Ladrón de bicicletas

Buena dirección de Vittorio de Sica en la que muestra la cruda pobreza que se vivió en Italia en la época de la guerra y los sufrimientos de su gente.

Ladrón de Bicicletas sitúa la historia en la Italia de la posguerra donde el trabajo escasea y obtenerlo es un suceso excepcional. El protagonista de la historia tiene la fortuna de conseguir trabajo pegando carteles por la ciudad pero para poder realizarlo necesita una bicicleta, el problema es que su bicicleta esta empeñada por lo que su primera tarea será recuperarla.
Una vez montado en su bicicleta comienza a trabajar pero el drama estriba en que no transcurre ni un día de trabajo cuando le han robado la bicicleta y con ella su futuro.
Sin duda, es la mejor película de la historia para su servidor Luis Alberto López.

La cinta retrata documentalmente la dura realidad de la Italia de posguerra pero carece de alma, lirismo y brillo alguno y por ello es una película mediocre. Sinceramente, no encuentro razones que justifiquen la alta valoración que tiene. Los personajes y los diálogos son anodinos, banales y telegráficos, la historia es incapaz de hacerte empatizar con ella, y uno se mantiene en el sillón esperando que ocurra algo algo, aunque por supuesto no llega nada. Si alguien estima el cine, por favor no recomiende esta película a nadie.

Bueno, para ser justo los alemanes y los nativos entre sí, también hicieron lo suyo, así que repartidas las culpas vayamos a "Ladrón de bicicletas". Como se repite hasta la saciedad, obra cumbre del neorrealismo italiano de la mano de Vittorio De Sica. Evidentemente tiene los rasgos de este tipo de cine, como el predominio de ambientes míseros, los escenarios naturales o el empleo de actores no profesionales, cosa en realidad que no es ni buena ni mala sino en función de un fin superior. Por ejemplo, la actuación de padre e hijo es manifiestamente mejorable. Así que ya me diréis qué ventaja tiene emplear a aficionados.

La película no es mala, pues pese a la parquedad de medios y la sencillez argumental, hay una intriga que se mantiene hasta el final como también un retrato social o psicológico que aunque primario, existe. No se hace aburrida, como me temía, pero queda muy lejos de ser una buena película, y no digamos ya, una obra maestra. Le falta diálogos, ideas y mucho arte para llegar a tal. Ahora bien, si por sacar la pobreza, es un clásico sobresaliente, las de Torrente tienen que ser la repera. Y si hablamos de un hurto de un objeto cotidiano pero vital, no os quiero contar las perlas de sabiduría de Manolo Escobar en "Mi carro me lo robaron".

Una de las mejores películas que he visto. Un film conmovedor y lleno de intriga pero con un final algo difícil. El ambiente en el que se desarrolla es pobre y eso aumenta su drama. La única pega que le puedo poner a esta película del maestro Vittoria de Sica es el final. Francamente me hubiera gustado cualquier otro.