El ángel y el pistolero

Sencillo, directo, previsible, emocionante, emotivo, intrigante y bien intencionado western clásico, que consigue ofrecer una historia rompedora y emocionante, con buenas dosis de cine familiar

James Edward Grant, apoyándose en una trama de intrigas personales en un mundo dominado por los rencores y la violencia, engancha y cautiva al mundo entero con una historia inteligente, sorprendente y bien intencionada para el recuerdo.

James Edward Grant, se nutre y beneficia de la presencia y carisma de los protagonistas, John Wayne y Gail Russell, para desarrollar una trama fácil de seguir, en la que hay espacio para la acción y la emoción.

El ángel y el pistolero, queda como un disparo certero y conciso a la emoción.

Una historia de amor en el Oeste. Una cinta peculiar. Un director de muy pocas películas, solamente dos, pero que triunfó en el campo de la redacción: fue un gran guionista de multitud de éxitos en la gran pantalla.
La cinta tiene una buena pretensión, un interesante desarrollo y muestra claramente las tensiones que se producen entre el mal y el bien, entre el Ángel y el Pistolero.
Me ha gustado mucho la actriz Gail Russell, guapa, sobria, serena y muy segura de sí misma. Con una vida complicada, carrera muy corta y muerte con 36 años, víctima de una alcoholismo salvaje y muy deteriorante.
La verdad, la bondad, la alegría son valores universales que todas las personas deben tratar y cultivar. Y de eso va la película, un poco sensiblera por momentos, pero verdaderamente interesante y con valores.

Uno de mis westerns favoritos y de mucha gente que le gustan estos westerns.
De hecho, se han hecho varios remakes por la hondura de su historia, fenomenalmente escrita por el propio director Grant, (colaborador durante muchos años de Wayne y de John Ford).
Es una historia de amor en un escenario de acción espléndidamente rodada que profundiza en las emociones humanas.
La "malhadada", falleció muy joven alcoholizada, la actriz protagonista Gail Russell, es tan creíble en esta película porque realmente se ve muy poderosa en la pantalla como su novio en pantalla y fuera de ella al parecer, John Wayne que también interpreta muy bien su papel como el buen forajido, pero es su combinación con Gail Russel lo que hace que esta película sea tan aclamada.
El bonito mensaje de este film es que EL AMOR LO CURA TODO. Verla y sabréis porqué...

Simpatiquísimo western protagonizado por el gran John Wayne (me quito el sombrero) y la guapa Gail Russell. En el papel de villano se encuentra un convincente Bruce Cabot.

Un mujeriego pistolero propenso a meterse en líos recala en una casa de religiosos muy pacifistas. Poco a poco se enamora de la hija de la casa.

La película deja un buen sabor de boca. En mi caso he estado con una sonrisa en buena parte del metraje. Pero aparte de ser un western con tintes de comedia romántica, tiene escenas de tiroteos, peleas y persecuciones.

Acierta en la manera en la conocemos la vida pasada de John Wayne, a pinceladas descubrimos sobre su pasado, sin contarlo todo llanamente.

Tiene varios personajes interesantes: el viejo parlanchín (típico del western), el sheriff ("le prometo que te ahorcaré con una soga nueva"), el amigo que se hace aficionado de la Biblia, el médico cínico...

La música orquestal, sin ser nada del otro mundo, acompaña bien a la película.

En fin, recomiendo verla. Hace pasar un buen rato.

Una producción bajo la pluma de Wayne, su primer debut como productor tendría mayor suerte que la de Gary Cooper en Along Came Jones (1945). Los personajes no podían ser más correctos, el siempre ambiguo John Wayne y la más tímida actriz Gail Russell para protagonizarla, el eterno conflicto entre el bien y el mal, las dos caras de la moneda, uno violento, otro pacífico en colorizado correcto.

Por mi parte me encanto la figura del Marshall, que más parece un "buitre", una amistad que termina en más, no fue problema para ser domesticado por Gail Russell, se pasaron de cloroformo y le dio cáncer a Paul Hurst, con milagrillo encima, ahora quien salva quien, es discutible, un ángel que fuera de cámaras termino corrompida.

A veces el amor florece hasta en una Piedra.