La última locura
6,1
1.373
Comedia
Homenaje satírico al cine mudo norteamericano, en el que grandes estrellas como Paul Newman o Burt Reynolds se autoparodian. Mel Brooks interpreta a un director que propone lo que él considera una idea fantástica: hacer una película muda. Está convencido de que su original idea evitará la desaparición de los estudios de cine para los que trabaja. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2013
17 de mayo de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran obra de Mel Brooks que homenajea al cine mudo, tanto en lo bueno, como en lo malo.
Una película muda hecha hoy en día, con un estilo muy bien conseguido. La historia es interesante y hacen cameos actores muy conocidos. Los chistes muchas veces funcionan y son bastante divertidos. La historia está muy bien pensada y no deja de ser la historia de cómo pudo hacer esta peli.
Pero, también coge muchas cosas del cine mudo que no me convencen. Muchos chistes (como el de las armaduras) se alargan demasiado y resultan cansinos. Para llevar una película tan larga, usan demasiado los carteles, cada poco están interrumpiendo, cuando en cine mudo se usaban lo justo, cuando las imágenes no eran suficientes. El ritmo es malo. Muchas escenas, como la del baile, la meten sin ningún sentido, cuando no aporta nada a la historia y sólo interrumpe la narrativa. Está bien hecho, pues el cine mudo era así, metía payasadas sin sentido ni relación con la historia para hacer reir, pero hoy en día, interrumpen y alargan la historia de forma innecesaria. Y lo siento, pero no soporto a Feldman. No le aguanto,no pasa de ser un personaje raro que pone caras raras. Muy histriónico, muy molesto, no tiene sentido en la peli.
Eso sí, la música, chapó. Toda muy bien conseguida, bien elegida y ayuda muchísimo a la película. La peli ha logrado captar a la perfección el estilo del cine mudo, pero también ha cogido partes malas. Esto demuestra que el cine sonoro le dio un extra a las pelis, una narrativa, más fluidez, un tipo de humor basado en chistes (como hicieron los Marx). Capta a la perfección el estilo mudo, pero no es de las mejores, demasiados defectos que no muestra, por ejemplo, El Circo, de Chaplin.
Una película muda hecha hoy en día, con un estilo muy bien conseguido. La historia es interesante y hacen cameos actores muy conocidos. Los chistes muchas veces funcionan y son bastante divertidos. La historia está muy bien pensada y no deja de ser la historia de cómo pudo hacer esta peli.
Pero, también coge muchas cosas del cine mudo que no me convencen. Muchos chistes (como el de las armaduras) se alargan demasiado y resultan cansinos. Para llevar una película tan larga, usan demasiado los carteles, cada poco están interrumpiendo, cuando en cine mudo se usaban lo justo, cuando las imágenes no eran suficientes. El ritmo es malo. Muchas escenas, como la del baile, la meten sin ningún sentido, cuando no aporta nada a la historia y sólo interrumpe la narrativa. Está bien hecho, pues el cine mudo era así, metía payasadas sin sentido ni relación con la historia para hacer reir, pero hoy en día, interrumpen y alargan la historia de forma innecesaria. Y lo siento, pero no soporto a Feldman. No le aguanto,no pasa de ser un personaje raro que pone caras raras. Muy histriónico, muy molesto, no tiene sentido en la peli.
Eso sí, la música, chapó. Toda muy bien conseguida, bien elegida y ayuda muchísimo a la película. La peli ha logrado captar a la perfección el estilo del cine mudo, pero también ha cogido partes malas. Esto demuestra que el cine sonoro le dio un extra a las pelis, una narrativa, más fluidez, un tipo de humor basado en chistes (como hicieron los Marx). Capta a la perfección el estilo mudo, pero no es de las mejores, demasiados defectos que no muestra, por ejemplo, El Circo, de Chaplin.
8 de enero de 2017
8 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el sello de Mel Brooks, una serie de participaciones especiales de antología y la particularidad de no incluir diálogos hablados, pero si una sonoridad peculiar, son el legado de "Silent movie" (1976), también conocida como "La última locura de Mel Brooks".
Cada sketch refleja no solo los chistes ingenuos, explicitos, y a ratos pícaro sentido del humor y la comedia de Mel Brooks. Su genio generaba críticas pero también ganó adeptos incluso en otras épocas, donde se le reconoce como un cultor de la risa malportada, quizás no de carcajadas pero de sonrisas queribles.
Es curioso que cada cuadro aparte funcione en el todo dándole ritmo, sentido de lo imprevisible y un estilo particular a la película, muy en el sello de Mel Brooks como en otros de sus films, pero de seguro públicos más jóvenes pueden sentirse confundidos o simplemente quienes no empaticen con este tipo de humor, derechamente incómodos.
Mel Brooks, Marty Feldman y Dom DeLuise son tres traviesos personajes que como Dorothy en la tierra mágica de Oz van por su milagro para reverdecer laureles en un Hollywood representado casi de forma artesanal, sin glamour, flashes y donde puedes toparte y compartir con una estrella en el almuerzo o visitando a un amigo en el hospital. Entrañable.
En lo personal, una película disfrutable, buena y que puede situarse como favorita, pero para el público general puede que no funcione de la misma forma y puede que quede más en duda su rótulo de recomendable. Aún así, hay que reconocerle méritos.
Recomendación:
Un clásico. Hay que ponerlo en contexto de su tipo de humor y época.
=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
Cada sketch refleja no solo los chistes ingenuos, explicitos, y a ratos pícaro sentido del humor y la comedia de Mel Brooks. Su genio generaba críticas pero también ganó adeptos incluso en otras épocas, donde se le reconoce como un cultor de la risa malportada, quizás no de carcajadas pero de sonrisas queribles.
Es curioso que cada cuadro aparte funcione en el todo dándole ritmo, sentido de lo imprevisible y un estilo particular a la película, muy en el sello de Mel Brooks como en otros de sus films, pero de seguro públicos más jóvenes pueden sentirse confundidos o simplemente quienes no empaticen con este tipo de humor, derechamente incómodos.
Mel Brooks, Marty Feldman y Dom DeLuise son tres traviesos personajes que como Dorothy en la tierra mágica de Oz van por su milagro para reverdecer laureles en un Hollywood representado casi de forma artesanal, sin glamour, flashes y donde puedes toparte y compartir con una estrella en el almuerzo o visitando a un amigo en el hospital. Entrañable.
En lo personal, una película disfrutable, buena y que puede situarse como favorita, pero para el público general puede que no funcione de la misma forma y puede que quede más en duda su rótulo de recomendable. Aún así, hay que reconocerle méritos.
Recomendación:
Un clásico. Hay que ponerlo en contexto de su tipo de humor y época.
=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
3 de noviembre de 2024
3 de noviembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mel Brooks, director y guionista (y actor) de joyitas como “En Jovencito Frankenstein“, nos trae en esta ocasión un experimento que, para mi gusto, salió regular: intentar hacer, al estilo clásico, una película muda en los años 70.
Con una idea, reconozcámoslo, poco elaborada, y con el incentivo principal de ver a unos cuantos grandes nombres de Hollywood paseándose por la película, creó esta comedia de “cine dentro de cine“, donde claramente él se basa en Groucho Marx, el gran Marty Feldman en Harpo, y están acompañados de Dom DeLuise que está más cercano a un Oliver Hardy de “El Gordo y el Flaco“, que se pasa la película comiendo.
Digamos que la peli tiene algunos momentos divertidos, pero no le llega ni a la suela a cualquier película de Chaplin, Harold Lloyd o Buster Keaton. Curiosamente los momentos más graciosos, son, precisamente, los más simples al más puro estilo cine mudo de esos años.
Vaya, que se deja ver, pero no me pareció nada del otro mundo.
Con una idea, reconozcámoslo, poco elaborada, y con el incentivo principal de ver a unos cuantos grandes nombres de Hollywood paseándose por la película, creó esta comedia de “cine dentro de cine“, donde claramente él se basa en Groucho Marx, el gran Marty Feldman en Harpo, y están acompañados de Dom DeLuise que está más cercano a un Oliver Hardy de “El Gordo y el Flaco“, que se pasa la película comiendo.
Digamos que la peli tiene algunos momentos divertidos, pero no le llega ni a la suela a cualquier película de Chaplin, Harold Lloyd o Buster Keaton. Curiosamente los momentos más graciosos, son, precisamente, los más simples al más puro estilo cine mudo de esos años.
Vaya, que se deja ver, pero no me pareció nada del otro mundo.
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