremendamente, y que cumple en los momentos de humor.

En fin, "Big" es un metraje que va al grano y que está desarrollado con naturalidad y perspicacia. Esta comedia está copada de virtudes... tanto que, más allá que en una cinta pretendida para entretener y hacer reír (cosa que logra con creces), "Big" se convierte en algo más: en un clásico instantáneo (y lo digo sin ser de la generación de la infancia ochentera) que se disfruta una y otra vez con regodeo. Cinta memorable y muy recomendable.

Lo peor: Su fotografía no es muy destacada, pero pasa ignorado.
Lo mejor: Su sagaz humor. Varios momentos de brillantes...

Esta película es mágica por donde la mires, de ahí a que la puntúe con un diez.
Cabe destacar la brillante actuación de Tom Hanks frente a los demás personajes. Nos va a recordar a nuestra niñez, puesto que cuando eres niño deseas hacer cosas de mayores, sin embargo descubrimos que crecer no es tan divertido como parece. Pues esa es la moraleja que yo veo, no hay prisa para ser mayor, la vida va poco a poco.

Nunca olvidaré cuando vi esta película en el cine, con qué amigos la vi, a la edad perfecta de 12 años. Sin embargo entendí perfectamente lo que significa ser adulto, y en esto reside su enorme valor. Es un film honesto, divertido, que me sigue gustando igual ahora y al que aprecio nuevos matices que hablan de las verdades de la vida. Tiene una estupenda banda sonora que se ha revalorizado con el tiempo, y que capta su esencia.
Deliciosamente ochentera, sin embargo resulta atemporal. Todos los actores están magníficos y con gran carisma, Tom Hanks borda su personaje incluso con sus pequeños histrionismos. No importa cuántas veces la veas, te llega siempre al corazón. Y eso es mucho decir. Grande la directora Penny Marshall, se aprecia el toque femenino de la película. Te llevarás para siempre sus imágenes contigo.

Saca el niño que hay o llevas dentro de ti que diría Pedro Ruiz, Millán Salcedo: me lo comí.
La primera media hora es magnífica, minucias, golosinas, e inteligente, llena de pequeños estupendos adjetivos carantoñas añadidos atractivos chiribitas, detallismo, el sentido de la maravilla. Después naufraga afloja la mosca porque confunde la niñez con el retraso mental severo o con los australopithecus los pobres, el buen salvaje, Cocodrilo Dundee, no entienden nada, se pasan de frenada además de que intentan empaquetar/encorsetar/embutir la historia (hasta ese momento un tanto juguetona y hasta cierto punto libertaria) en la eterna fórmula (chico conoce chica, no, sí, te mentí, no, sí... ) con el previsible final o ansí, es decir, idiota, vuelta al trigo la burra, aunque con alguna elegancia.
Proceso de datos, expertos, enterados, (comité de) sabios, estudios de mercado, cuestiona la teoría (la que vende y reparte la ideología en boga, la que el poder paga a teja -lo que- toca), a los entendidos que no saben ni entienden nada, ni la o con un canuto, los que se lo llevan crudo sin tener ni puta idea, los consejeros, los mamadores o feladores, los que venden la moto averiada, esos sinvergüenzas, esos tan de moda en todas las cosas que nos asolan noche y día, a tumba abierta.
Y es valiente en unos cuantos aspectos, por ejemplo en/con ella, que no se cortan, una sexual desaforada trepa arribista a lo que salga que se mueve todo lo que se tira, que con todo el que apunta maneras se acuesta o (se lo) folla, ni títere con cabeza o polla perdona. El apartamento. Recuerdos del futuro. Minority Report. Lo mismo que la colega, Los búfalos de Durham, la conocida o llamada jefa del comité de bienvenida ahí es nada que al que aparece nuevo se lo calza o merienda sin miedo ni medida, ahí queda, vaya par (de hembras, el sexo para todo), qué pena.
Y es una tragedia, un cuento ominoso, pervertido, perturbador, Emma Stone, de aquí copió el gran Langostino ese, rebuscó, redobló, plagió, terrorífico, de miedo, el horror, nos habla de los millones de niños que desaparecen (la tierra se los traga y no pasa nada, circulen, sigan, no miren, no pregunten) cada año en todo el mundo, Jim Caviezel, de ese tema que no cuenta o no se habla o no existe, mejor debatir, perder el tiempo y la vida, legislar, sobre las veintemil especies de abejas e ir al campo a ver amapolas, tápalo, trampantojo, tabú. Asesinato en 8 mm. De la infancia perdida (robada). El país de nunca jamás El guardián entre el centeno. La isla Lolita, ya sabrán de lo que hablamos, En realidad nunca estuviste aquí. La de Cronenberg, Maps to the stars. Hardcore, un mundo oculto. Mystic River.

Había visto películas en las que una persona veía como su cuerpo de la noche a la mañana pasaba a ser el cuerpo de otra persona, pero jamás había visto una película en la que te encontrases a ti mismo con treinta años más, pero con la mentalidad de alguien mucho menor.
Este cambio (de niño a adulto) es una grandísima idea, porque siendo un cambio en cualquier otra faceta puede que el resultado no haya sido tan bueno como el conseguido de esta manera.
La película es muy entretenida, y aunque tiene un final bastante predecible, el caso es que por momentos te hace ver, que en el fondo, todos los adultos siguen siendo niños.