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Érase una vez en América

Drama Principios del siglo XX. David Aaronson, un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan a Max, otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entre ellos nace una gran amistad y, con otros colegas, forman una banda que prospera rápidamente, llegando a convertirse, en los tiempos de la Ley Seca (1920-1933), en unos importantes mafiosos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 290
Críticas ordenadas por utilidad
18 de agosto de 2007
44 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
LO MEJOR:

-Extraordinaria dirección artística: no he detectado ni un solo anacronismo en el vestuario ni en el escenario de edificios ni en los automóviles de época. Se nota rodada con la meticulosidad propia de Leone.

-Puesta en escena magnífica: la ambientación de la NY de los años '20 es de lo mejorcito que han visto mis ojos (creo que incluso supera a la de El padrino, primera parte).

-Trabajo de los actores principales muy desigual: de Niro brillante a ratos, Woods aceptable (dentro de sus limitaciones), McGovern mediocre,

-Buenas interpretaciones de algunos secundarios: la niña Connelly, el mafioso de los diamantes, Tuesday Weld, el dueño del bar.

LO MENOS BUENO:

-La película tarda demasiado en empezar "de verdad". Los flash-back de la primera media hora son más un estorbo que otra cosa para el desarrollo de la trama. Únicamente tenían como objetivo la complejidad técnica tan del gusto de su realizador.

-Colección de clichés y lugares comunes, que conforman un auténtico pastiche muy "de Leone" (y no sólo de él, en nuestro país Garci cojea de ese mismo pie, en otro estilo, eso sí)

-Algunos diálogos son realmente tópicos, reproducción de escenas de varias películas clásicas y otras no tan clásicas de Hollywood, incluso de otros géneros.

- Discutible estilo enfático e hiperbarroco abusando de los primeros planos (esto no es una crítica, que tampoco pretendo juzgar la película desde una perspectiva neorrealista; sólo digo que es "discutible").

- Sobresaturación de planos muertos característica de Leone, que le confieren a la película un aire de "spaghetti urbano"

- Parsimonia en ciertas escenas de la última hora (claramente inferior al resto de la película)

- Tono empalagoso y acaramelado en algunas de estas escenas (p. ej. con la McGovern actriz) para producir contraste con otras de extrema violencia, un recurso bastante manido y fácil.

- Brutales caídas de ritmo en la segunda parte, que le dan un tufillo de serial televisivo por capítulos.

- En general, mucho mejor la primera parte (de niños) que la segunda, incluso a nivel interpretativo.


No me había propuesto su comparación con ninguna película, pero veo que es inevitable hablar de pasada de los "padrinos":

-"Érase" es más meticulosa en la dirección artística y decorados, magnífica fotografía, más sensacionalista en el tratamiento de personajes (introduce más escenas de sexo), pero más superficial y prosaica (a pesar de ese acaramelamiento durante los lentos acordes de Morricone en la hora final).

- Los "padrinos" (I y II) muestran una dirección más sobria, igualmente violentas o más (es marca del género), pero menos morbosas (la sangre no acapara tantos planos de aproximación), tiene un corte más clásico y por ello de mayor elegancia y estilización artística. Además, trazan una visión más amplia de la sociedad americana que "Érase" porque no se ciñen a la peripecia vital de una familia ni de un grupo de amigos.
Karlos
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19 de noviembre de 2008
36 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se mire pore donde se mire nos encontramos ante un peliculón. El principal culpable es el director italiano, desde luego, pero las enormes interpretaciones de De Niro y Woods le añaden una gravedad mayor. Me ha clavado al sofá durante sus más de tres horas, me ha conmovido desde el principio, no me ha dado respiro... me ha dado un bofetón terrible.

Leone apuntó alto y acertó. Lo único que no apruebo es el exceso uso de flashbacks y el final (spoiler): merecíamos algo más tras ese brillante espectáculo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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1 de mayo de 2009
55 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al contrario de lo que puedan pensar mis almas gemelas, este film de Sergio Leone me ha dejado más bien insatisfecho. Más allá de la magistral narración, la estética visual y la siempre inigualable interpretación del maestro De Niro, la película en cuestión me parece demasiada condecorada. En mi modesta opinión, no soy quién para dudar de la capacidad del director para retratar otro tipo de género como el western. Es más, confieso que es la primera película que he visto del tan afamado Leone. Pero sí creo estar en mi derecho de juzgar lo que veo. Y, después de contemplar "Erase una vez en América", lo único que me ha quedado claro es lo siguiente: no se puede meter todo en un mismo saco y darle la vuelta a aquéllo que, desde un principio, no admite giro alguno. Por ello, desde mi punto de vista, el crimen por el crimen no debería ser entendido nunca, con tintes de belleza-en el sentido más clásico-. Es decir, aplicar "géneros postizos" o inadecuados para algo tan insalvable como es el acto de asesinar de manera organizada y a conciencia, esto es, por la pura ostentación de la "voluntad de poder" a la que se refería Nietzsche, al final, lo único que hace es darnos una visión desnaturalizada de la esencia del crimen-decisión que, por ejemplo, Coppola no toma en el Padrino-.

Yo no digo que los mafiosos no puedan enamorarse, emborracharse, quererse entre sí, o llevar a cabo cualquier otro tipo de conducta humana. Sería muy ingenuo, por mi parte, decir que no son humanos. Ahora bien, de ahí a hacernos creer que, en el fondo, guardan una moral justa y de arrepentimiento con los demás, me parece algo descabellado e impensable a más no poder.

En cualquier caso, si me tuviese que quedar con algo, aparte de lo ya citado en las primeras líneas de esta crítica, destacaría la gran banda sonora fruto de la genialidad del italiano Ennio Morricone. Aunque, a mi gusto, creo que Leone la explota demasiado, al tiempo que la adecua a planos y momentos de la película cuya relación con la estética de la propia música es nula. Sobre este punto, habría que preguntarle al propio director si es ironía o algo premeditado con inteligencia para hacer llegar al espectador el mensaje primigenio, pregunta que, por otro lado, si fuese posible, me gustaría formularle, ya que, después de visionar la película dos veces todavía no tengo muy clara la intencionalidad real.

En conclusión, sólo me cabe volver a remarcar que "Érase una vez en América" representa la pomposidad o el pasteleo de algo tan crudo como el crimen organizado y no precisamente porque uno se harte, en los 225 minutos que dura el film, de ver sangre, sino por el enfoque casi vanguardista u ochentero-al estilo del todo vale-que Leone le da.
MILINKO
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21 de junio de 2012
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez en América contiene en su interior el concepto o la idea de lo que considero es el cine perfecto: el dinero, la técnica, y una producción descomunal al servicio de un talento (Sergio Leone en este caso) con ganas de innovar, experimentar y transmitir.

El resultado es una de las mejores películas de la historia del cine, y en taquilla… un fracaso absoluto. Fue un proyecto arriesgado. De ahí sale la mayoría de sus virtudes, y de ahí surge su escaso éxito en taquilla. Es una película compleja dirigida a personas acostumbrados a historias manidas y simplificadas hasta el extremo, es una película de más de tres horas de duración, al final de las cuales no tienes nada por seguro, es una película con múltiples lecturas que te exprimirá el cerebro.

Pero sobre todo es hermosa. Es la película de gangsters más emotiva jamás hecha, es la más triste, la más melancólica. Es una de las pocos films sobre la mafia que habla sobre la vida más que sobre la muerte. Habla sobre la infancia, la juventud, la madurez y el declive, habla sobre la amistad y el amor, sobre los recuerdos, las decisiones, el orgullo, el perdón, los valores, el poder y el dinero.

En la pantalla veo mafiosos haciendo cosas de mafiosos (como escribe Tarantino para Pulp Fiction), pero siento que en el fondo hablan sobre mí. Hablan sobre mí mucho más de lo que lo hacen otras películas enormes como El padrino, Uno de los nuestros o la propia Pulp Fiction. Los personajes de Érase una vez en América son mucho más cercanos, con sentimientos mucho más humanos. ¿Cómo puedo verme reflejado en alguien que asesina y delinque de manera fría y sistemática? Quizá porque la película no va sobre esto, sino sobre sentimientos. Estos se sitúan por encima de los actos más sanguinarios, haciendo que queden como un simple trasfondo, como contexto, no como eje central.

Sergio Leone logra una experiencia, larguísima y gigantesca, cuyo visionado no puede estar sujeto a las prisas, sino que reclama toda tu atención. La música de Ennio Morricone debe disfrutarse sin nada en la cabeza más allá de lo que el film te ofrece, las interpretaciones demandan un interés por el detalle. Robert de Niro es un actor inmenso (que por cierto, da rabia verle convertido en el “actor” vulgar y carente de fuerza en el que se ha transformado), pero es que hasta los niños completan interpretaciones que van más allá de la naturalidad. Atentos al debut en el cine de Jennifer Connelly…

Érase una vez en América es una película única y una experiencia, me temo, irrepetible.
ArturoGMaiso
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19 de junio de 2012
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Érase una vez en América" es la perfección hecha película.
La fotografía preciosa, la banda sonora bellísima... Es una película perfectamente construida, montada, de esas en las que el diálogo pasa a un segundo plano cuando las miradas y los gestos de los personajes nos dicen exactamente lo que está ocurriendo.
No voy a entrar en la sinopsis, para eso ya podéis leerla aquí, o en la wiki =), pero sí que me gustaría hablar sobre las posibles interpretaciones de la película, ya que el final me hizo darle bastantes vueltas al coco.
La película nos cuenta la infancia, juventud y madurez de uno de los protagonistas, pero no de manera lineal, sino dando saltos, alternando las etapas. La última escena de la película, nos muestra al protagonista, Noodles (Robert de Niro) riéndose en un fumadero de opio, en el que entró al principio de la misma. Primer punto que llama la atención. Puede que la vida del protagonista sólo fuese real hasta la etapa de la juventud (la entrada al fumadero se produjo en ésta). La etapa de la vejez sería producto del efecto del opio. Además, creo que a todos los que la hemos visto, nos llama la atención el humo que envuelve a la misma en multitud de secuencias, sobre todo la escena que transcurre en la estación de tren, donde Noodles acude para ver partir a Déborah, su enamorada. ¿De dónde sale tanto humo?
Otro punto a tener en cuenta serían las apariciones y desapariciones de Max, el otro protagonista, íntimo amigo del primero. ¿Treinta años sin saber nada de él, haciéndose pasar por otra persona de un rango bastante notable? Esto nos lleva a pensar que Noodles, en su "sueño" inventa esta parte para dejar de sentirse culpable por la "supuesta" muerte de Max en el atraco que planearon. O por el contrario, ¿es realmente cierto que no fue Max quién murió en el mismo?
¿Y qué pensáis de Deborah? A pesar de que hayan transcurrido 30 años, apenas ha envejecido, en contraposición a lo que ocurre con los demás personajes... Extraño, ¿no?
Entonces, ¿qué hay de real?
Puede que todo, y por el contrario, puede que nada. ¿Qué esconde la escena final?
SirenaVarada
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