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Sin Límites

Thriller El escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre una grave crisis de creatividad. Un día prueba una nueva droga que le permite sacar el máximo partido a sus facultades mentales. De este modo, consigue triunfar en Nueva York. Un poderoso magnate de Wall Street (Robert De Niro) siente una irreprimible curiosidad por averiguar qué se esconde detrás de tanto éxito. (FILMAFFINITY)
Críticas 168
Críticas ordenadas por utilidad
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1
21 de agosto de 2011
57 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad, siendo objetivos, esta película merece un 5 o un 6. He dado un 1 por motivos personales; por indignación. Y es que Sin Límites trata el tema de las drogas de un modo completamente superficial. Para empezar, aquí nadie se ha molestado en estudiar el tema, y yo creo que todo guionista debe documentarse, al igual que hace un novelista. Debe saber de qué está hablando. Aunque se hable de una droga imaginaria, no deja de ser una droga.
Y en segundo lugar: El protagonista consigue una droga que te hace más inteligente, ¿y para qué la usa?: Para ligar con chicas, para ser un ejecutivo ambicioso, y finalmente para convertirse en un político hipócrita. No la usa para obtener otros puntos de vista, ni se molesta en obtener cultura, ni la usa para desarrollar curas contra enfermedades, ni para acabar con la injusticia ni con la pobreza... En fin; solo la usa para estupideces. Y utilizar una droga que te hace inteligente para estupideces, significa que esa droga no te hace más inteligente.
La usa para alcanzar un status, para ganar dinero, realizar el sueño americano, y sentarse en su trono con superioridad. Por desgracia, las películas son la fuente principal de educación que tienen los jóvenes, y si estos son los valores que les inculcas, te mereces un bonito abucheo. Esto es lo que pasa cuando no lees.
7
10 de julio de 2011
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema de la inteligencia aumentada es un tópico ocasionalmente tocado en la ciencia ficción, y pocas veces visto en el cine. Creo que el último film rodado en torno al tema fué “El hombre del Jardín” (The lawnmower man). Novelas famosas en esta línea serían "Flores para Algernón" de Daniel Keyes, "Mercader de inteligencia", de John Boyd, y algunas otras cuyo título no recuerdo ahora, aunque mencionaría muchas más si considerara la escencia de ciertas historias, puesto que esencialmente contempladas, muchas cosas que parecen diferentes son iguales.

La película que nos ocupa, en ese sentido, es original, y además, goza de otros atributos como una música pegadiza que exuda optimismo y algunos efectos fotográficos interesantes, además del uso del ojo de pez para representar, muy apropiadamente, la omnipercepción. Las actuaciones son normales y no se necesita más, en un argumento orientado a las posibilidades de una herramienta y no a las sutilezas de las relaciones interpersonales.

Un escritor desinspirado y en bancarrota se topa con un ex-cuñado que le facilita una droga para aumentar las capacidades intelectuales. A partir de allí comenzará una exitosa carrera, primero literaria, luego económica, con mucha pelea física -nada de metáforas- por el dinero, el poder, las dichosas grageas y sus efectos adversos.

Lo único malo de la cinta es apegarse a esa manía tan normal de transformar todo argumento en un policial, como si no pudiera hacerse nada más con una inteligencia de 4 dígitos que correr detrás del vil billete, pelear mejor y conquistar poder político. ¿A nadie se le ocurre buscar la manera de vivir más y mejor, sin necesidad de pelearle el poder a nadie y sin llamar la atención, y de paso, comprender el Universo?. Caray, eso pasa por proveer la droga a cabezas huecas. Dios le da pan al que no tiene dientes, dicen.

La historia daba para más. Hubiera sido interesante presenciar la transformación de mundanos personajes en filósofos, de cultores de la violencia gratuita en apacibles hombres, de pirañas del poder en desprendidos pensadores, para mostrar cómo el solo conocimiento es poder; y más aún, cómo la simple virtud es poder, porque conduce a la comprensión y esta al dominio de la realidad.

Bueno, todo no se perdió, tal vez un poquito de eso hay, y quizás así se explique el giro final: el cinismo es natural, pero el humanismo también.

Teniendo en cuenta que cada film no tiene porque ser un canto a la filosofía de uno, y que no hicieron el planeta para complacernos, Limitless se transforma en una sorpresa agradable, original y graciosa en medio del desfile de monstruos espaciales, traficantes de mala catadura, fantasmas vengativos, superheroes traumados y almitas sensibles torturadas por el capitalismo que invade la cartelera continuamente.

Caray, se me quedó pegada la musiquita optimista del final.
8
27 de mayo de 2012
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pareció una idea original y bien planteada, el protagonista Bradley Cooper muy adecuado y el guión relativamente cuidado durante la primera hora. Más allá las ideas se agotaron y un planteamiento curioso se quedó tan solo en eso. A medida que avanza pierde su capacidad para asombrarnos sumiéndonos en derivaciones absolutamente convencionales.
Pese a todo entretiene y el ritmo del que Neil Burger ha dotado a su trabajo resulta muy adecuado, frenando en cierta media sus otras carencias.
Valoración entre un siete y un ocho.
4
22 de abril de 2011
29 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo de listos, el empastillado es el rey. Y es que en tiempos de crisis (cinematográfica también) parece que toca empastillarse. ¿NZT o MDT-48? Creo que da un poco igual porque la cultura del éxito no tiene nombres ni reglas. Sí resultados (aquí instantáneos) y efectos secundarios. Estar siempre en la onda y sintonía de la conquista universal pasa por chupar y tragar. El nuevo Soma te hace dejar de parecer un indigente y fracasado y te convierte en el cerebro de Stephen Hawking con el cuerpo de Ryan Reynolds. Aunque aquí hay trampa porque Bradley Cooper suele figurar en las listas de los más sexys del planeta. ¿Pero qué pasaría si no eres el único que toma esa droga? ¿Si todos la quieren y cada vez quedan menos dosis? ¿Y si sus efectos secundarios si no la tomas son letales?

La novela de Alan Glynn revisitada por Hollywood dejado claro que esos ‘campos oscuros’ de su título original, “The Dark Fields”, van a mostrarnos un thriller inteligente pero parece que Neil Burger se equivocó de pastilla y tomó un placebo. No consiste en escribir un libro en cuatro días sino de ser rico y famoso. Ir a más. Tiene elementos como explorar los efectos secundarios en esas amnesias con contacto con el lado oscuro del olvido pero la acción se utiliza para desarrollar un para nada inteligente thriller. “Sin límites” quiere vivir de Fincher y Nolan mostrando su anticlímax desde el arranque como falsa promesa y mentirijilla habitual del cine comercial americano. Se le pueden perdonar sus carencias aunque con este material los nombrados al principio construirían algo realmente inteligente. El director de “El ilusionista” simplemente se dedica a vender el producto y el género como un camello con mercancía adulterada.

El avance de la trama consiste en crear antagonistas equiparándolos con las mismas ventajas pastilleras. Se trata de ser una persona diferente, de hacer cosas que nunca se haría en condiciones normales, de ser una persona tan invencible y perfecta que puede voltear el mundo que le rodea a conveniencia. La cultura del éxito americano pasa por el triunfo con trampa. Esa lectura puede ser interesante en una sociedad que evoluciona a años luz gracias al nuevo Soma del siglo XXI. Su apego al thriller como aumento de tensión en el desarrollo se maltrecha con una revisión a un “Wall Street” meets la parte ‘Felix Felicis’ de “Harry Potter y el misterio del príncipe” con dosis de un curso multi-idiomas.

Ir de chulo por la vida tiene una ventaja sobrecogedora: caes como el culo aunque nunca te caigas con él.
8
22 de abril de 2014
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente. La película es una vorágine de acción, a toda leche y sin manos, y lleva el diabólico mensaje de la cultura del pelotazo. Es la hora de la muerte del trabajo constante, del salario.

En resumen: la película es una farsa. Tú puedes ser el más espabilado y aprovechar tu cerebro al 100 por 100. Puedes adelantarte en los negocios a todo el mundo, pero la mentira está en que la velocidad no la pones tú, la velocidad la lleva la administración, la burocracia y los estamentos y ante esto ninguna píldora puede acelerar el éxito de un negocio o que tu novela sea un best seller de hoy para mañana; ningún trámite se resuelve en 4 días y menos con funcionarios mal pagados o con consejeros y asesores puestos a dedo en la Administración por los políticos.

Todo esto no quita que la película sea genial.
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