Tambores lejanos

Los Everglades de Florida es un pantano gigantesco, una de las zonas más inhóspitas de la tierra, pero aún así era frecuentada por la tribu de los Semínolas, estos, pese a las dificultades que entrañaba el terreno sabían moverse por él con enorme facilidad.

Raoul Wash se volcó para hacer esta película en el mismo territorio que representa con las dificultades que eso conlleva, gran labor de Gary Cooper interpretando al héroe militar que a todos nos cautivó cuando éramos niños.

Pese a todo no deja de ser una película con poco recorrido en su argumento, soldados perseguidos, indios perseguidores y gritos indios “a gogó”.

Para empezar, una película de color, que aunque ya haya muchas, no era lo típico en aquella época, y se nota que le han querido maximizar los colores, ya que los indios iban vestidos, que parecía más una fiesta hippie jajaja.

Bromas a parte, la película, aunque tiene acción y tiene la complicación de rodarse en casi en su totalidad en exteriores, y encima en exteriores quizás algo complicados, no acaba de engancharse del todo.

La historia de la chica, está metida con calzador, ya que una película sin una historia de amor, pues no era bien recibida para tener éxito en taquilla. Gary Cooper a sus 50 años, pues está un poco mayor para según que, pero como se conserva muy bien, o mejor dicho, tiene un atractivo muy atractivo, pues tampoco chirría.

La basura anglo sionista (hoy se llaman así): los amos; y sus lacayos masones infiltrados en el poder (a todos los niveles… y ahí seguimos) en España, tomaron el poder mediante la corrupción de unos y otros (aristocracia, nobleza, ejército, etc), y fueron regalando y mal vendiendo territorio a diestro y siniestro a espaldas de los españoles… y ahí seguimos.

La independencia USA se ideó y fraguó desde las logias inglesas (escindiéndose al efecto para volver a unirse tras la independencia): un paripé como los actuales: antítesis, polibueno polimalo, por enésima vez.
Ya tenían su cortijo un cortijo más grande a donde robar todo el oro del mundo y fraguar sus maldades… y ahí seguimos.
Los seminolas eran la agrupación de los indígenas (de los pocos que iban quedando en el genocidio de América del Norte) que huían hacia la protección española. Cuya administración hacia aguas por todos lados gracias a la corrupción sembrada por las logias y sus lacayos infiltrados.
Aquí vemos como la gran fábrica de cuentos chinos le da la vuelta a todo, dejando en el inconsciente colectivo la imagen inventada que comparte el rebaño… y ahí seguimos. Antaño con el viejo recurso de fijar buenos y malos, de empatizar afectivamente mediante protagonistas muy capaces, simpáticos o atractivos; hoy con eso y con técnicas mucho más sofisticadas que, basta echar un vistazo, tienen alucinado a medio mundo, tragando carros y carretas. Tras la destrucción de la familia y el crimen masivo de los que no han visto la luz desde hace tiempo y ya asumido, y los primeros escarceos con la implantación de la pederastia, para pasar directamente al sacrificio humano; ya están consiguiendo implantar barbaridades como la inducción al suicidio de las masas inconvenientes, la manipulación para acortar sus vidas o directamente, segarlas en los asilos y hospitales.

Fuimos derrotados, si, pero por los labradores arrendatarios asesinos de turno, que no es poco. Y podemos estar satisfechos de ser los buenos de la verdadera película. Aunque casi nadie haya sido (y ya no será) consciente de ello.

Como en toda la fábrica de propaganda cinematográfica anglo sionista (de izdas o dchas), si le damos la vuelta a todo el argumento y tiramos a la basura el emplasto sentimentaloide, tendremos una ligera insinuación de lo que sucedió realmente.
Saludos