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Splice: Experimento mortal

Ciencia ficción. Thriller. Terror Clive (Adrien Brody) y Elsa (Sarah Polley) son dos brillantes científicos que, por medio de la ingeniería genética, se dedican a crear variaciones de especies conocidas. Aunque han alcanzado el éxito, su ambición les hará perder el control, cuando, en secreto, decidan llevar sus experimentos más allá de la moral. Combinando ADN humano en sus experimentos genéticos obtendrán un nuevo escalón en el árbol evolutivo actual. (FILMAFFINITY)
Críticas 106
Críticas ordenadas por utilidad
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5
31 de julio de 2010
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo un velo de expectación llegó “Splice: experimento mortal” (que se han lucido con el título traducido que parece de peli de sobremesa) el último trabajo de Vicenzo Natali a las pantallas de cine, director que nos fascinó hace doce años realizando una joya como Cube (1997). Pero no, Natali no lo consigue. Y lo que es peor aún, se hunde al haber caído en los tópicos que suelen caer muchas películas de terror alejándose de la frescura que con que sorprendió a todos años atrás.

Una película que se queda a medias en todo y que no logra arrancar en ningún momento debido a que cae incasablemente en estereotipos que cualquier cinéfilo lo descubriría fácilmente. Y eso, que a pesar de que la premisa con la que empieza Splice no es mala ni mucho menos: La idea de fusionar el ADN de varios animales para obtener una nueva especie, es el principal objetivo de dos científicos llamados Clive (Manolete) y Elsa (Sarah Polley). Estos, debido su ansia de ambición y empujados por las restricciones que les interpone la empresa para la que trabajan, los llevará a ir más allá de lo permitido y combinaran ADN humano en sus experimentos, creando una nueva especie de animal, un nuevo tipo de quimera, donde sus genes humano y animal están fundidos en un solo cuerpo... pero no sólo esto ocurrirá con sus genes…

La moralidad que supone crear una criatura así y las consecuencias que provoca también es un aspecto bastante interesante. Ver como los protagonistas penetran en una zona prohibida que va en contra de las normas y la moralidad humana, sin ser conscientes de las consecuencias que tendrá este hecho a corto plazo (debido al acelerado crecimiento de la criatura). O cómo la pareja de científicos se convierten en padres y profesores intentando adoctrinar la criatura (que acabaría llamándose Dren). Un sensual ser con anatomía femenina, aprenderá conceptos básicos como un primitivo lenguaje, vestirse o intentar comer utilizando utensilios tan extraños para ella como son el cuchillo y el tenedor. Son algunos de los aspectos por los cuales el espectador no se sentirá decepcionado.

Tanto Adrien Brody como Sarah Polley hacen una actuación modesta, apenas testimonial. Ninguno logra destacar por encima del otro debido a que gran parte del protagonismo se lo llevará una irreconocible Delphine Chanéac realizando el papel de Dren, no sólo por el increíble trabajo de maquillaje sino porque sobre los hombros esta morbosa criatura descansara lo único interesante en el film.

Ni siquiera la música realizada para la ocasión logra hacernos olvidar que estamos viendo algo repetitivo y demasiado visto. Así, que por mucho que Cyrille Aufort hay compuesto para la ocasión algunos temas interesantes como “Main Title” o Birth Scene”, la película tomará un ritmo descendente.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En definitiva, Vicenzo Natali nos ofrece una película para pasar el rato siendo la cinta en sí un experimento que funde ideas ya vistas en películas como Species (1995) o Jenifer, miniserie de Masters of horror (2005). Nada nuevo para un panorama cinematográfico escaso de ideas nuevas y que para un servidor que sentado en su butaca en el cine se dio cuenta que en apenas diez minutos había acabado con las palomitas y la coca-cola. Mala señal cuando eso ocurre, mala señal.
2
18 de agosto de 2010
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece mentira que un tema tan interesante pueda acabar tan desaprovechado. Lo que a muchos nos ha convocado ha sido la intriga por saber cómo resuelve el director de Cube y Cypher un argumento que podría ir derecho al debate ético y moral. En lugar de eso Natali nos pasea por un manojo de obviedades, de la mano de dos científicos que no resisten la tentación de ir un paso más allá en las investigaciones genéticas. Digo dos científicos, pero aparecida la criatura ya no se vuelven a comportar como tales, sino como un par de figurantes que actúan como si la cosa no fuera con ellos. Se llevarán la criatura de aquí para allá evitando así que sea descubierta, para que acabe encerrada, educada entre Barbies y lápices labiales. Ya no se vuelven a hacer pruebas, ni se sigue un procedimiento digno de cualquier investigación. Por momentos, ni siquiera queda claro lo que esperan del asunto, dejando al espectador esclavizado en pos de un final que cualquiera imagina tan rocambolesco como el íntegro desarrollo del film. Es evidente que la película propone temas alrededor del experimento; la falta de ética de las corporaciones científicas, la intromisión de ADN humano en una investigación, el impacto de la criatura en la vida de la pareja. A grandes rasgos la película pasa por allí, pero carente de profundidad, y con finales de escena previsibles y hasta hilarantes por momentos.

Que la criatura final es un logro del diseño, eso está por verse. Rostro algo marciano y un par de patas que acaban en antebrazos, no ofrece ninguna espectacularidad.

Queda declarada la secuela de este accidente fílmico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Del todo innecesaria la escena donde Adrian Brody sucumbe a la tentación y mantiene relaciones sexuales con la criatura. No agregó ninguna información vital al corpus de este penoso trabajo.
Aún más innecesaria para el espectador la otra en la que su pareja es violada por el sucedáneo de la criatura, que ha trocado en un ser masculino.
Un final obvio y encima tendremos segunda parte de este engendro cuando la protagonista dé a luz el fruto de su accidente.
5
30 de marzo de 2010
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se espera de esta cinta y más sabiendo de quien viene (Natli por un lado y Guillermo del Toro por otro); pero ahí se queda la cosa: mucho ruido y pocas nueces. La película no está mal, y cuando uno la está viendo siempre espera que vaya un poco más alla y ahí es donde está el error; no hay más allá que valga y sinceramente creo que se podría haber sido más transgresor (sin necesidad de caer en lo grotesco).

No obstante, la historia entretiene y más cuando el espectador se da cuenta que ya no da más de sí la cosa. Hay momentos brillantes en los que el realizador de Cube y Cypher se luce y demuestra lo que de verdad vale, pero claro, de esos momentos hay pocos, si bien cabe destacar algunos planos realmente espectaculares, la historia es plana y lineal, y no destaca ni por lo bueno ni por lo malo.

Recomendable para pasar un rato entretenido y poco más.
5
28 de marzo de 2010
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo perdido en combate teníamos al bueno de Vincenzo Natali después de su interesantísima trilogía fílmica de presentación. En apenas cinco años este autor dejó claro que desde el demasiadas veces ninguneado vecino norteño de Estados Unidos se podían concebir obras estimulantes que lograran insuflar bocanadas de aire fresco al género fantástico. Con ‘Cube’, genial ópera prima nos atrapó el aquel galimatías laberíntico imposible, con la irregular ‘Cypher’ trenzó un a ratos brillante juego hitchcockiano de falsas identidades, y con la infravalorada ‘Nothing’ divirtió con ese simpático perro verde que parecía directamente sacado de la mente del gran Charlie Kaufman.

Desde entonces pocos proyectos más. El documental inédito en nuestro país sobre la figura de Terry Gilliam durante el rodaje de ‘Tideland’ y una de las breves aportaciones en ‘Paris, je t’aime’. Después de seis años casi en el anonimato, vuelve Natali auspiciado por Guillermo del Toro con ‘Splice’, un proyecto que debe volverlo a la primera línea del fantástico. El propio director manifestaba que en esta ocasión su principal motivación era la de rodar una película cuyo monstruo fuera un personaje más, no simplemente algo de lo que había que huir. Nadie puede negar que el punto de partida sea por lo menos prometedor. Pero si antes alabábamos el evidente poder creativo de Natali, también hay que reconocer que todavía no ha logrado hacer ningún trabajo redondo. Por desgracia ‘Splice’ no es la excepción.

El principal problema de este experimento subyace en la obsesión del director canadiense por su criatura, que acaba convirtiéndose en una peligrosa arma de doble filo. Por un lado la figura de Dren adquiere un notable peso dramático, confirmándose el filme como un muy interesante transgresor / renovador de los cánones de las monster movies. A pesar de que los efectos visuales no rindan siempre al nivel deseable, la apariencia del monstruo así como sus continuas metamorfosis convencen. De modo que desde el punto de vista estético y también psicológico, Dren hace los méritos suficientes para ocupar un huequecito en el imaginario colectivo, aunque no con tanta contundencia como apuntaban la mayoría de pronósticos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por el otro lado tenemos todos los demás personajes de la función. O quizás debería usarse el término “figurantes”... o quizás “monigotes”. Es tan grande el mimo que Natali le dedica a su juguetito que se le olvida que hay gente rodeándolo e interactuando con él, aunque también hay que reconocer que no ayudan demasiado a la causa las poco lucidas interpretaciones de Sarah Polley -cosa rara- y Adrien Brody -cosa no tan rara-, que no parecen creerse en ningún momento a esa pareja científicos locos, evolución algo retorcida del Frankenstein de Shelley. Por supuesto tampoco ayuda un final demasiado precipitado y descaradamente abierto a posibles secuelas; una resolución en la que se hacen demasiado evidentes las carencias narrativas del cineasta, aunque su currículum ya nos advirtiera sobre este handicap.

Así, al final ‘Splice’, híbrido de ciencia-ficción y terror, de ‘Mimic’ (la sombra de Guillermo del Toro es muy alargada), ‘Species’ y un larguísimo etcétera, se muestra como un compendio de buenas intenciones, la mayoría de ellas mal acabadas, lo cual tristemente se está convirtiendo en un tic demasiado frecuente en los productos fantásticos modernos. De modo que prepárense para ver una propuesta diferente; una historia perversa que les hará removerse continuamente en la butaca por lo -éticamente- incómodo de sus situaciones, pero a la hora de aplaudir al final de la representación mejor mantengan las manos en los bolsillos, porque la genialidad del amigo Vincenzo no está... y eso que se la esperaba.
6
11 de enero de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la base que desconozco tanto el caché del señor Brody como el de la señora Polley y que, además, tampoco no tengo ni puñetera idea de la pasta que pueden costar unos efectos especiales como los de “Splice”, casi me atrevería a afirmar que la peli del señor Natali es -posiblemente- una de las mejores producciones de Serie B de lo que llevamos de siglo.

Si con dicha afirmación he metido la gamba o no, no lo sé, la verdad, pero lo que tengo claro es que coinciden en “Splice” multitud de factores que me inducen a creerlo. Factores tales como el género en el que se encuentra inscrita (la ciencia-ficción), su aire modesto, su delimitada puesta en escena, su pinceladita gore y -fundamentalmente- su ostensible excentricidad argumental. Aderezados, obviamente, por esa perversa e insana atmósfera cronenbergiana que, a mi juicio, le confiere a la peli de Natali la dosis de turbación e inquietud necesarias para evitar que ese excesivo contingente fantástico que conlleva la historia de esta especie de niña transgénica no acabe chirriando más de lo estrictamente necesario.

Seis sorprendentes estrellitas, por lo tanto, para una peli entretenida, original y considerablemente atrevida que, pese a pasar de puntillas por encima de ciertas consideraciones éticas o morales que no he comentado ni voy a comentar, me ha parecido -exagerada o no- muy interesante. Recomendable.
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