Better Call SaulSerie
2015 

Vince Gilligan (Creador), Peter Gould (Creador) ...
8,0
30.148
Serie de TV. Drama. Comedia. Thriller
Serie de TV (2015-2022). 6 temporadas. 63 episodios. Precuela de la serie "Breaking Bad", centrada en el personaje del abogado Saul Goodman (Bob Odenkirk), seis años antes de conocer a Walter White. La serie cuenta cómo un picapleitos de poca monta llamado Jimmy McGill, con problemas para llegar a fin de mes, se convierte en el abogado criminalista Saul Goodman. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2015
17 de agosto de 2015
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre que falla y es débil, pero que lo intenta y se resiste al fracaso con las armas que tiene. Contra todo y contra todos, con momentos de desfallecimiento y derrota; pero que saca fuerzas de flaqueza y persevera. Ese es Jimmy McGill, el gusano que devengará en mariposa Saul Goodman. Somos testigos del camino espinoso y nada edulcorado que recorre este hombre, mequetrefe y piltrafa en muchas ocasiones hasta conseguir sacar la cabeza del fango y hacerse un hueco en la vida.
La estética Gilligan&Gould Breakingbadiana -si se me permite el palabro- se mantiene en esta Better Call Saul para regocijo de los fans de la serie madre, así como varios hilos argumentales y personajes de la primigenia aventura de Walter White y compañía. Esto no es un obstáculo para el que desconozca por completo Breaking Bad, aunque lo parezca y me explico: se dan sobre entendidos en cada capítulo, pero no necesariamente son dirigidos a los que ya conocíamos la trastienda de Alburquerque: a veces se sueltan detalles con interpretación abierta sin que se pierda el hilo de lo que se cuenta.
La galería de personajes es extensa y rica en detalles, y Jimmy está sencillamente de Globo de Oro: Odenkirk lo borda, nos pone en ese estado de angustia por la supervivencia y el descaro para afrontarlo del personaje que lo hace simpático y atractivo a pesar de sus innumerables carencias.
Recomendable por completo. Si vísteis la serie madre, quizá añoréis ciertas cosas que aquí no hay -principalmente, esta serie se centra y mucho en su protagonista, y Breaking Bad inicialmente también para luego recorrer meandros imprevisibles con enorme soltura y calidad-, pero se respeta mucho el concepto fundamental y se logra diferenciar perdiendo poco en el camino.
No es Breaking Bad, porque no puede ni quiere serlo. Eso pasó, y fue maravilloso. Esto está pasando, y es notable.
La estética Gilligan&Gould Breakingbadiana -si se me permite el palabro- se mantiene en esta Better Call Saul para regocijo de los fans de la serie madre, así como varios hilos argumentales y personajes de la primigenia aventura de Walter White y compañía. Esto no es un obstáculo para el que desconozca por completo Breaking Bad, aunque lo parezca y me explico: se dan sobre entendidos en cada capítulo, pero no necesariamente son dirigidos a los que ya conocíamos la trastienda de Alburquerque: a veces se sueltan detalles con interpretación abierta sin que se pierda el hilo de lo que se cuenta.
La galería de personajes es extensa y rica en detalles, y Jimmy está sencillamente de Globo de Oro: Odenkirk lo borda, nos pone en ese estado de angustia por la supervivencia y el descaro para afrontarlo del personaje que lo hace simpático y atractivo a pesar de sus innumerables carencias.
Recomendable por completo. Si vísteis la serie madre, quizá añoréis ciertas cosas que aquí no hay -principalmente, esta serie se centra y mucho en su protagonista, y Breaking Bad inicialmente también para luego recorrer meandros imprevisibles con enorme soltura y calidad-, pero se respeta mucho el concepto fundamental y se logra diferenciar perdiendo poco en el camino.
No es Breaking Bad, porque no puede ni quiere serlo. Eso pasó, y fue maravilloso. Esto está pasando, y es notable.
10 de octubre de 2022
10 de octubre de 2022
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la historia de un hombre en continuo conflicto: un pícaro ingenioso que disfruta creando artimañas para ganar dinero a mansalva, pero que, a la vez, siente remordimientos por los que se ven afectados por sus actos. En un principio, es una víctima de las circunstancias en las que ha vivido: su entorno más cercano desde que era joven ha proyectado en él el prejuicio de que nunca llegará a nada en la vida y que si lo hace será por medios deshonrosos.
Así pues, nuestro protagonista Jimmy McGill, viéndose ninguneado por las personas a las que admira, acepta cometer actos delictivos como medio para prosperar porque considera que esa es su verdadera naturaleza. Esa consideración de sí mismo hará que se convierta en abogado de criminales, que irán bajando en catadura moral progresivamente a lo largo de las temporadas. Llegará a defender incluso a auténticos psicópatas, quienes, con todo, convierten a Jimmy en un hombre inmensamente rico.
Sin embargo, esas riquezas se sustentan en la mentira, una mentira que Jimmy ha creado para sobrellevar el peso de la conciencia, tras haber participado de manera directa o indirectamente en hacer daño a otras personas. Es en este punto cuando paso a hablar con spoilers.
Así pues, nuestro protagonista Jimmy McGill, viéndose ninguneado por las personas a las que admira, acepta cometer actos delictivos como medio para prosperar porque considera que esa es su verdadera naturaleza. Esa consideración de sí mismo hará que se convierta en abogado de criminales, que irán bajando en catadura moral progresivamente a lo largo de las temporadas. Llegará a defender incluso a auténticos psicópatas, quienes, con todo, convierten a Jimmy en un hombre inmensamente rico.
Sin embargo, esas riquezas se sustentan en la mentira, una mentira que Jimmy ha creado para sobrellevar el peso de la conciencia, tras haber participado de manera directa o indirectamente en hacer daño a otras personas. Es en este punto cuando paso a hablar con spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como daba a entender antes, Jimmy es un hombre con buen corazón, pero que en su empeño de negar su participación en acciones cuestionables moralmente se va deshumanizando progresivamente. Un ejemplo paradigmático de esto se observa en el episodio en el que el narcotraficante Lalo Salamanca solicita sus servicios como abogado. En este capítulo, mientras Jimmy degusta un sabroso helado de menta, es interpelado por dos esbirros de Lalo desde un coche. Estos le instan a que se suba. Jimmy, aterrorizado por lo que puedan hacerle en caso de negarse, accede, pero, eso sí, se ve obligado a tirar el helado antes de entrar en el auto. Inmediatamente, el director nos muestra un plano detalle del helado siendo acorralado por millares de hormigas rojas que lo devoran sin piedad.
Considero que el helado es la representación de la pureza que hay en el corazón de Jimmy y que las violentas hormigas representan el mundo cambiante y oscuro en el que se acaba de meter, al haberse acercado al cartel de los Salamanca, y que lo irá devorando hasta que no quede nada del Jimmy inocente que vimos al principio de la serie.
A partir de ese momento, el personaje desciende a los infiernos y parece no tener salvación posible: difama a su exjefe Howard, contrata prostitutas, blanquea dinero y, por supuesto, con salto temporal incluido, da cobertura legal al imperio de la droga de Walter White. Y, cuando finalmente lo detienen, se las arregla para reducir su condena de cadena perpetua a siete años, pero, todavía quiere más y está dispuesto a acusar a su antiguo amor Kim como la instigadora de sus delitos, si le ofrecen una condena más breve.
Hasta este punto, el espectador ha perdido toda esperanza y siente un fuerte distanciamiento hacia el protagonista, capaz de vender a sus seres queridos con tal de salir ganando. Sin embargo, durante el juicio, lejos de acusar a su amada, reconoce todos sus crímenes y abraza la que será una estancia casi perpetua en la cárcel.
Dicen que un héroe es aquel que en unas circunstancias extremas se lanza a hacer lo que considera justo, independientemente de que obtenga un beneficio para sí mismo o no. En eso se convierte, a mi modo de ver, Jimmy, quien teniendo elección y pudiendo vivir holgadamente, escoge la cárcel.
Sí, Jimmy acaba en la cárcel y, lógicamente, no volverá a ser la pareja de Kim, pero vive en paz consigo mismo y con los demás, hasta el punto de que en esa negrura de mundo en el que vive puede brotar el naranja cálido del cigarrillo encendido que le trae Kim cuando le visita.
Considero que el helado es la representación de la pureza que hay en el corazón de Jimmy y que las violentas hormigas representan el mundo cambiante y oscuro en el que se acaba de meter, al haberse acercado al cartel de los Salamanca, y que lo irá devorando hasta que no quede nada del Jimmy inocente que vimos al principio de la serie.
A partir de ese momento, el personaje desciende a los infiernos y parece no tener salvación posible: difama a su exjefe Howard, contrata prostitutas, blanquea dinero y, por supuesto, con salto temporal incluido, da cobertura legal al imperio de la droga de Walter White. Y, cuando finalmente lo detienen, se las arregla para reducir su condena de cadena perpetua a siete años, pero, todavía quiere más y está dispuesto a acusar a su antiguo amor Kim como la instigadora de sus delitos, si le ofrecen una condena más breve.
Hasta este punto, el espectador ha perdido toda esperanza y siente un fuerte distanciamiento hacia el protagonista, capaz de vender a sus seres queridos con tal de salir ganando. Sin embargo, durante el juicio, lejos de acusar a su amada, reconoce todos sus crímenes y abraza la que será una estancia casi perpetua en la cárcel.
Dicen que un héroe es aquel que en unas circunstancias extremas se lanza a hacer lo que considera justo, independientemente de que obtenga un beneficio para sí mismo o no. En eso se convierte, a mi modo de ver, Jimmy, quien teniendo elección y pudiendo vivir holgadamente, escoge la cárcel.
Sí, Jimmy acaba en la cárcel y, lógicamente, no volverá a ser la pareja de Kim, pero vive en paz consigo mismo y con los demás, hasta el punto de que en esa negrura de mundo en el que vive puede brotar el naranja cálido del cigarrillo encendido que le trae Kim cuando le visita.
13 de febrero de 2015
13 de febrero de 2015
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sube el telón, escena en blanco y negro acompañada de musica un tanto diferente, baja el telón y lloras. ¿Por qué lloras? Porque Breaking Bad se nos fue y ver los capítulos repetidos no es lo mismo, lloras porque por primera vez en poco más de un año volviste a tener esa sensación.
Los mismos planos coloridos pero los mismos planos opacos, la misma simpleza pero la misma complicación. Y se siente bien, es un spin-off pero se trata de Vince Gilligan, así que esta bien.
Me gustaría saber que se siente ver Better Call Saul sin conocer Breaking Bad, estoy casi seguro de que la criticaría. Vería con asco al señor de la taquilla que hace regresar a un pobre, estúpido pero inteligente abogado de la fila para pagar el estacionamiento, no le vería sentido a aquel hombre latino exageradamente agresivo, me aburrirían las brillantes escenas manchadas con el fuerte cielo azul que ilumina lo paisajes de Albuquerque, New México. Pero no, vi Breaking Bad y esta me parece una serie brillante, con solo dos capítulos a la luz.
Pocas personas logran tanto en tan poco tiempo, y esto señores, se perfila como una de las mejores obras del 2015. No por nada se trata de uno de los estrenos con más espectadores en la historia de la televisión. Ampliando un universo que a todos nos encanta, un drama con tintes de comedia negra.
Hermosa y cocida a fuego lento, como su hermana mayor.
Los mismos planos coloridos pero los mismos planos opacos, la misma simpleza pero la misma complicación. Y se siente bien, es un spin-off pero se trata de Vince Gilligan, así que esta bien.
Me gustaría saber que se siente ver Better Call Saul sin conocer Breaking Bad, estoy casi seguro de que la criticaría. Vería con asco al señor de la taquilla que hace regresar a un pobre, estúpido pero inteligente abogado de la fila para pagar el estacionamiento, no le vería sentido a aquel hombre latino exageradamente agresivo, me aburrirían las brillantes escenas manchadas con el fuerte cielo azul que ilumina lo paisajes de Albuquerque, New México. Pero no, vi Breaking Bad y esta me parece una serie brillante, con solo dos capítulos a la luz.
Pocas personas logran tanto en tan poco tiempo, y esto señores, se perfila como una de las mejores obras del 2015. No por nada se trata de uno de los estrenos con más espectadores en la historia de la televisión. Ampliando un universo que a todos nos encanta, un drama con tintes de comedia negra.
Hermosa y cocida a fuego lento, como su hermana mayor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Its' showtime
2 de septiembre de 2022
2 de septiembre de 2022
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La series finale de Better Call Saul -y punto final definitivo del universo Breaking Bad, por extensión- contiene hasta tres referencias a los viajes en el tiempo, en momentos bien diferenciados tanto en la duración del episodio como en el punto temporal de este macrorrelato en el que se sitúan, cada una con un interlocutor distinto del protagonista, pero todos ellos con un rol clave, en un momento u otro, en el desarrollo de un personaje que ya es un icono de la televisión.
En la secuencia inicial, enmarcada en la travesía por el desierto mexicano al regreso de su "recado" para Lalo Salamanca, Saul Goodman pregunta a Mike Ehrmantraut a qué momento de su pasado viajaría si dispusiese de una máquina del tiempo, a lo que este responde, tras dudarlo un momento, el día en el que aceptó su primer soborno. En el ecuador del episodio, en el sótano del "señor de las aspiradoras", esperando por sus nuevas identidades (y vidas), el abogado reitera la pregunta a Heisenberg, quien, tras afirmar tajantemente la imposibilidad de viajar en el tiempo ("real y teórico"), reconduce la conversación a su verdadero significado: los lamentos por las acciones y decisiones del pasado -o la ausencia de estas-, que para el exprofesor no es otra que el haber dejado los Schwartz lo apartasen de la empresa que él mismo creó y acabasen haciéndose de oro con sus ideas.
Por último, en la antesala del desenlace, en una de tantas ocasiones en las que Jimmy le lleva la compra a su hermano Chuck, este le pregunta una vez más si no piensa reconducir su camino en la vida, una conversación que el picapleitos ya parece más que hastiado de tener, por lo que se va de ahí, sin más, mientras la cámara nos enseña un ejemplar de La máquina del tiempo de H.G. Wells en la mesa de la cocina.
Puede por tanto concluirse, sin muchas dudas, que esta triple referencia a los viajes en el tiempo no es sino una alegoría de lo que se sitúa realmente en el núcleo semántico de este episodio final, del último acto de la serie y del desarrollo moral de su protagonista: el arrepentimiento, el remordimiento, no ya tanto por todo el daño causado a terceros sino especialmente por los efectos que toda una vida de granuja, primero, de criminal, después, le han afectado en lo personal, en donde más duele. Y en especial, que desapareciese para siempre de su vida Kim Wexler, verdadera piedra angular de Better Call Saul y el mejor aporte de esta serie al universo Breaking Bad.
Apuntaba en mi comentario sobre la season premiere que el destino de la compañera laboral y sentimental de Jimmy McGill sería el verdadero enigma de esta temporada final, profecía que, más que cumplirse, se ha tornado en algo todavía más trascendente: la explicación de la miseria moral del protagonista, pero también, en última instancia, la clave para su redención final y, a la postre, para el desenlace definitivo de la serie y del universo narrativo.
Justo al contrario que Heisenberg, que ya jamás volvería a ser Walter White y que dedica sus últimos alientos a perpetrar y ejecutar su última venganza, James Morgan McGill, justo cuando tiene a punto de caramelo su burla definitiva al sistema judicial de su país -y una consiguiente condena irrisoria a prisión- decide cambiar el relato, no sin antes forzar la presencia de Kim, y en un ejercicio de arrepentimiento pocas veces visto antes, asume con toda su plenitud las consecuencias de su carrera criminal y decide pasar el resto de su vida entre rejas. Y lo más importante, lo hace bajo su verdadera identidad, dejando de lado, para siempre, el alter ego bajo el que se escudó en los "mejores años" de una vida de canalla (o canallita, según el momento), que queda reducido a un meme para sus compañeros de presidio, a una vitola de leyenda caída. Y es que el título, Saul gone ("it’s all gone"), juego de palabras con su nombre "artístico", no podría haber sido una declaración de intenciones más explícita en ese sentido.
Cierro con la pregunta del millón, la respuesta al dilema que puede que muchos lleven buscando desde que comenzó esta serie, especialmente ahora que se ha terminado. ¿Cuál es mejor, Breaking bad o Better call Saul? Pues bien, dar una respuesta simple y directa a este interrogante no le haría nada de justicia a ninguna de las series por separado ni a uno de los más excelentes universos de ficción surgidos en el medio televisivo. Breaking bad se ha ganado por derecho propio el puesto entre las cinco o diez mejores series de la historia y de ahí difícilmente la podrá sacar nadie. Pero el cometido de Better Call Saul no fue nunca el de superar a su "serie matriz", sino el de ampliar su relato, enriquecerlo con un sinfín de nuevas tramas, dotarlo de mayor complejidad y, en definitiva, formar entre ambas un continuum, un conjunto inmejorable.
Gracias por todo esto, señor Gilligan.
En la secuencia inicial, enmarcada en la travesía por el desierto mexicano al regreso de su "recado" para Lalo Salamanca, Saul Goodman pregunta a Mike Ehrmantraut a qué momento de su pasado viajaría si dispusiese de una máquina del tiempo, a lo que este responde, tras dudarlo un momento, el día en el que aceptó su primer soborno. En el ecuador del episodio, en el sótano del "señor de las aspiradoras", esperando por sus nuevas identidades (y vidas), el abogado reitera la pregunta a Heisenberg, quien, tras afirmar tajantemente la imposibilidad de viajar en el tiempo ("real y teórico"), reconduce la conversación a su verdadero significado: los lamentos por las acciones y decisiones del pasado -o la ausencia de estas-, que para el exprofesor no es otra que el haber dejado los Schwartz lo apartasen de la empresa que él mismo creó y acabasen haciéndose de oro con sus ideas.
Por último, en la antesala del desenlace, en una de tantas ocasiones en las que Jimmy le lleva la compra a su hermano Chuck, este le pregunta una vez más si no piensa reconducir su camino en la vida, una conversación que el picapleitos ya parece más que hastiado de tener, por lo que se va de ahí, sin más, mientras la cámara nos enseña un ejemplar de La máquina del tiempo de H.G. Wells en la mesa de la cocina.
Puede por tanto concluirse, sin muchas dudas, que esta triple referencia a los viajes en el tiempo no es sino una alegoría de lo que se sitúa realmente en el núcleo semántico de este episodio final, del último acto de la serie y del desarrollo moral de su protagonista: el arrepentimiento, el remordimiento, no ya tanto por todo el daño causado a terceros sino especialmente por los efectos que toda una vida de granuja, primero, de criminal, después, le han afectado en lo personal, en donde más duele. Y en especial, que desapareciese para siempre de su vida Kim Wexler, verdadera piedra angular de Better Call Saul y el mejor aporte de esta serie al universo Breaking Bad.
Apuntaba en mi comentario sobre la season premiere que el destino de la compañera laboral y sentimental de Jimmy McGill sería el verdadero enigma de esta temporada final, profecía que, más que cumplirse, se ha tornado en algo todavía más trascendente: la explicación de la miseria moral del protagonista, pero también, en última instancia, la clave para su redención final y, a la postre, para el desenlace definitivo de la serie y del universo narrativo.
Justo al contrario que Heisenberg, que ya jamás volvería a ser Walter White y que dedica sus últimos alientos a perpetrar y ejecutar su última venganza, James Morgan McGill, justo cuando tiene a punto de caramelo su burla definitiva al sistema judicial de su país -y una consiguiente condena irrisoria a prisión- decide cambiar el relato, no sin antes forzar la presencia de Kim, y en un ejercicio de arrepentimiento pocas veces visto antes, asume con toda su plenitud las consecuencias de su carrera criminal y decide pasar el resto de su vida entre rejas. Y lo más importante, lo hace bajo su verdadera identidad, dejando de lado, para siempre, el alter ego bajo el que se escudó en los "mejores años" de una vida de canalla (o canallita, según el momento), que queda reducido a un meme para sus compañeros de presidio, a una vitola de leyenda caída. Y es que el título, Saul gone ("it’s all gone"), juego de palabras con su nombre "artístico", no podría haber sido una declaración de intenciones más explícita en ese sentido.
Cierro con la pregunta del millón, la respuesta al dilema que puede que muchos lleven buscando desde que comenzó esta serie, especialmente ahora que se ha terminado. ¿Cuál es mejor, Breaking bad o Better call Saul? Pues bien, dar una respuesta simple y directa a este interrogante no le haría nada de justicia a ninguna de las series por separado ni a uno de los más excelentes universos de ficción surgidos en el medio televisivo. Breaking bad se ha ganado por derecho propio el puesto entre las cinco o diez mejores series de la historia y de ahí difícilmente la podrá sacar nadie. Pero el cometido de Better Call Saul no fue nunca el de superar a su "serie matriz", sino el de ampliar su relato, enriquecerlo con un sinfín de nuevas tramas, dotarlo de mayor complejidad y, en definitiva, formar entre ambas un continuum, un conjunto inmejorable.
Gracias por todo esto, señor Gilligan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aunque para máquina del tiempo, la del mecanismo narrativo dispuesto por la serie desde su primerísima entrega, pero intensificado más que nunca en esta recta final y que alcanza su cumbre, su punto más álgido, no en este final absoluto, sino en el antepenúltimo episodio, titulado precisamente Breaking Bad, guiño y a la vez complemento, desde la perspectiva de Saul, del capítulo que lo dio a conocer por primerísima vez. Ya la secuencia inicial de la season premiere, primer arranque de temporada en color y, por tanto, anterior de algún modo al establecimiento de Gene Takavic en Nebraska, nos dejaba caer que el juego de saltos entre las distintas líneas temporales adquiriría una mayor complejidad en esta hornada definitiva, y vaya que si así ha sido.
En lo que ha sido una disposición de los eventos arriesgada e inusual, pero finalmente más que acertada, la serie entró en un parón de siete semanas tras el séptimo episodio de temporada -Plan and Execution, que muchos han visto como la réplica de la "serie hija" a Ozymandias y se convirtió en el segundo episodio de todo el universo Breaking Bad mejor puntuado en IMdB, sólo por detrás de aquel-. La línea temporal del presente de Better call Saul, su arco narrativo desarrollado con entidad propia respecto de la "serie madre", alcanzaba su clímax con el devenir inesperado del gran plan de Saul y Kim contra Howard Hamlin. Una línea temporal que quedaría definitivamente resuelto en apenas los dos primeros episodios tras el parón, primero con la muerte de Lalo Salamanca y después, precisamente, con el verdadero punto de inflexión de la serie: la decisión de Kim de separarse de Jimmy y desaparecer de su vida "para siempre".
Breaking Bad (el episodio, no la serie) supone la cuadratura del círculo de este universo ficticio, de su desarrollo dramatúrgico pero también semántico, así como el culmen de la fórmula maestra desplegada con excelencia por Vince Gilligan y Peter Gould en la despedida de su "criatura". Más allá de constituir la intersección definitiva entre ambas series -y la película El Camino- y llenar la gran mayoría de lagunas narrativas que podían quedar para lograr una cohesión plena del conjunto, define el marco moral y emocional en el que se inserta la fase final de construcción del personaje protagonista, ya bajo la identidad de Gene Takavic, y que acaba eclosionando en el mencionado desenlace que, por inesperado, no resulta incoherente en absoluto.
Todo ello se puede resumir en la llamada del protagonista a su ya exsecretaria Francesca -anunciada en el prólogo de Quite a Ride (4x05)-, y que marca el inicio de la línea temporal en blanco y negro, con la que Better Call Saul empieza y termina: Jimmy comienza a sufrir las consecuencias inmediatas de la actividad criminal desarrollada en Breaking Bad -embargo, persecución policial, condena a una vida discreta, etc.-, a la par que evoca el vacío emocional que le provoca la añoranza de Kim, la cual, a su vez, no es sino resultado de las acciones que realiza en Better Call Saul.
En conclusión, lo que de primeras se nos vendió como una precuela de Breaking Bad, pese a que se iniciaba con imágenes de lo que sería la secuela inmediata de esta, ha acabado siendo un fenómeno narrativo digno de estudio, más allá de los conceptos preexistentes de precuela y secuela e incluso más complejo que un universo expandido: ha ampliado hacia el pasado y el futuro un relato ya aparentemente cerrado, concluido, al que ha complementado y revestido de nuevos matices desde el minuto uno -en particular, en lo que respecta al desarrollo de los personajes ya conocidos en aquel-, a la par que nos ha hecho encontrar mensajes y referencias en la serie original sin los cuales no podríamos comprender, apreciar y disfrutar en toda su plenitud el producto derivado. Y además, por si fuese poco, está sin duda entre las mejores series de los últimos diez años, una nueva lección magistral de narración seriada de Vince Gilligan, esta vez junto a Peter Gould.
En lo que ha sido una disposición de los eventos arriesgada e inusual, pero finalmente más que acertada, la serie entró en un parón de siete semanas tras el séptimo episodio de temporada -Plan and Execution, que muchos han visto como la réplica de la "serie hija" a Ozymandias y se convirtió en el segundo episodio de todo el universo Breaking Bad mejor puntuado en IMdB, sólo por detrás de aquel-. La línea temporal del presente de Better call Saul, su arco narrativo desarrollado con entidad propia respecto de la "serie madre", alcanzaba su clímax con el devenir inesperado del gran plan de Saul y Kim contra Howard Hamlin. Una línea temporal que quedaría definitivamente resuelto en apenas los dos primeros episodios tras el parón, primero con la muerte de Lalo Salamanca y después, precisamente, con el verdadero punto de inflexión de la serie: la decisión de Kim de separarse de Jimmy y desaparecer de su vida "para siempre".
Breaking Bad (el episodio, no la serie) supone la cuadratura del círculo de este universo ficticio, de su desarrollo dramatúrgico pero también semántico, así como el culmen de la fórmula maestra desplegada con excelencia por Vince Gilligan y Peter Gould en la despedida de su "criatura". Más allá de constituir la intersección definitiva entre ambas series -y la película El Camino- y llenar la gran mayoría de lagunas narrativas que podían quedar para lograr una cohesión plena del conjunto, define el marco moral y emocional en el que se inserta la fase final de construcción del personaje protagonista, ya bajo la identidad de Gene Takavic, y que acaba eclosionando en el mencionado desenlace que, por inesperado, no resulta incoherente en absoluto.
Todo ello se puede resumir en la llamada del protagonista a su ya exsecretaria Francesca -anunciada en el prólogo de Quite a Ride (4x05)-, y que marca el inicio de la línea temporal en blanco y negro, con la que Better Call Saul empieza y termina: Jimmy comienza a sufrir las consecuencias inmediatas de la actividad criminal desarrollada en Breaking Bad -embargo, persecución policial, condena a una vida discreta, etc.-, a la par que evoca el vacío emocional que le provoca la añoranza de Kim, la cual, a su vez, no es sino resultado de las acciones que realiza en Better Call Saul.
En conclusión, lo que de primeras se nos vendió como una precuela de Breaking Bad, pese a que se iniciaba con imágenes de lo que sería la secuela inmediata de esta, ha acabado siendo un fenómeno narrativo digno de estudio, más allá de los conceptos preexistentes de precuela y secuela e incluso más complejo que un universo expandido: ha ampliado hacia el pasado y el futuro un relato ya aparentemente cerrado, concluido, al que ha complementado y revestido de nuevos matices desde el minuto uno -en particular, en lo que respecta al desarrollo de los personajes ya conocidos en aquel-, a la par que nos ha hecho encontrar mensajes y referencias en la serie original sin los cuales no podríamos comprender, apreciar y disfrutar en toda su plenitud el producto derivado. Y además, por si fuese poco, está sin duda entre las mejores series de los últimos diez años, una nueva lección magistral de narración seriada de Vince Gilligan, esta vez junto a Peter Gould.
21 de abril de 2020
21 de abril de 2020
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vince Gilligan es un genio.
Creó un hito dentro de las series de televisión, algo con estilo y carácter propios. Algo distinto, con conflictos auténticos y reconocibles y una historia de menos a más, que fue creciendo con sentido y coherencia junto a sus personajes, a cual más carismático y creíble...
Allí había algo con personalidad. Las imágenes hablaban y transmitían.. había algo especial en su atmósfera, en su desarrollo, en sus formas. Iba por delante del espectador, le intrigaba, le sorprendía, le tensionaba, le hacía pensar..y reír.. metáforas, mensajes..situaciones surrealistas.. formaron las señas de identidad marca de la casa.
...y terminó. Una obra enorme y redonda.
Fue un guiso a fuego lento con infinidad de ingredientes que juntos fueron cocinándose y dieron lugar a algo enorme.
BREAKING BAD.
Después...la nada, el vacío.
Vince Gilligan lo hizo una vez. Y lo ha vuelto a conseguir otra. El universo Breaking tenía más... Y nos lo ha dado...
BETTER CALL SAÚL.
Otro guiso a fuego lento, concentrado..con los ingredientes necesarios en la cantidad adecuada...
Un regalo para quien vivió Breaking Bad...y para quien no. Porque por sí sola se basta la serie..pero lo mejor es que forma un todo con su antecesora. Su antes. Y juntas son un puzzle maravilloso con sus piezas mágicamente encajadas a la perfección.
Dos obras enormes e independientes que forman una serie gigante.
Comencé a ver Better Call Saúl con muchas ganas y muchos temores después del síndrome de abstinencia que sufrí tras Breaking Bad. Los temores se fueron disipando, porque enseguida me ganó con dos cosas: La dosis de universo Breaking, donde me encontraba agusto y que seguía con una pureza del 100%. Y las nuevas aportaciones, dónde descubría todo lo que había detrás y en el fondo de uno de los personajes más entrañables y queridos que aquí tomaba los mandos, y a sus nuevos compañeros de viaje con el mismo grado de carisma...y para colmo, se mezclaba con la aparición de otros conocidos. Las ganas, al contrario que los temores, fueron en continuo aumento.
Va despacio, pero con mucho contenido. Y como Breaking Bad, crece.
No requiere haber visto Breaking Bad, alguien que ni sepa de su existencia puede disfrutar de una gran serie que le parecerá eso, algo distinto y con mucha personalidad y con personajes interesantes en continuo conflicto entre ellos y consigo mismos, situaciones resultas con ingenio y descaro y sorpresas y giros que harán del ritmo calmo algo intenso y trepidante.
...pero si has visto Breaking Bad...creo que saboreas los detalles y agradeces esas piezas que van engranándose. La hacen mejor serie.
Bueno...y esto faltando el final.. pero estoy tan convencido de que será.. Vince Gilligan. Me froto las manos.
Creó un hito dentro de las series de televisión, algo con estilo y carácter propios. Algo distinto, con conflictos auténticos y reconocibles y una historia de menos a más, que fue creciendo con sentido y coherencia junto a sus personajes, a cual más carismático y creíble...
Allí había algo con personalidad. Las imágenes hablaban y transmitían.. había algo especial en su atmósfera, en su desarrollo, en sus formas. Iba por delante del espectador, le intrigaba, le sorprendía, le tensionaba, le hacía pensar..y reír.. metáforas, mensajes..situaciones surrealistas.. formaron las señas de identidad marca de la casa.
...y terminó. Una obra enorme y redonda.
Fue un guiso a fuego lento con infinidad de ingredientes que juntos fueron cocinándose y dieron lugar a algo enorme.
BREAKING BAD.
Después...la nada, el vacío.
Vince Gilligan lo hizo una vez. Y lo ha vuelto a conseguir otra. El universo Breaking tenía más... Y nos lo ha dado...
BETTER CALL SAÚL.
Otro guiso a fuego lento, concentrado..con los ingredientes necesarios en la cantidad adecuada...
Un regalo para quien vivió Breaking Bad...y para quien no. Porque por sí sola se basta la serie..pero lo mejor es que forma un todo con su antecesora. Su antes. Y juntas son un puzzle maravilloso con sus piezas mágicamente encajadas a la perfección.
Dos obras enormes e independientes que forman una serie gigante.
Comencé a ver Better Call Saúl con muchas ganas y muchos temores después del síndrome de abstinencia que sufrí tras Breaking Bad. Los temores se fueron disipando, porque enseguida me ganó con dos cosas: La dosis de universo Breaking, donde me encontraba agusto y que seguía con una pureza del 100%. Y las nuevas aportaciones, dónde descubría todo lo que había detrás y en el fondo de uno de los personajes más entrañables y queridos que aquí tomaba los mandos, y a sus nuevos compañeros de viaje con el mismo grado de carisma...y para colmo, se mezclaba con la aparición de otros conocidos. Las ganas, al contrario que los temores, fueron en continuo aumento.
Va despacio, pero con mucho contenido. Y como Breaking Bad, crece.
No requiere haber visto Breaking Bad, alguien que ni sepa de su existencia puede disfrutar de una gran serie que le parecerá eso, algo distinto y con mucha personalidad y con personajes interesantes en continuo conflicto entre ellos y consigo mismos, situaciones resultas con ingenio y descaro y sorpresas y giros que harán del ritmo calmo algo intenso y trepidante.
...pero si has visto Breaking Bad...creo que saboreas los detalles y agradeces esas piezas que van engranándose. La hacen mejor serie.
Bueno...y esto faltando el final.. pero estoy tan convencido de que será.. Vince Gilligan. Me froto las manos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acabo de terminar el último capítulo de la quinta temporada.
... La sexta temporada promete muchísimo.
... La sexta temporada promete muchísimo.
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