Todo el dinero del mundo

La historia real del secuestro del nieto del magnate John Paul Guetty ocurrido en Roma, es la historia que sirve de base para el ultimo trabajo del gran RIDLEY SCOTT, sin duda alguna y por terminar pronto y ser breve un trabajo menor en la filmografía del director británico.
No conmueve para nada, no tiene poso dramático para lo que se presupone que cuenta y no deja huella ninguna, por otro lado, esta bien rodada SI, esta bien interpretada SI, buena ambientación, también pero algo falla en este film cuando se hace tan poco atractivo, cuando nos importa tan poco lo que le pasa al chaval secuestrado y cuando se hacen más bien largas y tediosas las dos horas largas que dura la película.
TODO EL DINERO DEL MUNDO, ha tenido más repercusión en los medios por el despido de KEVIN SPACEY, por sus supuestos abusos que por su calidad en si misma, y también porque se tuvo que rodar todas sus escenas de nuevo contando con el veterano y solvente CHRISTOPHER PLUMMER, más allá de esto, la película es como un azucarillo que se va diluyendo poco a poco y nos aburre bastante.

Basada en hechos reales sobradamente conocidos, esta estupenda película es una de mis favoritas del veterano y prestigioso Ridley Scott, autor de un buen puñado de títulos de referencia.

La cinta tuvo una moderada acogida por parte de la crítica (una nominación para Plummer en los Oscars, y tres, añadiendo dirección y Michelle Williams, en los Globos de oro) y aunque salvó los muebles en taquilla, no acabó de convencer en general al público.

A mí me gusta cómo está contada la historia (buen guion de David Scarpa, sobre el libro de John Pearson que radiografiaba a la familia Getty), y me interesa el tema que trata: la distinta conexión entre riqueza, felicidad y carácter de cada uno de ellos, mostrada a través de las complejas relaciones familiares de amor/rechazo dentro del potentado clan.

Pero claramente son la fantástica interpretación de Christopher Plummer (que llegó al papel deprisa y corriendo tras el fulminante despido de Kevin Spacey por el "me too") y la no menos destacada de la cada vez mejor actriz Michelle Williams ("Manchester frente al mar") las dos bazas ganadoras de este estimable film.

No os dejéis llevar por las críticas mediocres recibidas: esta pelicula no lo es; eso es quedarse corto.

Tengo que aclarar que solo la he visto doblada, así que no comentaré las actuaciones -que imagino que mejorarán bastante con las nominaciones que ha recibido- ya que no sería justo, y desde un punto de vista de alguien que NO ha leído la novela en la que se basa.

Dejando todo esto atrás, no hay nada que salvar. La historia es muy predecible, con malos muy malos y buenos muy buenos. La introducción de los personajes se hace muy superficial en su mayoría, y nunca se ahonda en ninguno de ellos. Las conversaciones podrían haberlas eludido por completo y nadie lo habría notado, con diálogo digno de películas de Antena 3.

Los personajes no evolucionan en lo más mínimo. Solo uno de ellos cambia levemente, pero de nuevo, de la forma más predecible posible. Las motivaciones de los mismos cambian según le venga mejor al guión, dejando varios agujeros argumentales que ni siquiera habrían sido difíciles de rellenar. Teniendo personajes tan vacíos y planos resulta increíble que pudiesen encontrar alguna forma de hacer que se contradijesen con ellos mismos, pero de para nuestra sorpresa lo lograron.

Poco puedes esperar de una película que cumple cliché tras cliché desde el minuto cinco. En el momento que meten con calzador el título de la película en medio de una conversación, sabes que te esperan dos horas de sufrimiento.

Un elegante y dinámico relato cinematográfico representativo de la esencia humana dominante en el desbordado y cruel capitalismo actual. Ridley Scott ha escogido una historia real acontecida en Italia en 1973 para retratar, a través de un convincente Christopher Plummer, el infinito ego del inconformismo y la avaricia. ‘Todo el dinero del mundo’ es un sólido largometraje placenteramente disfrutable en su totalidad, fruto de la más que consolidada experiencia de uno de los mejores directores de hoy en día, robusto en su presentación, atractivo en su nudo y resultón en su desenlace.

La calidad de la propuesta es innegable, el cruel reflejo que esconde el entretenido ritmo de su narrativa se expone con elaborada sutileza para, de manera inteligente, ofrecer un producto menos dramático, más entretenido y cercano a todos los públicos. La corrección es la nota predominante en el metraje, una notable ambientación, solventes interpretaciones y un guion más que digno hacen de ‘All the Money in the World’ un thriller hecho por y para el gran público.

Pero… toda esa aparente formalidad carece de la magia de los mejores títulos de director norteamericano, es por eso que pese a todas sus virtudes ‘Todo el dinero del mundo’ se sitúa en la segunda línea de la filmografía de Scott, la falta de fuerza y ambición está latente en un film impecable en su narrativa, es por ello que conseguirá nuestra atención, pero en ningún momento es capaz de alterar nuestras emociones, la dureza y tensión de la historia real no acaba de impregnar las más de dos horas de duración de la película. Un largometraje que gustará a la mayoría, sin duda lo merece, pero es muy posible que no logre enamorarlos.

Lo mejor: sólida y elegante en todos los aspectos, una propuesta más que digna que entretiene de principio a fin.

Lo peor: tanta formalidad y buen hacer en su dirección se ven lastrados por la falta de potencia en sus emociones, nuestros sentimientos permanecerá impasibles más allá del buen entretenimiento.

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Siempre se ha especulado que Jean Paul Getty, empresario del petróleo y fundador de la compañía Getty Oil, fue uno de los primeros personajes de la historia en amasar una fortuna superior a los mil millones de dólares. En su libro, Cómo hacerse rico, daba las claves de este ¿éxito? resumido en descubrir petróleo en oriente Medio y exprimir cada centavo al máximo. Y por supuesto, no pagar rescates si un miembro de su familia era secuestrado, como ocurrió en 1973 con su nieto Jean Paul Getty III. Un suceso que lleva a la gran pantalla, a sus 80 años, Ridley Scott en Todo el dinero del mundo.

El último largometraje de Scott hasta la fecha recrea este suceso que casi paralizó a la Roma de los años setenta. Televisado y fotografiado por la prensa de la época -los paparazzi no es que salgan muy bien parados en la cinta del veterano director-, Todo el dinero del mundo plasma el angustioso secuestro que sacudió a una familia, los Getty, que queda completamente desnudada a ojos del espectador.

Empezando por el cabeza de familia, interpretado por Christopher Plummer después de que la productora echara a Kevin Spacey de la película tras las revelaciones sobre presunto acoso sexual por parte de Spacey hace treinta años en una fiesta. Nunca sabremos si este lo hubiese hecho mejor o no. Plummer raya a buen nivel, pero en el conjunto de la película, en cuanto al montaje, se notan los parches que obligaron a Ridley Scott a rodar escenas nuevamente. Y eso, a nivel visual, hace perder a la película.

Entrando en las claves del personaje, Plummer calca un Getty senior arrogante, endiosado por su fortuna, avaricioso y sin escrúpulos. Amante del arte y poseer obras antiguas en forma de esculturas o pinturas. Incluso, en ocasiones, megalómano, comparándose con los Césares de la Antigua Roma. Y es verdad, con las cosas claras: los negocios por encima de la familia.

Esta máxima de Jean Paul Getty es el leitmotiv sobre el que se desarrolla toda la película de Scott. El director de Los Duelistas ofrece una especie de duelo mexicano entre el propio Christopher Plummer y su equipo -pesan los años por Timothy Hutton-; el tándem Michelle Williams -como Gail Harris, nuera de Getty- Mark Wahlberg- Fletcher Chase, encargado de la seguridad personal del 'viejo'-. El drama de ella y la evolución de él soportan por momentos gran parte de la trama. Pero poco a poco van perdiendo fuelle pese a estar bien conjuntados.

Y finalmente, los secuestradores, con un Romain Duris espectacular, al que acompaña Marco Leonardi como capo de la Mafia - y a quien recordaréis como el Toto adolescente de Cinema Paradiso'-. En el medio de todo el fregado, Charlie Plummer como Jean Paul Getty III, víctima del secuestro.

Para ir desenvolviendo toda esa telaraña de personajes y personalidades tejidas por Scott y David Scarpa, guionista de la cinta, la película usa un metraje de poco más de dos horas que, por momentos, se antojan excesivas. Del reparto no hay ni un pero. Todos están correctos en sus roles. Pero en conjunto y aun no siendo de los trabajos más flojos de Ridley Scott, a Todo el dinero del mundo le falta mucho para ser una gran obra.


Empezando por perderse en el detalle. Con un comienzo algo caótico entre tanto flashback que vale para narrar el por qué de semejante fortuna, Todo el dinero del mundo va enderezándose a medida que se desvelan las miserias y fuertes de cada uno de los personajes. Pero, personalmente, siempre hay algo que chirría y por lo que no termina de engancharme una obra muy irregular. No me hace partícipe de lo que está pasando ni me produce ninguna empatía la evolución de los protagonistas. Acaba siendo una película más de secuestros que queda salvada porque en ese sube y baja constante por el que se mueve, se producen a veces momentos de buen cine. Y poco más.

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