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El mejor

Drama Durante los años 30, un bateador de mediana edad, Roy Hobbs, con un pasado oscuro y un gran talento bateando, ficha por un equipo de béisbol que no está en su mejor momento... Adaptacion libre de una novela de Bernard Malamud, una parábola sobre el culto al éxito en la sociedad estadounidense. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película la he visto muchas veces. La tengo grabada pero no la he vuelto a poner. En esta noche de un viernes helado por una post tormenta llamada Filomena la ponen en un canal autonómico y allí estaré puntual para verla.
Como alguien ha escrito acertadamente, se trata de una película que ha envejecido decentemente. En esta semana he visto Acción civil otra película donde interviene Robert Redford como productor y tengo en mente todavía reciente El río de la vida. Y me siento en deuda con este actor-director Robert Redford, que nos hizo un tiempo y unos sueños felices.
Gracias señor Redford por su trabajo y dedicación.
Un saludo.
Hardykruger
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12 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que cuando vi esta película por primera vez hace años no había oído hablar nunca de ella, y la verdad es que me sorprendió mucho ya que su historia me encantó.
La he visto varias veces más porque la verdad es que siempre la disfruto. Y el otro día decidí darle otro visionado para entretenerme con la historia de este jugador de béisbol que vio su futuro truncado por un accidente. Un jugador que varios años después entra en la liga profesional teniendo el problema de que ya es mayor para ese tipo de encuentros. No obstante demostrará el talento y el don que tiene para afianzar porque se considera el mejor en este deporte tan amado por los americanos.
Barry Levinson es el encargado de dirigir este film que mezcla el drama y el deporte en esta historia de época. Una película que engancha desde el principio, y que aunque no le guste a uno el béisbol o no sea un entendido (como es mi caso), pues uno se deja llevar fácilmente por todo lo que le ocurren a los personajes. Unos personajes encabezados por el jugador de béisbol, el cual hará que cada uno de sus movimientos tanto fuera como dentro del campo involucren a otros personajes que le rodean.
Un fantástico elenco se une a este proyecto para llevar el proyecto a buen puerto. Robert Redford, Kim Basinger, Glenn Close, Robert Duvall o Barbara Hershey son algunos de los fantásticos actores que derrochan talento en este film, y uno de los motivos por los que esta película atrae tanto. Y es que en lo que a interpretativamente se refiere, la película es buena.
También es muy interesante en lo que a estética se refiere. La película recrea muy bien esa década de los 30 en el que los Estados Unidos vivía unos años dorados de periodo de entreguerras. El vestuario, los peinados y toda la ambientación está cuidada al detalle, y te traslada rápidamente a esos años en los que el "american dream" era un mensaje que se intentaba implantar, y donde los ciudadanos buscaban héroes en cualquier lugar; incluido lógicamente el deporte.
En fin, "El mejor" es una película que se disfruta desde el principio hasta el fin en cada visionado. Es cierto que tiene algún punto que podría mejorarse; pero dichos momentos son escasos y no entorpecen a la calidad de todo el film. Sin lugar a dudas es una película que siempre es agradable de ver.
icaro_81
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2 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barry Levinson para su tercera película como realizador escogió uno de los deportes 'Made in USA' más famosos como es el béisbol para contar esta fábula sobre las segundas oportunidades de la mano del guaperas (nunca encontraré una explicación lógica a como accedió a retocar su rostro por la cirugía estética de los cojones) Robert Redford.

Aunque hay mucho glamour detrás y delante de las cámaras, no estamos ante uno de esos casos donde los nombres importantes aúpan el filme, pues la pata por donde cojea es el libreto de Roger Towne y Phil Dusenberry que intenta convertir en toda una experiencia el deporte del béisbol, pero solo lo consigue en ocasiones contadas. Las subidas y bajadas del deporte que relatan aquí es algo que no me va a sacar de la ignorancia ni le añade mayor valor; sus mensajes de superación como lo de "nunca es tarde" o "importa más el respeto que los números" son, eso sí, bastante bonitos y certeros lejos de mensajes de Mr. Wonderful.

Por todo lo demás, 'El mejor' es un largometraje donde incluso si no eres seguidor del béisbol no deberías encontrar mucho obstáculo para que pueda gustarte. El reparto de campanillas funciona como debería, especialmente Redford y Glenn Close (nominada al Oscar por este papel) cuya relación en la película simboliza aquello de las segundas oportunidades.

En términos cinematográficos no es precisamente la octava maravilla del mundo -tampoco la peor- e incluso se hace un poco larga a pesar de usar un 'flash-foward' (o un salto temporal hacia delante en la narración) mostrando además las cartas demasiado pronto dejando durante buena parte del resto del metraje poco espacio para la sorpresa; en términos sentimentales puede ayudar a inspirar a la gente a conseguir sus metas, que no es poco, mas tampoco va a ayudar en una valoración técnica.
Michael Myers
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14 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de salir hacia las colinas de Ngong, el inefable Robert Redford se enfundó la camiseta de un equipo de beisbol y se convirtió de un golpe, o de varios golpes, en el mejor jugador de todos los tiempos.
Fue Barry Levinson, tan aficionado a los repartos estelares, quien, al frente de un reparto estelar, entregó al mundo la historia de un héroe talludito que, con toda la dignidad, poniendo sobre la mesa un don sobrenatural, se ganó a un entrenador reticente, a un público ansioso, a un muchacho ilusionado y, en otro orden de cosas, un balazo muy feo.
EL MEJOR, una de esas joyas de los ochenta que formaron parte de nuestras videotecas, sigue emocionando en el siglo XXI. Con el ambiente de alguna de las obras de George Roy Hill y un puñado de intérpretes en estado de gracia, la película, adoleciendo de unas pocas exageraciones olvidables, habla de buenos y malos, de brujas y magos y de que no siempre, pero sí de vez en cuando, la vida coloca a cada uno en su sitio. Un consuelo necesario para los flojos, para los mediocres y, por supuesto, también para los mejores.
PROT
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25 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto es una reseña; hay algunos spoilers. No la leas si aún no has visto la película.

Cuando un niño juega está viviendo la fantasía del juego, pero, en el fondo, sabe que está jugando. Algo similar me pasa con estas películas donde el guion claramente busca tocar los resortes adecuados para emocionar al espectador (que se lo digan a Marvel y DC). Por eso no soy exigente y, simplemente, me dejo llevar. Veo al héroe de turno y me emociono porque, al final, el deporte —o la guerra en el cine bélico— no son más que un pretexto para enseñarnos quiénes somos, cómo somos o quiénes nos gustaría ser.

Un personaje le cita al prota a Homero. No es casual. Desde la Antigüedad nos han seducido los héroes. Un héroe es alguien que las tiene todas en su contra y, aún así, es capaz de triunfar. Y, además, dar ejemplo a los niños. Un niño es un mar abierto de posibilidades. Un niño tiene posibilidad de soñar y hasta de cumplir sueños. Por eso a los chavales les encantan los superhéroes y por eso nuestro héroe se acerca a los críos y les firma autógrafos y alienta sus sueños. Un chavalín del equipo le pregunta sobre su bate. Él le dice que compre una buena madera y que lo ayudará a construir uno.

Nuestro héroe es viejo. Una perturbada le pegó un tiro en la barriga y lo alejó del béisbol 16 años. Esa es una gran sorpresa al principio de la película. Tiene dificultades. Nadie cree en él. Nadie creía en él cuando salió de su pueblo. Pero un héroe no habla. Un héroe actúa y demuestra quién es. Tienes que hacerlo todo el rato cuando eres viejo o joven, cuando eres mujer, cuando eres negro, gordo o un enano. Así funcionan las cosas. Pero Roy Hobbs cierra bocas y no se vanagloria*.

Otro punto interesante es el bate del héroe. Un compañero dice de él que, pese a batear tan fuerte, no tiene ni un rasguño. Es un bate creado con la madera de un árbol partido por un rayo. El árbol junto al que murió su padre, prematuramente, que lo adiestró en el deporte sabiendo que tenía un gran potencial. ¿Te suena a alguna película de superhéroes o te suena a TODAS? Influenciado por la fuerza del rayo, al final, el bate se rompe. Pero Hobbs le dice al chavalín al que ayudó a hacer el otro bate que le traiga el mejor. Y le lleva el que han hecho juntos, y triunfa. La prueba de que la flecha no hace al indio. Aquí solo hay corazón.

Respecto a los villanos, están bien definidos. Hay un antiguo juez, convertido en empresario deportivo, que habita en la penumbra. Él mismo dice que de niño temía a la oscuridad, superó ese miedo y ahora prefiere la oscuridad (es la típica historia del antagonista del superhéroe, que empezó siendo un niño débil y miedoso y se convierte en un aliado de la oscuridad). La oscuridad aporta ambages evidentes. El otro personaje es un apostador profesional, alguien sin valores que solo piensa en el dinero, con un ojo saltón con el que dice que adivina todo. La tercera en discordia es una mujer fatal llamada Memo (memoria) a la que el héroe, al final, le dice que sí que le recordaba a alguien (a la perturbada que le disparó en el estómago, cuando Memo dispara el revólver).

Luego hay personajes amorales: el periodista Duvall. Alguien a quien solo le importa la noticia, sea buena o mala, y nunca ha jugado al béisbol. Es el peor, según Dante: «El peor lugar del Infierno se reserva para aquellos que se mantienen neutrales en tiempos de crisis» (o algo así). El canon norteamericano de buenos y malos, ganadores y perdedores y maniqueísmo sin matices viene de la Antigua Grecia, igual que sus calles rectilíneas en ciudades creadas «ad hoc», sobre plano. Pero yo no creo que esa falta de grises cree peores productos. En las primeras etapas de nuestra vida todos necesitamos ver claros los límites. Lo infantil no es disfrutar de esas ficciones, sino creérselas. Con esto quiero tirar de las orejas a los «críticos» que desprecian esta cinta por ser un cuento de hadas edulcorado, como si eso fuese algo horroroso e imperdonable.

Tenemos al héroe, a los villanos, a los amorales (creo que había un jugador vendido por ahí). Y al final tenemos a un lanzador zurdo venido de un pueblo humilde de EEUU, como nuestro prota, que es una gran promesa. Pero Hobbs lo revienta porque, pese a ser más viejo y pese a sangrarle el estómago, él puede más.

Hobbs no es un intelectual. No sabía quién era Homero y le faltaba vocabulario al hablar con el juez. Pero no se avergüenza. Él es lo que es y su valores son ganar: batir récords, ser el mejor, hacer historia. Ser recordado. No de una forma vanidosa, sino sabiendo que tiene un don, que su padre creía en él y que debe honrarle. Y se lamenta de no haber podido hacerlo antes. Y eso nos encanta. Un héroe con muchas trabas que se sobrepone a todas. Al final, el cuento de hadas sale bien, se revela que el hijo de su ex es su hijo y acaba la película con una secuencia donde juega al béisbol con su hijo en un campo. Ha sobrevivido y ha llegado a ser lo más importante que puede ser un hombre en la vida (según K. Costner en 'A Perfect World'): «Un buen padre de familia». Esa es la trascendencia del héroe. Un hijo es el logro del hombre. Ese es el récord y aquello por lo que merece la pena luchar: hacer que la historia se repita.

Es un tema que me resulta especialmente interesante, el de las gestas, porque EEUU nos ha dado las mejores, bien sea a través de héroes o de antihéroes. Pero hay dos cosas que les encantan a los americanos: las competiciones deportivas y las verbales. Este tipo de películas acaba con un partido donde se demuestra quién es el mejor o con un juicio. Un partido y un juicio es casi lo mismo (por eso no sorprende que el accionista del equipo hubiese sido juez antes).

Podría desarrollar más esto y dar ejemplos de pelis que me apasionan y atestiguan este análisis, pero me quedo sin espacio y, al final, solo quería hacer una apología de esta película, defenderla y sacar al niño que todos llevamos dentro... y que hay que dejar salir de vez en cuando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Silvio de Arabia
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