Haz click aquí para copiar la URL

El premio

Intriga Durante la Guerra Fría, un escritor norteamericano, mujeriego y aficionado a la bebida, llega a Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura. Una vez allí, descubre, por casualidad, un complot bolchevique para secuestrar a un eminente científico también galardonado con el Nobel. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
5 de octubre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El premio tiene la misma duración que Con la muerte en los talones y dicen que se hace larga. Tambien tiene una escena igual de buena/mala que en la original. La rubia de El premio está mucho mejor que en la original. El premio tiene un actor que sale en varias de Hitchcock. Paul Newman sale también en alguna de Hitchcock. Edward G. Robinson nunca salió en ninguna de Hitchcock. Casi todo lo demás no tiene nada que ver con la original y encima el final me mola mucho más.
Lloyd
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de noviembre de 2009
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinario thriller el que firma Mark Robson en esta cinta, una película de suspense del mejor Hitchcock (que incluso supera algunas de las suyas) y que está perfectamente interpretada por un Paul Newman que está muy convincente en su papel de escritor borrachín/detective aficionado , que a raíz de una serie de acontecimientos que se producen en el hotel en que se hospeda decide investigar por la cuenta y desde entonces comienzan los problemas entorno a él.
El elenco de secundarios ancabezado por Robinson hacen un buen aderezo aunque a Robinson no se le dé la importancia debida en el relato.
Muy recomendable y un clásico del film policíaco poco conocido y reconocido en líneas generales.
FIFIRICHI
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de mayo de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida. Vaya esto por delante. La mano, la pluma y el papel en blanco de un guionista como Ernest Lehman se notan. Ernest era un "máquina" como se dice ahora. Máquina de la que salieron productos como Con la muerte en los talones, West side story o Chantaje en Broadway. Pero aquí la máquina, algo falta de lubricantes, acaba encallándose, por lo que Lehman decide. o deciden por él, sacar de la chistera las fórmulas magistrales que cuatro años antes habían demostrado su funcionalidad en North by northwest. Y lo mismo que un asediado Mr.Kaplan hace de la idiotez un arma defensiva en plena subasta de arte, aquí un premio nobel en la misma situación parece echar mano de la memoria cinematográfica y utiliza la misma estrategia, claro que en una conferencia nudista donde lo único subastable sería esa oportuna toalla hecha a medida de las conveniencias sociales.

Lo mismo cabe decir de la presencia de Leo G.Carroll, de la persecución sobre el puente con el auto en los talones, de la habitación donde se escribió un crimen que nadie parece haber leído. Incluso voy un poco más allá. El plongeon de Paul Newman tiene los mismos tirabuzones sicodélicos que las caídas vertiginosas de James Stewart en la obra de Hitchcock (Vértigo, De entre los muertos) y por si la simbiosis fuese poca, la trama parece tener su continuación, con los mismos ojos azules, en Cortina Rasgada, obra posterior del genial orondo británico.

Después de todas estas consideraciones que rectifican aquello de que la copia supera al original, también hay que manifestar los aspectos positivos de un film que consigue lo que pretende, entretener a los espectadores, eso sí, no demasiado exigentes. Porque, miren ustedes, Paul Newman era (¡qué duro se hace hablar en pasado!) un actor con mayúsculas, uno de los grandes. Pero este no se encuentra entre sus mejores trabajos. Algo similar podemos decir de Edward G. Robinson (¿Lo recuerdan en Perdición de Wilder o en Perversidad de Lang?. Sigamos, Elke Sommer en los años 60 era guapa y sugerente pero no era Eva Marie Saint ni Kim Novak. El que anda en su línea es Leo G. Carroll aunque aquí no es el artífice de una trama que juega al despiste sino el sufridor de las consecuencias de una guerra gélida entre las dos superpotencias de la época en un escenario cultural por excelencia, el Estocolmo de los Premios Nobel.

Ahora, eso sí, la película entretiene. Y las más de dos horas se comprimen bastante en nuestros sentidos temporales como si de un buen winzip se tratase. Pero diferencias háilas con las obras mayores citadas y tal vez a Lehman y por asimilación a Robson, se les fue la mano en cuanto a exprimir la vaca.
FATHER CAPRIO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcto film de espionaje estrenado en la época dorada de películas de ésta índole, destaca por el guión de Ernest Lehman (Con la Muerte en los Talones) basándose en una novela de Irving Wallace (autor de “El Todopoderoso”). Por si fuera poco, la dirección de Mark Robson (Bedlam; el Valle de las Muñecas) redondea con creces un entretenimiento de lujo florecido por un progresivo sentido del suspense.

Andrew Craig (Paul Newman) es un escritor norteamericano que en sus horas de más baja calidad literaria se ha dedicado a escribir novelas policíacas al uso. Pero la Academia Sueca lo premia con el Nobel en reconocimiento a una obra breve de más calidad. Amante de la bebida y las mujeres, Craig disfruta de su estancia en Suecia mientras conoce a los otros premiados; dos doctores obligados a compartir el galardón; un matrimonio de químicos franceses sentimentalmente cuesta abajo a pesar del reconocimiento y un físico (Edward G. Robinson) que, acompañado de su enigmática sobrina Emily (Diane Baker), empieza a adoptar repentinamente una extraña actitud que hará sospechar al Craig de las historias policiacas que ha sido suplantado por un doble, a partir de un plan orquestado por los rusos. Nadie se lo cree y se verá sumido en las situaciones más absurdas, desde presenciar la escena de un crimen bien planeado y que acaba no existiendo; o escondiéndose en una conferencia nudista.

“El Premio” no puede estar entre las mejores cintas de su género pero sin lugar a dudas es entretenida y atrapa de principio a fin. Rodada prácticamente en Suecia, contó con algunos actores europeos destacando la alemana Elke Sommer, que protagonizaría “Las Vegas 500 Millones” de Antonio Isasi-Isasmendi.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de febrero de 2012
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emular a Hitchcock no es fácil. Lo consiguió Stanley Donen con su maravillosa "Charada". Mark Robson, definitivamente no. "El premio" es una intrascendencia manierista que parafrasea burdamente los clichés más evidentes del maestro del suspense, rubia incluida- y qué rubia: de las que recomienda el doctor. A Dios lo que es de Dios-. O directamente copia con obsceno descaro planos y secuencias: esa caída al canal; esa accidentada conferencia nudista - vistan al ponente, al público y a Paul Newman y díganme, por veinticinco pesetas, escenas, no ya similares, exactas, vistas en películas de Hitchcock. Spoiler cruel: Con la muerte en los talones. Pero hay más.-
Si se deja ver es por un Paul Newman en su salsa. Todo gestos y deslumbrantes sonrisas. Se lo ve a gusto, no como en "Cortina rasgada", en la que el mal imitado maestro no le permitía interiorizar el trascendente acto de caminar hasta un perchero y descolgar el abrigo. Aquí no, aquí Mark Robson le deja fruncir el ceño a discreción. Quizá sea eso lo que salva la película, mal que me pese reconocerlo- que me crucifiquen, pero lo que El Método me transmite no es sino mera sobreactuación amanerada-.
La que realmente se deja ver es Elke Sommer, una señora "en muy buenas condiciones físicas", según creo recordarle al bueno de Paul en uno de sus intercambios de opiniones previos al intercambio de fluidos con la glacial alemana vestida de sueca para la ocasión.
No negaré la agudeza de ciertos diálogos ni la hilaridad que producen algunas situaciones. No obstante, no lo creo suficiente para hacer de este cromo pintoresco- en Estocolmo (casi) todo son buenas vistas- un buen film. Mucho menos comparándolo con cualquiera de los originales que trata de remedar. Edward G. Robinson, por el aspecto desorientado que exhibe a lo largo de todo el metraje, ya debía de olerse algo; no en vano es un premio nobel.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow