Están todos bien
6,0
9.945
Drama. Comedia
Al jubilarse, un padre de familia viudo (De Niro), quiere reunir en torno a la mesa familiar a sus cuatro hijos. Cuando ve que ninguno de ellos se presenta, decide emprender un viaje para visitarlos, pero entonces descubre que la realidad de sus vidas nada tiene que ver con lo que él imaginaba... Remake de la cinta de 1990 que dirigió Giuseppe Tornatore ("Stanno tutti bene"). (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2010
11 de mayo de 2010
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El páramo de guiones en el que está sumido el cine, principalmente el europeo y el norteamericano hace que surjan productos como éste. Parecen empeñarse en Hollywood en que, de toda película que suene a mínimamente exportable, se haga su versión más pronto que tarde. Así nace este largo a la sombra de aquella de Tornatore de idéntico título sólo que en italiano y del año 1.990, antes de ayer.
Ese filtraje que se realiza de obras que han sido concebidas de modo diferente tiene una grave sospecha, la imposibilidad de disfrutar con la diferencia. Todo se masca y se remasca para que suene a cercano, conocido, tranquilizador al fin y al cabo. Personalmente preferiría que me contaran historias diferentes en vez de buscar narrar las mismas pero de forma más próxima y con actores más cercanos a la potencial taquilla del producto.
Poniéndonos abstrusos hasta podemos entender que el aislamiento sufrido por ese gran país a tenor de las administraciones Bush pese en esta tendencia a mirarlo todo desde el interiorismo más radical. Esperamos que haya ahora una apertura en el cine ya que parece haberla en lo político.
En algunas ocasiones puede tener sentido, en otras como ésta, no se lo encuentro, sinceramente.
Al margen de estas consideraciones que me parecen que define una cultura, sociológicamente hablando, la película tiene sus sombras y sus luces.
En cuanto a las luces la fotografía de esta roadmovie de crecimiento destaca por encima del resto. Son los mejores minutos aquellos en los que la cámara se abandona en el viaje del protagonista principal por los parajes estadounidenses de belleza infinita.
La banda sonora agrada y ayuda a ese ensimismamiento psicológico que consigue acercarnos a la introspección de un personaje agradable, a veces demasiado. Robert de Niro, con sus tics y sus manías, se me antoja difícil para el papel por estar tan encasillado en otro tipo de narraciones, sin embargo, su trabajo cumple con creces lo que exige el guión.
Algunos de los secundarios están también a la altura, Sam Rockwell, al que hace poco veía en Moon de Duncan Jones, 2.009, parece un actor que si elige bien sus películas será un valor al alza.
No se puede decir lo mismo de Drew Barrymore y de Beckinsale, no son actrices que hayan hecho gran cosa, sólo con cuentagotas justifican su carrera llena de episodios malos, muy malos.
El guión tiene altibajos y parecen más firmes y completas las escenas en las que el silencio reina que en aquellas otras en las que unos diálogos que no acaban de crecer echan al traste el trabajo inicial.
La apuesta principal del guión se arruina por el esfuerzo en que el personaje principal parezca tan buena persona, tan comprensiva, tan humana, no parece tener justificación que todo el mundo esté empeñado en mentir a un personaje tan sobradamente comprensivo. Alarmante.
Claros y oscuros para una película que quizás el mayor problema que tiene es que ya se ha hecho y con resultados mucho mejores.
Ese filtraje que se realiza de obras que han sido concebidas de modo diferente tiene una grave sospecha, la imposibilidad de disfrutar con la diferencia. Todo se masca y se remasca para que suene a cercano, conocido, tranquilizador al fin y al cabo. Personalmente preferiría que me contaran historias diferentes en vez de buscar narrar las mismas pero de forma más próxima y con actores más cercanos a la potencial taquilla del producto.
Poniéndonos abstrusos hasta podemos entender que el aislamiento sufrido por ese gran país a tenor de las administraciones Bush pese en esta tendencia a mirarlo todo desde el interiorismo más radical. Esperamos que haya ahora una apertura en el cine ya que parece haberla en lo político.
En algunas ocasiones puede tener sentido, en otras como ésta, no se lo encuentro, sinceramente.
Al margen de estas consideraciones que me parecen que define una cultura, sociológicamente hablando, la película tiene sus sombras y sus luces.
En cuanto a las luces la fotografía de esta roadmovie de crecimiento destaca por encima del resto. Son los mejores minutos aquellos en los que la cámara se abandona en el viaje del protagonista principal por los parajes estadounidenses de belleza infinita.
La banda sonora agrada y ayuda a ese ensimismamiento psicológico que consigue acercarnos a la introspección de un personaje agradable, a veces demasiado. Robert de Niro, con sus tics y sus manías, se me antoja difícil para el papel por estar tan encasillado en otro tipo de narraciones, sin embargo, su trabajo cumple con creces lo que exige el guión.
Algunos de los secundarios están también a la altura, Sam Rockwell, al que hace poco veía en Moon de Duncan Jones, 2.009, parece un actor que si elige bien sus películas será un valor al alza.
No se puede decir lo mismo de Drew Barrymore y de Beckinsale, no son actrices que hayan hecho gran cosa, sólo con cuentagotas justifican su carrera llena de episodios malos, muy malos.
El guión tiene altibajos y parecen más firmes y completas las escenas en las que el silencio reina que en aquellas otras en las que unos diálogos que no acaban de crecer echan al traste el trabajo inicial.
La apuesta principal del guión se arruina por el esfuerzo en que el personaje principal parezca tan buena persona, tan comprensiva, tan humana, no parece tener justificación que todo el mundo esté empeñado en mentir a un personaje tan sobradamente comprensivo. Alarmante.
Claros y oscuros para una película que quizás el mayor problema que tiene es que ya se ha hecho y con resultados mucho mejores.
6 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me aburrió mucho esta película, no le veo sentido a hacer algo así. Me parece que han querido hacer algo del estilo de A propósito de Schmidt, pero sin nada interesante que contar, solo un Robert De Niro que va de acá para allá, como una patata caliente a la que nadie quiere tener demasiado tiempoa su lado. Lentísima cinta, en la que vemos a un gran actor sumamente hundido, como si no pudiese soportar el peso de los años, en contraste con otros largometrajes suyos, como El cabo del miedo, donde parecía ser invencible y tener la fuerza para sostener el mundo. Lo único destacable de la cinta es la crítica implícita a la indiferencia de los hijos adultos hacia sus padres. Además, hay otra diferencia entre ésta y las demás obras de De Niro, pues creo que es la primera vez que lo veo interpretando a un personaje amabilísimo, siendo que siempre hace de tío con malas pulgas.
2 de abril de 2010
2 de abril de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y lo digo porque De Niro por primera vez en los últimos diez años ha conseguido eso, creando un personaje entrañable y carismático. Imagino que el tipo estaba ya cansado de actuar como si estuviera pasando de todo en infumables films como Asesinato justo o Otra terapia peligrosa. La peli no es nada del otro mundo, un divorciado va a visitar a sus cuatro hijos a sus ciudades de residencia, a lo largo de los Estados Unidos (ya que a la cena familiar prevista no aparecio ninguno de ellos). Allí se encontrará que no conoce en realidad a sus hijos tal y como pensaba. Los secundarios estan bien, pero De Niro se los come a todos en una actuación memorable. Lástima que la peli no sea mejor, pero algo es algo. Pero hemos de estar contentos, porque hemos podido ver otra vez al gran De Niro, cosa que creía que nunca jamás volvería a ver.
24 de octubre de 2010
24 de octubre de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película muy previsible a la par que emotiva. Tratándose de una película de Robert de Niro, siempre crea interés al espectador pensando en posibles genialidades del actor, que aunque hace una buena interpretación se ve ligeramente eclipsada por el aburrido transcurso de la historia, de un lado para el otro, sin grandes sorpresas. Destaca la inadvertida aparición del protagonista de Moon, al que se le podría sacar más partido como secundario. Lo mejor de el film es el mensaje que transmite, aunque la forma de hacerlo resulte muy "pastelosa". No dejes de verla si quieres ver a Robert de Niro en un registro diferente y dramático, porque a pesar de la carátula no se trata de una comedia.
19 de diciembre de 2010
19 de diciembre de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se copia una película, o se hace una versión más actual en vez de llamarlo PLAGIO lo llaman Remake. En el caso de un escrito he descubierto en mi propia piel que todo va en razón a como le caigas a la persona en cuestión que ha de ser tu justiciero, no a la veracidad de los hechos. El hecho es que sin ver la versión antigüa de este film y a pesar de tener al fantástico De Niro como intérprete, entre otros, me pareció algo vacía y deprimente.
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