Haz click aquí para copiar la URL

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú

Comedia. Bélico Convencido de que los comunistas están contaminando los Estados Unidos, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear sorpresa contra la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de encontrar la fórmula para impedir el bombardeo. Por su parte, el Presidente de los EE.UU. se pone en contacto con Moscú para convencer al gobierno soviético de que el ataque no es más que un estúpido error. Mientras tanto, ... [+]
Críticas 176
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
9
6 de marzo de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son escenas brillantes las absurdas reflexiones del Gral. Ripper y las reacciones del Capitán Mandrake; la explicación del problema del Gral. Tugirdson ante el presidente y el diálogo con este (ejem…el plan que tuvo su aprobación Sr. Presidente); las llamadas del presidente al primer ministro ruso (no te enfades Dimitri); la llamada del Capitán Madrake al presidente (rogándole a la operadora que le ponga a cobro revertido)…

Es genial el uso del blanco y negro, los claroscuros, los primeros planos contrapicados de los personajes más chiflados en los momentos más dramáticos; las escenas generales de la sala del Pentágono con la mesa redonda y los mapas de fondo; las escenas claustrofóbicas en el interior de los aviones acompañadas de una angustiosa música….

Eso sí, las maquetas de los bombarderos son penosas, pero me da igual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El guion de esta película es sencillamente brillante. Explica la posibilidad de una guerra total por decisión de un mando que se vuelve loco en una base aérea por un absurdo plan de defensa termonuclear en el que se salta la cadena de mando sin necesidad de la decisión del presidente y del Pentágono. Y la incapacidad de estos de anular el ataque a la Unión Soviética que además tiene un plan automático de destrucción total en caso de ataque enemigo.
10
15 de marzo de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente la obra más irónica sarcástica y cruel de Stanley Kubrick. Un tema tan candente y delicado, como lo era la guerra fría. En un primer momento pensó en crear una película con un tono mucho más serio pero finalmente vio que la sátira era la mejor manera para demostrar el absurdo del conflicto.

La obra es una adaptación de la novela de Peter George, “Red Alert”. George había sido un expiloto de las fuerzas británicas, al que la paranoia sobre la guerra fría le estaba volviendo cada vez más esquivo. Aún así Kubrick vio en Terry Southern la mejor posibilidad para que realizara el guión. Southern había demostrado su capacidad irónica en una novela de carácter surrealista como lo era “The Magic Christian”.

Curiosamente había sido Sellers el que había puesto en unión al director y guionista. El cómico recibió un ejemplar del libro de Southern y decidió regalarle uno a Kubrick, a sabiendas de que el humor del libro iba muy a tono con el del director. Kubrick insistió en el fichaje de Peter Sellers. La productora, Columbia, había aceptado la idea pero con la condición de que Sellers interpretará más de un personaje. Puede parecer una tontería de primeras, pero era una manera de acentuar la comicidad de la película, además no era el único precedente, ya en la magnífica “Ocho Sentencias de Muerte” Alec Guiness había interpretado más de un papel. De hecho, Kubrick le pidió a Sellers que se fijará en esta película para que viera un modelo a seguir.

Aparte de la contratación de importantes actores como Pickens, y Hayden (este último ya había colaborado con Kubrick en “Atraco Perfecto”) uno de los protagonistas más importantes se trató de Ken Adam, el creador de los diversos decorados para la película (recordemos que los interiores tienen un papel muy relevante en la película). Quizá el más destacado de todos se trata de la sala donde se desarrolla el conflicto principal, la sala de operaciones del gobierno norteamericano. Para este modelo Adam se fijó en películas como “Dr.no”, y demás obras de la saga de espías de James Bond. Estaba claro que se quería tirar hacia esa idea estética de película de espionaje. La sala demuestra un ambiente claustrofóbico de primer nivel, con una luz principal central que iluminé la escena y la mesa.

El argumento es desolador y cruel. Aún así los efectos cómicos siguen funcionando hoy en día. Lo más destacable es el contraste entre personajes e historia. Los personajes son excéntricos y demuestran su vis cómica mediante sus inesperadas reacciones y absurdos diálogos, mientras que la situación que les acompaña resulta totalmente verídica. Repasemos los protagonistas de la película, Un piloto tejano vestido totalmente como Cowboy que llevará su misión hasta las últimas consecuencias aunque le cuesten la muerte, también tenemos a un presidente inútil que no es capaz de afrontar la situación, el científico alemán del presidente (con ramalazos nazis incluidos) a un militar anticomunista y un embajador ruso al que la situación le resulta un tanto indiferente.

Para potenciar la ironía y el sarcasmo Kubrirck se sirve de pequeñas anécdotas que se alían con la absurdez de ciertos momentos. El mismo título de la película es un claro ejemplo de esto (no el título en español, sino el original). Vemos el cartel en la posición militar donde se inicia la fin del mundo mientras vemos las letras grandes que anuncian “PEACE IS OUR PROFESION”, ironía en su máximo esplendor. El nombre de las bombas recuerda a las lanzadas en Hiroshima i Nagasaki. Mención especial a la canción que se utiliza de tono cada vez que Kubrick nos enseña las escenas en el avión, una canción patriótica norteamericana, “when Johny comes marching home”, que habla del regreso del soldado a casa, hecho que se contrasta con la ironía de que esos hombres sabe del destino fatal que les aguarda. O esa canción final, de Vera Lynn (nos volveremos a ver…bajo un cielo azul) mientras estalla la guerra nuclear que pone fin a la existencia humana.

Además las similitudes con los personajes reales de la época parecen evidentes. Henry Kissinger parece ridiculizado en el personaje del científico Alemán interpretado por Sellers.

Kubrick eliminó una secuencia final, en la que se planeaba una lucha final de tartas, se llegó a grabar pero Kubrick la descartó porque sabía que habría sido pasarse de la ralla y habría acabado con la sensación final de realidad que quiere imprimir en último momento, para que se nos congele el corazón una vez nos hemos reído ante una situación tan dramática.

A destacar las escenas del asalto en el campamento militar, en las que el director se enfunda la cámara en mano para dotar de mayor veracidad a la obra y acercarse en ciertos momentos al tono documentalista.

Parece que Kubrick acertó por el tono irónico de la película, pues pese a que la fortuna crítica de la película fue dispar (por otra parte, como pasó siempre con todas las películas del maestro) fue más dura con otra película que pretendía ser mucho más elevada, como fue “Punto Límite” del siempre interesante Sidney Lumet.

http://neokunst.wordpress.com/2013/03/15/ciclo-kubrick-telefono-rojo-volamos-hacia-moscu/
10
30 de julio de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick era, y sigue siendo (a través de su legado), parte de un excepcional grupo de genios que son alabados de manera (virtualmente) universal por sus creaciones; incansable, minucioso con su trabajo, detallista y reservado, su vasto entendimiento sobre la motivación de las acciones de las personas le permitía contar historias complejas, con finales (en algunos casos) abiertos a la especulación y sobre temas sumamente controversiales; ejemplos notorios dentro de la carrera de Kubrick son: la “edad en el amor" o, mas directamente, la efebofilia (atracción sexual de adultos hacia adolescentes) en la película Lolita (1962), la existencia de vida fuera de la tierra en 2001: A Space Odissey, la vida de un delincuente adolescente en A Clockwork Orange o el día a día de un joven soldado durante la Guerra de Vietnam en Full Metal Jacket. Además abordando estos temas de forma bastante cruda, y sin emitir juicio sobre sus personajes.

Si tomamos en cuenta su contexto histórico, Dr. Strangelove es una película difícil para las 2 superpotencias que luchaban por repartirse el mundo, por los tópicos de fondo y la forma en que propone estos mismos, haciendo algo parecido a una comedia con toques kafkianos. Y aquí, Stanley Kubrick prueba que a pesar del pesimismo sobre la raza humana que, de cierto modo, exhibía en sus películas, también poseía un sentido del humor, aunque bastante oscuro.

Tratando de no revelar tanto sobre la trama, Dr Strangelove es una película que nos habla de un mundo en guerra fría, visto desde el punto de vista de los militares de EE.UU , quienes reciben la noticia de que un general con problemas psicológicos inicia un ataque nuclear, no autorizado por el presidente, hacia la (en entonces) URSS. Y vemos la perspectiva desde 3 puntos de vista, o historias que se desenvuelven de manera paralela: Los soldados en el avión enviado a ejecutar la misión, el cuartel que da la orden y los altos mandos que se reúnen en el NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial, por su sigla en inglés).

El film, en algunos casos interpretado como incoherente y de narrativa confusa, cobra mucho mas sentido al tomar en cuenta su premisa “Cómo aprendí a dejar de preocuparme y a amar la Bomba", es necesario tener en mente el subtitulo dado que de esto se trata la película y nos los explica con un inesperado final.

Es una producción genial, que limita con lo surreal y con grandes dosis de controversia, tocando temas como: la reciente Crisis de los Misisles con Cuba en 1962 (que mantuvo al mundo alerta cerca de 13 días, bajo amenaza de una guerra nuclear a escala planetaria), la política de contención de EE.UU. hacia la llamada “Amenaza comunista", la confusa lógica detrás de la llamada “Disuasión nuclear" y la Carrera Armamentista, la “Operación Paperclip" que extrajo a las “grandes mentes" de la Alemania Nazi para darles trabajo en las fuerzas armadas de Estados Unidos y por sobre todo la incompetencia de las altas autoridades (por falta de comunicación o de visión, por exceso de patriotismo o paranoia y también por desequilibrio o debilidad mental). Todo esto con la critica general de la falibilidad de nuestra humanidad, sus creaciones y nuestras medidas de seguridad que consideramos infalibles.
9
6 de agosto de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick puso sobre el tapete las nefastas posibilidades de la guerra fria. Basada en la novela de Peter George militar que se suicidó por esas fechas. Una comedia satírica de como podría acabar la humanidad. Gracias al saber hacer de Peter Sellers nos reímos con cada uno de sus papeles, que al menos interpreta tres. Cada uno más hilarante que el anterior.
9
9 de octubre de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un general americano, convencido de que los comunistas están contaminando el agua de occidente, decide por su cuenta invadir la URSS en un ataque de locura paranoica. Mandrake (Peter Seller), su ayudante, trata de impedir el bombardeo. Paralelamente, el Presidente de los EE.UU., en una actitud un tanto estúpida y servil, tal como se describe en la película, se pone en contacto con el presidente ruso, a la sazón beodo, para transmitir que el ataque es fruto de un error. Mientras, el asesor del Presidente americano, un científico ex- nazi confirma la existencia de una “Máquina del Juicio Final”, un dispositivo de represalia soviético capaz de acabar con la humanidad para siempre.

Realmente es una auténtica y demoledora sátira contra la guerra fría en la que Kubrick despliega todo su genio entremezclando el humor, el drama, la tragedia, la crítica cáustica y un dominio de la técnica cinematográfica a todo nivel en la realización de esta delirante odisea que une diversión y angustia.

El film cuenta una realidad posible y por eso genera mucha angustia. Precisamente, el otro día leía, con motivo del cuarenta aniversario de la guerra árabe-judía del Yom Kippur, que las fuerzas armadas hebreas propusieron la utilización del arsenal nuclear frente a la embestida de las tropas egipcias y sirias. E igual ocurrió con la crisis de los misiles en Cuba allá por los sesenta con Kennedy en el poder. O sea, que la idea no es peregrina ni mucho menos y además, el poder de los militares sigue siendo muy importante, incluso en países de larga tradición democrática como EE UU. Y este es el gran mensaje de esta genial sátira de Kubrick.

Quiero destacar, no solo la excepcional dirección del maestro Kubrick que nunca defrauda, sino las maravillosas interpretaciones de Peter Seller sobre todo (que interpreta dos papeles simultáneamente) y también a George S. Scott entre otros. Sin olvidar la irónica y magnífica música de Laurie Johnson emulando el género western, la estupenda fotografía de Gilbert Taylor y el excelente guión de Kubrick, Southern y George basado en una novela del propio Peter George.

Tampoco hay que olvidar que esta película está rodada en 1964, en plena guerra fría, lo cual que hace más meritorio a Kubrick, que fue capaz de satirizar con un tema archicandente y sensible en aquellos entonces. Y lo hace al modo más surrealista y ácido posible, sin dejar títere con cabeza, desde los militares locos, pasando por un Presidente norteamericano medio cretino, siguiendo por la diplomacia rusa con sus afanes de espionaje constantes, el presidente ruso borracho de vodka como una cuba o el científico nazi afincado en América. Todo un sainete con una interpretación coral memorable y un mensaje ineludible, aun en los tiempos que corren.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Kite in the Attic (C)
    1983
    Leonid Kayukov
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para