De las películas que hay que ver para reírse del mundo actual y tomarse con humor la violencia y el sin sentido de la guerra. Concebida en el punto álgido de la tensión nuclear y con Kubrick con libertades creativas que no ha tenido nunca otro director. Dicen que la mejor expresión de la inteligencia humana es la ironía, y aquí hay a raudales.

Vaya Pestiño (con P mayúscula)... "Comedia" de lo más aburrida, soporífera y absurda. Vuelvo a no entender cómo tiene una nota tan alta una película tan poco interesante. Los diálogos son absurdos pero no tienen la más mínima gracia, no consiguen que sonrías tan siquiera y sin embargo, el aburrimiento te abruma. Se entiende que es una parodia de la Guerra Fría, pero yo debo estar hecho de cartón piedra porque me aburrió soberanamente. A mí no me la han dado con esta película, ni poniéndome unas gafas de pasta consigo verle el interés a esta hora y media.

Humor inteligente que demuestra muchas veces lo absurdo de lo que nos rodea. Con auténticos momentos estelares que han pasado a la historia del cine, con este film es difícil parar de reírse, a la par de asombrarse según avanza la cinta. Y si la película es buena, ahí está Peter Sellers para hacerla aún mejor!

Década de los 60. Guerra fría. ¿Qué pasaría si accidentalmente se ordenase un ataque nuclear sobre Rusia? Se supone que esa orden tan solo está al alcance del presidente estadounidense, sin embargo un demente general se las apaña para hacerlo de manera que sea prácticamente imposible parar la orden del ataque, debido a un sistema de aislamiento en la comunicación con los bombarderos. Por un lado su ayudante intenta conseguir el código para parar la hecatombe y por otro el presidente avisa a los rusos de lo que se les viene encima. Para colmo un ataque a cualquier punto vital soviético desencadenará una respuesta de éstos con la bomba definitiva, que expondrá a la humanidad a su total aniquilación.
Una película en la que no saldrás de tu asombro en ningún momento. Estupidez humana por un tubo y una auténtica sátira sobre la guerra fría y la posible guerra nuclear.

Para mí eso ha sido la película, ironía pura. Ironía tan demoledora que incluso a veces he llegado a reírme a carcajadas de lo que estaba viendo. Una película impresionante, a la que le basta unos personajes carismáticos, un buen guión, un grandísimo mensaje y unos actores excelentes, que no es poco.

Y así aprendí a amar yo también un poco más a Kubrick, cada vez que veo una de sus películas. Porque es sutil, porque, en este caso, no necesita una superproducción para darlo todo de sí (tres escenarios, en toda la película), y porque es sencillo, es humano, representa las cosas como son, y como serán siempre.

Una película casi de sobresaliente, que por desgracia no ha trascendido tanto como debería haberlo hecho, aún así se lleva por mi parte una muy buena nota. Simplemente porque es atemporal, porque hay miles de frases que sacar de la película y tildarlas de "citas célebres". Simplemente porque merece perdurar en el tiempo, para hacernos ver cómo muchas veces nuestra vida se decide precariamente en una mesa de gobierno. (8,5[9]/10)