Un edifico en llamas y muchas malas cosas.
Cacique malvado duro de pelar, duro de pelar, hijo mimado abyecto débil y cobarde amariconado turbio más otro que no es de sangre, pero que es recto, más que una vela, fuerte, honesto y que hace las veces o funciones de verdadero hijo, las que el tarado no cumple, del demonio trío. Este esquema malsano narrativo familiar con sus muchos matices y distintas variaciones sobre el mismo tema lo hemos visto ya millones de veces antes (hay dos o tres ideas en el mercado de la ficción y venga, a repetir/insistir se ha dicho, la letra con sangre entra), desde el Padrino (Fredo y Tom Hagen por ejemplo) hasta westerns de toda condición e índole o cualquier miseria cinematográfica de las que hay a montones o patadas, nos sobran, te doy veinte por un beso, monada.
Por otro lado, la actitud de ella a lo Juana de Arco, no se sabe si más tonta o loca, o la de su tío como cutre kamikaze al muere sin venir a cuento no tienen un pase, son de un realismo digamos que fantástico como poco, el monte es orégano, a ojo de buen cubero, dale que te pego, dámelo todo.
Y, sobre todo, el imperio del mal eslavo londinense, sociedad anónima unipersonal, solipsismo, juan palomo, como y guiso, yo yo, quiere aparentar en este soliviantado caso terror a espuertas y feroz grandeza, pero parece más bien regentado por una sola persona, y un par de malotes de patio de colegio, parodias con el espesor moral de una aspiradora, de un dibujo animado cansado, por el vejete de ojos claros Armin Mueller-Stahl que (no) se va con su caja de música a otra parte, ahí se queda, dando la turra, la gran tabarra, a la vejez viruelas, que baje Equalizer y lo vea, con todo lo cual a duras penas, no, cuela, se ve algo el trampantojo a las primeras de cambio, de las marionetas los hilos, ese descaro.
En verdad es un cuento, chino ruso, discreto, chiquitito, algo pequeñito, que quiere dárselas de apabullante y terrible y no da el pego, apenas levanta dos palmos del suelo, se le ven las costuras todo el tiempo al muñeco, sus simpáticas simples artimañas todo el rato, como el que no tiene un duro y se pone el abrigo de visón para disimular que va desnudo nunca mejor dicho, naked, como el tipo que va de duro y no tiene ni media hostia el pobre y al final le caen todas los palos de golpe, cuando menos te lo esperas, en definitiva, que no te la puedes creer de ninguna de las maneras por mucho que lo intentes o a ello con desmedido afán y gran denuedo te pongas, a galeras, puro cartón piedra, vana tramoya, trivial apariencia, pueril espejismo, (no me) camela, currela.
Una suma bien narrada y sólida, chula, bonita, se nota la mano del maestro, estilo duro dulce, de dos o tres tópicos de todo a cien, de andar por casa, y cuatro o cinco enormidades nada creíbles, te ríes, burdos embustes.

Para empezar diré que la película en sí está bien. Es muy entretenida aunque a mí me pareció un pelín lentilla pero capta muy bien la atención y resulta visualmente muy estimulante. El personaje de Nikolai es envolvente y muy seductor (me refiero al carisma, pero físicamente también :)), e incluso Kirill atrae en el sentido de que casi entiendes que se de a la bebida como un loco. La historia (excepto cierto "rechinamiento de neuronas") es muy interesante y te mantendrá bien sentadito en la butaca deseando ver más. Pero claro, hay un ingrediente que no cuaja, que no sirve, que estropea toda la mezcla y es... la comadrona. Habrase visto alguna vez personaje más penoso, mal trazado y con ideas más tontas y estúpidas...

De modo que cuando una madre muere en la mesa de parto, si no se sabe de quien es la niña el médico de turno (o comadrona en este caso), se dedica a la investigación privada. Anda, y yo que me creía que eso lo hacía la pasma. Claro, a ver si por eso hay tanta lista de espera en la seguridad social... supongo que los médicos estarán buscando familiares perdidos en otros países de niños huérfanos, lo salvando niños de muelles, o interrogando mafiosos... Ahora lo entiendo todo...

En fin, esa sería la pega de la película, un personaje que no pega ni con cola y que se ha querido meter con calzador... qué se le va a hacer.

Película que me ha decepcionado en cierta medida. Ojo! no es mala, pero con un final mal resuelto y una enfermera enfrentándose a la mafia rusa de Inglaterra, no puedo darle más de un 5.
En general engancha, y tiene escenas violentas totalmente fidedignas que merece la pena ver.

Lo mejor:
-Escenas violentas realmente conseguidas y creibles
-Fotografía

Lo peor:
-Final soso
-Mal ritmo en la trama

Buena película dura y directa , con una grán dosis de la triste realidad que viven muchas chicas de los países del este , la película nos enseña la realidad de esos dos mundos y esa delgada linea que los separa . Con el actor más camaleónico que existe hoy por hoy en el cine , Mr Viggo Mortensen , dejándonos con la boca abierta con una maravillosa interpretación de matón del este . Cada película que rueda se reinventa a sí mismo , lo mejor del fílm .

Viggo Mortensen hace un gran papel, soberbio, inunda la pantalla con su serenidad ante cualquier situación, viéndose tan seguro haciendo tan poco. Es uno de los grandes atractivos de Promesas del Este, ver una actuación única.

Por suerte, la historia que nos cuenta va en linea con la actuación de Viggo, adentrándose en un oscuro mundo. Y en el que la intriga hace acto de presencia en su mayor parte.