Sing Street: Este es tu momento
7,2
17.434
Comedia. Drama. Romance
En el Dublín de 1980, la recesión económica hace que Conor cambie la comodidad de la escuela privada en la que estudiaba por un centro público donde el clima es más tenso. Encontrará un rayo de esperanza en la misteriosa Raphina y, con el objetivo de conquistarla, la invitará a ser la estrella en los videoclips de la banda que quiere formar. Ella accede, y ahora Conor debe cumplir su palabra. (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2020
15 de septiembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“SING STREET”
Año: 2016
Director: John Carney
País: Irlanda
Calificación: 4/10
A pesar de tener un comienzo prometedor, uno pronto se da cuenta de que estamos ante una película que trata de disfrazar de una estética glam (poco lograda, además) lo que no deja de ser una trama de drama adolescente con todos sus ingredientes típicos: el marginado que acaba triunfando a pesar de sus problemas familiares en casa, la chica con novio que al final se acaba enamorando del protagonista, el abusón, el director de colegio malvado...
La BSO, que en una película de esta temática debería brillar, tampoco llega a ser interesante y no llega a parecerse a la música de los grupos que el protagonista dice tomar como referencias.
Al final uno acaba con la sensación de no saber si ha visto una película independiente irlandesa o un remake de High School Musical.
Año: 2016
Director: John Carney
País: Irlanda
Calificación: 4/10
A pesar de tener un comienzo prometedor, uno pronto se da cuenta de que estamos ante una película que trata de disfrazar de una estética glam (poco lograda, además) lo que no deja de ser una trama de drama adolescente con todos sus ingredientes típicos: el marginado que acaba triunfando a pesar de sus problemas familiares en casa, la chica con novio que al final se acaba enamorando del protagonista, el abusón, el director de colegio malvado...
La BSO, que en una película de esta temática debería brillar, tampoco llega a ser interesante y no llega a parecerse a la música de los grupos que el protagonista dice tomar como referencias.
Al final uno acaba con la sensación de no saber si ha visto una película independiente irlandesa o un remake de High School Musical.
17 de febrero de 2021
17 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encontró muy pronto el tono, y supo captar la esencia de la década en la que se ambientó. Se apodera de una nota nostálgica que no abandona durante el último tercio... John Carney, su director, lo hizo tan bien, que llegó intacta al espectador desde un guion y una narrativa profundamente certera.
Magníficamente interpretada, diálogos sencillos y directos, no se enmascara; conoce a donde dirigirse y lo hace manteniendo un perfil pausado y sincero.
Magníficamente interpretada, diálogos sencillos y directos, no se enmascara; conoce a donde dirigirse y lo hace manteniendo un perfil pausado y sincero.
12 de noviembre de 2022
12 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo mejor que nunca las críticas negativas porque por una vez los maravillosos años ochenta, tan señalados por parte de una generación concreta, esta vez parece un pretexto demasiado obvio para proponer una historia que además, eso es más cierto que nunca, es muy previsible. ¿Es suficiente materia prima para armar una buena película?; ¿funciona pese a sus pecados? Evidentemente, para mí sí, aunque ya ves, mi opinión quedará sepultada entre todas las que llegaron antes que la mía, son las cosas de llegar tarde a las fiestas, todo el bacalao está vendido y acaban de encender las luces para empezar a recoger los vasos.
No obstante y pese a su sencillez la fórmula de apostar más por la comedia que por el drama funciona, o mejor dicho, la opción de desdramatizar la realidad y tirar para adelante con la excusa de la música. Funciona, sí, porque eso de fundar una banda es algo que no muchos hicieron, y los que se metieron en esos quehaceres siempre tendrán más y mejores batallitas que contar. Estamos en los ochenta, por si no quedaba claro, y se grababa todo de forma única, con los perecederos métodos analógicos en forma de cintas de cassette, o peor, videocassette. Claro, la nostalgia, la más de las bellas nostalgias que te machaca el cerebro con aquella afirmación tan ruda: eras feliz y no lo sabías.
Pues nada, entiendo a los criticones, pero tampoco es un desastre. El protagonista es un personaje sin maldad y aquella Irlanda debía ser una pesadilla de la que escapar no era fácil, o lo hacías a través de la música o ya directamente con una barca...
No obstante y pese a su sencillez la fórmula de apostar más por la comedia que por el drama funciona, o mejor dicho, la opción de desdramatizar la realidad y tirar para adelante con la excusa de la música. Funciona, sí, porque eso de fundar una banda es algo que no muchos hicieron, y los que se metieron en esos quehaceres siempre tendrán más y mejores batallitas que contar. Estamos en los ochenta, por si no quedaba claro, y se grababa todo de forma única, con los perecederos métodos analógicos en forma de cintas de cassette, o peor, videocassette. Claro, la nostalgia, la más de las bellas nostalgias que te machaca el cerebro con aquella afirmación tan ruda: eras feliz y no lo sabías.
Pues nada, entiendo a los criticones, pero tampoco es un desastre. El protagonista es un personaje sin maldad y aquella Irlanda debía ser una pesadilla de la que escapar no era fácil, o lo hacías a través de la música o ya directamente con una barca...
20 de febrero de 2025
20 de febrero de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia se ambienta en Dublín en los años 80. Conor (Ferdia Walsh-Peelo), de 15 años, está en su dormitorio rasgueando su guitarra. Escucha a sus padres discutir, lo que imita en las letras de sus canciones. La recesión económica obliga al joven Conor a dejar la comodidad del colegio privado en el que estudia y tener que sobrevivir en el colegio público del centro de la ciudad, donde el clima estudiantil es más liberal y donde proliferan los matones estudiantiles, siendo por lo cual el ambiente mucho más tenso. Mientras tanto, sus padres: Penny (Maria Doyle Kennedy) y Robert (Aidan Gillen) discuten todo el día y parece que están a punto de separarse. Sin embargo, él encontrará un rayo de esperanza en la simpática y muy cool Raphina (Lucy Boynton), y con el objetivo de conquistarla e influenciado por su hermano mayor Brendan (Jack Reynor) decide crear una banda moderna en el estilo ¨New romantics¨, y así invitarla a ser la estrella de los vídeos musicales del grupo musical que ha formado. Conor se hace amigo de Darren (Ben Carolan), quien lo lleva a conocer a Eamon (Mark McKenna), un chico que es hábil con la mayoría de los instrumentos, pero se decide por tocar el bajo. A continuación, los chicos reclutan a Ngig (Percy Chamburuka) para tocar el teclado. Dos chicos más, Larry (Conor Hamilton) y Garry (Karl Rice), completan la banda. ¡ Chico conoce a chica, chica no se impresiona, entonces chico forma una banda!.
Bien dirigida por Jim Carney quién es un experto en contar historias tan llenas de ternura y emoción como de naturalidad y buen humor. Y como buen melómano, vuelve a abordar la historia desde la música tal como hizo en sus anteriores películas: ¨Once¨ y ¨Begin again¨. Se trata de una agradable comedia romántica con humor, un poco de drama y muchas canciones pegadizas. Lo esencial es el disfrutable romance en el que el chico conoce a una bella chica, y se enamora inmediatamente de ella. Mientras se desarrolla la historia de amor adolescente entre Connor y Raphina, el film recorre los diferentes estilos del pop rock contemporáneo de los años 80, y aquellas bandas que marcaron el final del siglo pasado: The Cure, A-Ha, The Clash, Spandau Ballet, The Jam, Genesis y sobre todo Duran Duran con sus integrantes: Simon Le Bon, Nick Rhodes, Andy Taylor, John Taylor y Roger Taylor. Todos ellos son referencias obligadas en esta divertida y sensible película. Además, la banda sonora cuenta con canciones propias y originales, que nada tienen que envidiar a los grandes éxitos de los años 70 y 80. Las más destacables son: ¨El enigma de la modelo¨, -con videoclip incluido- ¨Drive it like you stole it¨ y ¨Up¨.
El cast principal y secundario son muy buenos, pero ninguno de los adolescentes elegidos para actuar en la banda de Sing Street tenía experiencia previa en la interpretación. El director John Carney describió el proceso de casting de esta manera: el actor principal de 14 años Ferdia Walsh-Peelo, que interpretó a Conor, el cantante principal de la banda, al menos tenía que tener algo de experiencia con la guitarra y el canto y fue objeto de múltiples convocatorias de casting antes de ser elegido, pero Mark McKenna, de 18 años, fue elegido en el acto como el gracioso guitarrista principal Eamon después de un intento humorístico de negar que incluso quería el papel y Ben Carolan, de 14 años, que interpreta al enérgico director de la banda y camarógrafo Darren, también fue elegido en el acto debido a su pelo rojo llameante y sus descaradas ocurrencias de la clase trabajadora de Dublín.
Si bien existen similitudes con The Commitments (1991) (incluida la elección de Maria Doyle Kennedy), el director John Carney declaró explícitamente en una entrevista que no se pretendía rendir homenaje a esa película. También desmintió la idea de que el uso de conejos en Sing Street sea una referencia al personaje Jimmy Rabbitte de la película anterior. Más bien, era una característica del "Eamon" de la vida real que conoció cuando era adolescente.
La película fue dirigida de forma estupenda por Jim Carney. Sobre ¨Sing Street¨ dijo lo siguiente: ¨Lo más importante para mí es que quería hacer un musical, pero no quería que nadie supiera que era un musical, y no quería poner la palabra musical en el cartel. Así que es un musical sigiloso; te toma por sorpresa; no lo parece, pero en realidad lo es. Sentí que una parte realmente necesaria de hacer un musical moderno es que no tenga ninguno de los tropos tradicionales reconocibles de los musicales más antiguos, que me encantan, como: Guys and Dolls (1955), Singin' in the Rain (1952), An American in Paris (1951), New York, New York (1977); películas en las que la música hace avanzar el drama, no solo se separa del drama, sino que en realidad la música es tan importante como el diálogo y hace avanzar a los personajes y la trama¨. Carney fue el ex bajista y vocalista de la banda irlandesa The Frames (1990-1993), uno de cuyos miembros, Glen Hansard, ganó el Oscar a la Mejor Canción Original por "Falling Slowly" en la película de Carney Once (2006). Carney filmó su aclamada Once (2006) con dos videocámaras digitales durante un período de tres semanas con un presupuesto de solo 100.000 euros.
¨Sing Street¨ fue nominada a mejor comedia musical en los ¨Globos de Oro¨ de 2017, a mejor canción en los Critics Choice Awards¨ y a mejor película europea en los Premios ¨David di Donatello¨. Además de ser declarada una de las mejores películas independientes del año por el ¨National Board of Review¨
Bien dirigida por Jim Carney quién es un experto en contar historias tan llenas de ternura y emoción como de naturalidad y buen humor. Y como buen melómano, vuelve a abordar la historia desde la música tal como hizo en sus anteriores películas: ¨Once¨ y ¨Begin again¨. Se trata de una agradable comedia romántica con humor, un poco de drama y muchas canciones pegadizas. Lo esencial es el disfrutable romance en el que el chico conoce a una bella chica, y se enamora inmediatamente de ella. Mientras se desarrolla la historia de amor adolescente entre Connor y Raphina, el film recorre los diferentes estilos del pop rock contemporáneo de los años 80, y aquellas bandas que marcaron el final del siglo pasado: The Cure, A-Ha, The Clash, Spandau Ballet, The Jam, Genesis y sobre todo Duran Duran con sus integrantes: Simon Le Bon, Nick Rhodes, Andy Taylor, John Taylor y Roger Taylor. Todos ellos son referencias obligadas en esta divertida y sensible película. Además, la banda sonora cuenta con canciones propias y originales, que nada tienen que envidiar a los grandes éxitos de los años 70 y 80. Las más destacables son: ¨El enigma de la modelo¨, -con videoclip incluido- ¨Drive it like you stole it¨ y ¨Up¨.
El cast principal y secundario son muy buenos, pero ninguno de los adolescentes elegidos para actuar en la banda de Sing Street tenía experiencia previa en la interpretación. El director John Carney describió el proceso de casting de esta manera: el actor principal de 14 años Ferdia Walsh-Peelo, que interpretó a Conor, el cantante principal de la banda, al menos tenía que tener algo de experiencia con la guitarra y el canto y fue objeto de múltiples convocatorias de casting antes de ser elegido, pero Mark McKenna, de 18 años, fue elegido en el acto como el gracioso guitarrista principal Eamon después de un intento humorístico de negar que incluso quería el papel y Ben Carolan, de 14 años, que interpreta al enérgico director de la banda y camarógrafo Darren, también fue elegido en el acto debido a su pelo rojo llameante y sus descaradas ocurrencias de la clase trabajadora de Dublín.
Si bien existen similitudes con The Commitments (1991) (incluida la elección de Maria Doyle Kennedy), el director John Carney declaró explícitamente en una entrevista que no se pretendía rendir homenaje a esa película. También desmintió la idea de que el uso de conejos en Sing Street sea una referencia al personaje Jimmy Rabbitte de la película anterior. Más bien, era una característica del "Eamon" de la vida real que conoció cuando era adolescente.
La película fue dirigida de forma estupenda por Jim Carney. Sobre ¨Sing Street¨ dijo lo siguiente: ¨Lo más importante para mí es que quería hacer un musical, pero no quería que nadie supiera que era un musical, y no quería poner la palabra musical en el cartel. Así que es un musical sigiloso; te toma por sorpresa; no lo parece, pero en realidad lo es. Sentí que una parte realmente necesaria de hacer un musical moderno es que no tenga ninguno de los tropos tradicionales reconocibles de los musicales más antiguos, que me encantan, como: Guys and Dolls (1955), Singin' in the Rain (1952), An American in Paris (1951), New York, New York (1977); películas en las que la música hace avanzar el drama, no solo se separa del drama, sino que en realidad la música es tan importante como el diálogo y hace avanzar a los personajes y la trama¨. Carney fue el ex bajista y vocalista de la banda irlandesa The Frames (1990-1993), uno de cuyos miembros, Glen Hansard, ganó el Oscar a la Mejor Canción Original por "Falling Slowly" en la película de Carney Once (2006). Carney filmó su aclamada Once (2006) con dos videocámaras digitales durante un período de tres semanas con un presupuesto de solo 100.000 euros.
¨Sing Street¨ fue nominada a mejor comedia musical en los ¨Globos de Oro¨ de 2017, a mejor canción en los Critics Choice Awards¨ y a mejor película europea en los Premios ¨David di Donatello¨. Además de ser declarada una de las mejores películas independientes del año por el ¨National Board of Review¨
15 de octubre de 2016
15 de octubre de 2016
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelta a los ochenta. Otra vez. Mareados andamos. Empachados de nostalgia. Saturados por ese anclaje en el pasado tan cercano. Hasta el gorro de cuarentones que quieren volver a ser adolescentes otra puta vez. Basta ya.
¿Cine escapista, consentidor, autocomplaciente, azucarado, bobalicón? Pues sí. Aunque sea crucificado. Pagaré por los pecados de todos, los de esa generación peterpanesca, enredada en sus propias miserias, agarrada desesperadamente al clavo ardiendo de un tiempo que se fue y ya no volverá jamás.
Creced y multiplicaos. Dijeron los antiguos. Pues se ve que no. Ni lo uno ni lo otro. Niños y solitarios. Egoístas y ensimismados. Venga a recordar y a llorar.
La peli empieza bien. Mona y guasona. Muy simpática. Ligera, ingeniosa.
Dublín como estercolero, la música como salida. La disyuntiva está clara. O drogas, separaciones y cafres. O cantantes pop muy guays. Londres en el horizonte y la chica de tus sueños esperándote a la vuelta de la esquina, todavía incluso mejor, más a huevo te lo ponen estos el cine, a la puerta del colegio. O cantar o morir.
Familia loca. Padres horribles, por demasiado humanos, hermano ermitaño, más sabio que el sol y más derrotado que un armiño, y hermana anodina. Colegio católico con cura maloso para tanto variar y compañeros gañanes, qué inaudita novedad.
Se forma una banda y todo es alegría y esperanza, cosa la mar de santa. Buen humor. Buena diversión.
Lo demás no es tan grato. Va cayendo en el tópico y la molicie. Blanda, vana, chorra. Se va doblegando y agachando. Se echa a perder y acaba desperdiciada y desparramada como la mala mermelada, enquistada en un modelo de comedia romántico juvenil musical muy lamentable, digno de mejor o por lo menos otra causa.
Si al principio había espontaneidad y juego y mucho cachondeo, al final el recorrido está trillado, cierre de caminos tontos, emboscadas trapaceras y buenismos pedregosos.
¿Cine escapista, consentidor, autocomplaciente, azucarado, bobalicón? Pues sí. Aunque sea crucificado. Pagaré por los pecados de todos, los de esa generación peterpanesca, enredada en sus propias miserias, agarrada desesperadamente al clavo ardiendo de un tiempo que se fue y ya no volverá jamás.
Creced y multiplicaos. Dijeron los antiguos. Pues se ve que no. Ni lo uno ni lo otro. Niños y solitarios. Egoístas y ensimismados. Venga a recordar y a llorar.
La peli empieza bien. Mona y guasona. Muy simpática. Ligera, ingeniosa.
Dublín como estercolero, la música como salida. La disyuntiva está clara. O drogas, separaciones y cafres. O cantantes pop muy guays. Londres en el horizonte y la chica de tus sueños esperándote a la vuelta de la esquina, todavía incluso mejor, más a huevo te lo ponen estos el cine, a la puerta del colegio. O cantar o morir.
Familia loca. Padres horribles, por demasiado humanos, hermano ermitaño, más sabio que el sol y más derrotado que un armiño, y hermana anodina. Colegio católico con cura maloso para tanto variar y compañeros gañanes, qué inaudita novedad.
Se forma una banda y todo es alegría y esperanza, cosa la mar de santa. Buen humor. Buena diversión.
Lo demás no es tan grato. Va cayendo en el tópico y la molicie. Blanda, vana, chorra. Se va doblegando y agachando. Se echa a perder y acaba desperdiciada y desparramada como la mala mermelada, enquistada en un modelo de comedia romántico juvenil musical muy lamentable, digno de mejor o por lo menos otra causa.
Si al principio había espontaneidad y juego y mucho cachondeo, al final el recorrido está trillado, cierre de caminos tontos, emboscadas trapaceras y buenismos pedregosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Solo salvaría, de esta indigestión de azúcar caducado con el que se coronan estos maleantes, al patán redimido, proyecto de delincuente sin fin, poniendo orden en el escenario. Majo chaval, colosal. Mi personaje muy favorito.
Más.
- En el colmo del viaje en el tiempo y rizando el rizo por enésima vez, se van, como en "Regreso al futuro", a los años cincuenta nada menos por un momento. No es mala idea.
- Homenaje a la música de los ochenta. Vale.
Podría haber sido una gozosa celebración, luminosa, desprejuiciada, casi sin argumento, suma de escenas encantadas y sin obligaciones, de la vida y la lira; pero se rinde triste, cobarde y estrepitosamente a la necesidad de un guion predeterminado, opresivo en su descarada obviedad, claustrofóbico en su tontería previsible y final chusco, un tanto cutre por excesivamente facilón.
Nada de medias tintas, dice el hermano vencido y porrero, pionero (lejano motor de reacción) y recluido, syd barrett, el arte es a tumba abierta o no es, también comenta la chica cuando se da el chapuzón, claro que sí, a ciencia cierta, y entonces por qué cojones la misma historia se empeña en desmentir una y otra vez esa estupenda premisa con kilotones de burocrática y convencional mediocridad, notarial, me pregunto yo atontado, profundamente decepcionado.
Más.
- En el colmo del viaje en el tiempo y rizando el rizo por enésima vez, se van, como en "Regreso al futuro", a los años cincuenta nada menos por un momento. No es mala idea.
- Homenaje a la música de los ochenta. Vale.
Podría haber sido una gozosa celebración, luminosa, desprejuiciada, casi sin argumento, suma de escenas encantadas y sin obligaciones, de la vida y la lira; pero se rinde triste, cobarde y estrepitosamente a la necesidad de un guion predeterminado, opresivo en su descarada obviedad, claustrofóbico en su tontería previsible y final chusco, un tanto cutre por excesivamente facilón.
Nada de medias tintas, dice el hermano vencido y porrero, pionero (lejano motor de reacción) y recluido, syd barrett, el arte es a tumba abierta o no es, también comenta la chica cuando se da el chapuzón, claro que sí, a ciencia cierta, y entonces por qué cojones la misma historia se empeña en desmentir una y otra vez esa estupenda premisa con kilotones de burocrática y convencional mediocridad, notarial, me pregunto yo atontado, profundamente decepcionado.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here