Los años desnudos. Clasificada S
2008 

4,8
2.051
Comedia. Drama
Madrid, 1975. Tras haber dado sus primeros pasos en el cabaret o la publicidad, tres atractivas treintañeras empiezan a hacer cine S, género que dominó en la época de la Transición (1976-1983). Lina (Goya Toledo), Sandra (Candela Peña) y Eva (Mar Flores) se conocen en un rodaje, después coinciden en otras películas y se hacen muy amigas. Su gran problema es que siempre han vivido rodeadas de hombres que las utilizaron para conseguir un ... [+]
12 de marzo de 2009
12 de marzo de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni nostálgica, ni fiel, ni desmitificadora, simplemente estamos ante la visión muy particular que sobre una época de la historia de nuestro cine tienen los responsables de haber puesto en marcha esta biografía (en algunos momentos cuasi hagiográfia), de tres actrices de la época y el género aquí tratado, (a modo de representación de todas aquellas señoras), en la que a pesar de contar con dos grandes actrices como son Candela Peña y Goya Toledo, (acompañadas para la ocasión con una Mar Flores, que sorprendetemente no llega a desentonar), no consigue hacernos vibrar (especialmente a partir del primer tercio de película), pese a lo supuestamente truculento del tema tratado.
Recomendable para curiosos en general y cita ineludible para incondicionales de mis admiradas Goya Toledo y Candela Peña.
Recomendable para curiosos en general y cita ineludible para incondicionales de mis admiradas Goya Toledo y Candela Peña.
19 de marzo de 2009
19 de marzo de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que no he visto más que algunas escenas aisladas de la serie "Cuéntame" y tal vez sea injusto cuando la percibo como nostálgica y autocomplaciente, pero siempre he pensado que hay otras "transiciones" menos idílicas que deberían ser contadas. Yo no había cumplido diez años cuando se produjo todo ese maremagnum que llamaron la Transición y pasé mi adolescencia entre aquellas películas "del destape", a los trece años intentábamos denodadamente que el taquillero nos dejara entrar a las "depajaresyesteso" que, al no alcanzar la categoría de "S" nos ofrecían más oportunidades de éxito; así que, de algún modo, formé parte de los hechos sociales que aquí se narran. Formo parte de ese público, inculto y reprimido, que buscaba ver culos y tetas sin exigir ningún otro valor al film; mis trece años igual me disculpan más que al espectador adulto, o tal vez no y cada vez que me cruzo con individuos que parecen salidos de esa época, pago mi penitencia.
Pero detrás de ese público infausto que reclamaba subproducto había una mediocridad coyuntural, arraigada en algo que no se podía llamar "industria cinematográfica": productores lamentables, directores sin personalidad, guionistas sin ideas, actrices sin talento, todos ellos en un engranaje desvaído y viciado que intentaba mellar por un camino seguramente equivocado la intolerancia de una sociedad castrante, sórdida e inquisidora. La gran virtud de la película es un potente guión desarrollado en su metraje; nos sitúa ante un espejo que parece cóncavo, porque refleja monstruos, para finalmente demostrarnos queel espejo probablemente no estuviera trucado. También es una virtud el trabajo de las tres protagonistas pues, haciendo el esfuerzo de no prejuzgar a ninguna, nos daremos cuenta que todas están convincentes en sus roles, si bien me quedo con una consitente Goya Toledo. La última virtud hay que achacarla a sus directores y está en el equilibrio entre comedia y drama.
Sus defectos, un ritmo inconstante, una cierta benevolencia en el trato del eslabón más débil, las actrices, y una ligera tendencia al folletín. Sin embargo, estos defectos no empañan una película muy digna, donde la humillación se hace patente de forma continua
Pero detrás de ese público infausto que reclamaba subproducto había una mediocridad coyuntural, arraigada en algo que no se podía llamar "industria cinematográfica": productores lamentables, directores sin personalidad, guionistas sin ideas, actrices sin talento, todos ellos en un engranaje desvaído y viciado que intentaba mellar por un camino seguramente equivocado la intolerancia de una sociedad castrante, sórdida e inquisidora. La gran virtud de la película es un potente guión desarrollado en su metraje; nos sitúa ante un espejo que parece cóncavo, porque refleja monstruos, para finalmente demostrarnos queel espejo probablemente no estuviera trucado. También es una virtud el trabajo de las tres protagonistas pues, haciendo el esfuerzo de no prejuzgar a ninguna, nos daremos cuenta que todas están convincentes en sus roles, si bien me quedo con una consitente Goya Toledo. La última virtud hay que achacarla a sus directores y está en el equilibrio entre comedia y drama.
Sus defectos, un ritmo inconstante, una cierta benevolencia en el trato del eslabón más débil, las actrices, y una ligera tendencia al folletín. Sin embargo, estos defectos no empañan una película muy digna, donde la humillación se hace patente de forma continua
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
PD. Jesús Franco Goya de Honor de la Academia. Seguro que es una persona lúcida, un amante del cine, un abanderado de la libertad, pero sus películas (las clasificadas S y las no) eran infames.
10 de mayo de 2024
10 de mayo de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, a estas alturas ya poco debe importar mi opinión pero quiero dejar constancia del respeto y la admiración que me siguen produciendo el guion y la dirección de Sabroso & Ayaso, más el buen hacer de sus tres actrices principales en esta lograda historia sobre la etapa del destape. Son unos personajes con arco emocional y un fuste a destacar que sobrevuela muy por encima de los papeles que les adjudicaban. Y todo ello queda patente en la película así como también en otra más reciente -esta vez de Borja de la Vega- y que se titula "La última noche de Sandra M.", basada en un caso real y que vale la pena tener en cuenta también.
Yo ahí lo dejo pero sirva como homenaje a la memoria de un cine que es espejo y documento social de un pasado no tan lejano. Gracias por recordárnoslo.
Yo ahí lo dejo pero sirva como homenaje a la memoria de un cine que es espejo y documento social de un pasado no tan lejano. Gracias por recordárnoslo.
20 de mayo de 2009
20 de mayo de 2009
24 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mentiría si no reconociera que abordé “Los años desnudos” a sabiendas que era una peli rematadamente mala. Tal vez por ello mi pataleta crítica no va a ser abusiva ni estruendosa. Sería absurdo indignarse por la pírrica calidad de una peli protagonizada por Mar Flores porque cualquier cinéfilo -por nefasto que sea- sabe de sobras que con semejante incentivo no puedes esperar nada del otro mundo. Abrigaba esperanzas, sin embargo, que la peli de Sabroso y Ayaso (sin p) pudiera reflejar, aunque de forma leve y epidérmica, aquella nostálgica atmósfera de la transición que aún conservamos los que fuimos niños en los setenta. Craso error el mío.
“Los años desnudos” no sólo desperdicia el substrato político, histórico, social y cultural en el que se halla enmarcada sino que, por si fuera poco, fracasa estrepitosamente en su calamitosa tentativa de confeccionar un digno homenaje a todas aquellas personas que durante la segunda mitad de los setenta se ganaron las habichuelas haciendo películas “S”. Y fracasa porque, si bien aquel cine era lamentable, tampoco era necesario que ese ‘merecido’ homenaje también lo fuera. Supongo que con un poco más de talento y rigor Sabroso y Ayaso (sin p) hubieran podido ahondar algo más en la trastienda del destape sin quedarse en todos aquellos aspectos tópicos y anecdóticos que todos conocemos de sobras. Pero lo peor de todo radica en ese esperpéntico conato de sensiblería barata en el último tercio del film. Absolutamente vergonzante.
Tan sólo quisiera añadir que esta es una de las pelis menos eróticas que he visto en mi vida y que, al margen de las deplorables interpretaciones del trío protagonista, resulta evidente que nunca podremos pedirle peras al olmo. “D’on no n’hi ha, no raja”, decimos en catalán. Y es que cualquiera que tenga cojones (u ovarios) de tragarse una de esas entrevistas que algún programa telebasuril dedica, de vez en cuando, a pelandruscas (¿con r o sin r?) como Mª José Cantudo, Nadiuska, Bárbara Rey y demás me comprenderá perfectamente. Porque a mi me importa un huevo de pato que estas tiparracas se desnudaran y se follaran a todo dios para ganarse el pan. Lo que me molesta es que pelis como “Los años desnudos” pretendan convertir a estas pobres mujeres en las Juana de Arco de la transición. Eso es demagogia.
“Los años desnudos” no sólo desperdicia el substrato político, histórico, social y cultural en el que se halla enmarcada sino que, por si fuera poco, fracasa estrepitosamente en su calamitosa tentativa de confeccionar un digno homenaje a todas aquellas personas que durante la segunda mitad de los setenta se ganaron las habichuelas haciendo películas “S”. Y fracasa porque, si bien aquel cine era lamentable, tampoco era necesario que ese ‘merecido’ homenaje también lo fuera. Supongo que con un poco más de talento y rigor Sabroso y Ayaso (sin p) hubieran podido ahondar algo más en la trastienda del destape sin quedarse en todos aquellos aspectos tópicos y anecdóticos que todos conocemos de sobras. Pero lo peor de todo radica en ese esperpéntico conato de sensiblería barata en el último tercio del film. Absolutamente vergonzante.
Tan sólo quisiera añadir que esta es una de las pelis menos eróticas que he visto en mi vida y que, al margen de las deplorables interpretaciones del trío protagonista, resulta evidente que nunca podremos pedirle peras al olmo. “D’on no n’hi ha, no raja”, decimos en catalán. Y es que cualquiera que tenga cojones (u ovarios) de tragarse una de esas entrevistas que algún programa telebasuril dedica, de vez en cuando, a pelandruscas (¿con r o sin r?) como Mª José Cantudo, Nadiuska, Bárbara Rey y demás me comprenderá perfectamente. Porque a mi me importa un huevo de pato que estas tiparracas se desnudaran y se follaran a todo dios para ganarse el pan. Lo que me molesta es que pelis como “Los años desnudos” pretendan convertir a estas pobres mujeres en las Juana de Arco de la transición. Eso es demagogia.
22 de octubre de 2013
22 de octubre de 2013
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a dedicarle demasiado tiempo a esta película. Creo que el tema podría haber dado para hacer una película buena. Cuenta con actores solventes como Candela Peña, Antonio de la Torre, Luís Zahera... pero carece de vida y estilo.
La película pasa sin pena ni gloria... una película mediocre más española pensaba yo. Llega el final y BOOOOOM... te meten una escena onírica extraña donde se lían las tres protagonistas, se lían en un puto cementerio. Qué cosa más desagradable y más poco apropiada.
Porque en España nadie tiene los huevos... mismamente A3 que produjo este truño... porque nadie le dijo al director que ese final es digno de una bofetada.
La película pasa sin pena ni gloria... una película mediocre más española pensaba yo. Llega el final y BOOOOOM... te meten una escena onírica extraña donde se lían las tres protagonistas, se lían en un puto cementerio. Qué cosa más desagradable y más poco apropiada.
Porque en España nadie tiene los huevos... mismamente A3 que produjo este truño... porque nadie le dijo al director que ese final es digno de una bofetada.
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